Mijail Pavlov

Le miraba para ver sus reacciones, porque no tenían precio, si hubiera sabido que iba a ser así, lo habría hecho mucho antes.
- ¿El qué es confuso? - pregunté mirándole fijamente mientras cruzaba las piernas, poniendo una por encima de la otra, y estiraba el brazo para coger el vaso y dar un trago - yo creo que tarde o temprano iba a pasar.. ¿no te gustó? - pregunté dejando mi brazo apoyado en su hombro y acercando mi mano a su cuello, pasando mis dedos despacio por el en una caricia suave.

Yo también creía que tarde o temprano iba a pasar, pero no así, no de esta manera y mucho menos...teniendo que estar separados porque no quedaba otra. Había pasado años pensando en que esto iba a acabar así.
- Claro que me gustó- era una pregunta tonta, y ella sabía de sobras lo que había significado para mí, pero le gustaba oírlo, estaba seguro. No era capaz de perder detalle a cada movimiento que realizaba...se me secaba la boca mirándola, así que tuve que beber un poco, y aún así los recuerdos de aquella noche parecía que se avivaban a cada segundo...sobre todo desde que me estaba acariciando el cuello de esa forma. Había soñado tantas veces con eso...-. Todo es confuso...tu estás casada y yo...- apreté los labios poniendo una mueca. La miré de reojo y sin querer fui bajando la mirada por su cuerpo. El vestido no dejaba demasiado a la imaginación y lo que dejaba a la imaginación ya me lo conocía.

Sonreí al notar su mirada descender por mi cuerpo. Seguía acariciando distraídamente su cuello, bajando hasta llegar al borde de la camiseta y volviendo a subir hasta por debajo de su oreja.
- A mi no me parece que eso sea un problema - dije sobre lo de estar casada - y en cualquier caso es problema mío, no tuyo - dije deslizando la mano hacia su nuca lentamente - yo he venido a repetirlo - le dije sin rodeos - pero si estas tan confuso.. - comenté siguiendo con mis dedos el borde de su camiseta por la parte de la nuca - me apetecía pasar un rato contigo Misha - dije bajando un poco la voz, era cierto, lo llevaba pensando desde la mañana siguiente a lo del despacho.

La miré a los ojos cuando volvió a hablarme, aunque no conseguía centrarme del todo en lo que decía por lo que estaban haciendo sus dedos, me desconcentraba, me gustaba.
- Tus problemas también son míos- sobre todo si yo era el causante de esos problemas, y su marido era un hijo de puta del que uno no se podía fiar, no quería ni imaginarla a ella entre sus brazos porque me daban ganas de buscarlo y partirle la cara. Suspiré cuando dijo que quería pasar un rato conmigo porque yo lo estaba deseando también. La miraba a los ojos, esta vez sin apartarlos, y empecé a acercarme a ella despacio, llevando mi mano a su barbilla y acercándola a mi para besarla.

Le miré atenta cuando dijo aquello y después entreabrí los labios al verle acercarse a mi. Dejé que me besara, correspondiendo enseguida a su beso pero sin prisas, deteniéndome a explorar su boca mientras acariciaba su nuca con mi mano y le acercaba un poco más a mi. Me separé un momento para mirarle a los ojos, pasando mi mano por su pelo. ¿Estaba haciendo lo correcto? quizás cuando se enterase, porque tarde o temprano lo sabría, dejaba de quererme.. pero en ese momento era lo que tenía que hacer. Le sonreí un poco y volvía a acercarme para continuar besándole, lento igual que antes, pero poco a poco con más urgencia.

La besé despacio, saboreando los restos que el alcohol había dejado en su boca. Por primera vez en toda la semana me sentía bien de nuevo, aunque sabía que no estaba haciendo lo correcto no podía sentirme mal, aunque lo intentaba no era capaz de hacerlo, la quería, y era algo que siempre había sabido. La miré a los ojos con atención cuando paró de besarme, mirándome también y acariciando mi nuca con sus dedos. Después, volví a a besarla hasta que noté que el beso se fue tornando más urgente. Me separé un poco y me incliné algo más sobre ella, apoyando mi peso en el codo que tenía sobre el sofá y en la rodilla que había colocado entre sus piernas mientras la besaba y llevaba mi mano a su cintura, atrayendo su cuerpo hacia mí.

Acerqué mi cuerpo más al suyo sin dejar de besarle, presionando su nuca con la mano que tenía allí colocada mientras recorría el brazo que había puerto en mi cintura con la otra mano, subiéndola hasta dejarla en su mejilla. Eché la cabeza un poco hacia atrás para poder separarme de él y sonreí un poco.
- Vamos a hacerlo bien esta vez - dije levantándome del sofá, cogí su mano y le hice levantarse para ir hacia la habitación. Dejé la otra mano en su pecho y girando le empujé para que se sentara en la cama. Acerqué mi cuerpo al suyo aun sin soltar su mano y me coloqué a horcajadas sobre él, dejando mis labios sobre los suyos para seguir besándole.

Me volvía loco sentir su cuerpo tan cerca del mío...lo había anelado tanto que me parecía parte de un sueño...había soñado tantas veces con tenerla entre mis brazos...aunque no en un sofá. La miré cuando se separó para que dejara de besarla y sonreí un poco de lado mirándola aún a los ojos.
- Me has leído el pensamiento- le dije en voz baja mientras la seguía hasta mi habitación y echaba la puerta hacia un lado con el pie para cerrarla un poco. Dejé que me empujara sobre la cama, sentándome y sin soltar su mano ni apartar mi mirada de la suya. Llevé mi mano a su cintura cuando se sentó a horcajadas sobre mí acariciándole también la espalda mientras la besaba. Bajé la mano libre por una de sus piernas y tiré del talón de su tacón para quitárselo y dejarlo caer en el suelo, repitiendo la misma acción con el otro y subiendo mis manos por sus piernas después con lentitud, pasando por sus rodillas y así hasta el borde del vestido.

Dejé mis manos en sus hombros, masajeándolos despacio, mientras él se deshacía de mis zapatos. Empecé a deslizar mis manos por su pecho hasta llegar al borde de su camiseta, lo cogí y fui tirando hacia arriba para poder quitársela. La dejé caer a un lado y volví a dejar mis manos sobre su pecho, subiendo una de ellas hasta dejarla en su nuca y así apretarle contra mi mientras le besaba cada vez con más ganas.

Masajeaba sus piernas con mis manos mientras ella pasaba las suyas por mis hombros. Estiré los brazos hacia arriba cuando tiró de mi camiseta para ayudarla a sacármela y la dejó a un lado. Suspiré al notar sus dedos contra mi piel, me gustaba sentirla así de cerca. Coloqué de nuevo mis manos en sus caderas y con un giró me situé sobre ella dejándola en la cama, apoyando mi peso en un codo y subiendo esa mano por su cuerpo a la vez que trataba de recordar con mi lengua cada rincón de su boca. Cogí los bordes del vestido y lo fui subiendo despacio hasta quedárselo por la cintura. Busqué también la cintura de las medias y tiré de ellas hacia abajo, quitándome de encima suya y pasando mis manos por sus piernas a medida que se las iba deslizando hasta quitarlas del todo y dejarlas en el suelo. Cogiendo uno de sus pies empecé a besarle la pierna despacio, acariciando la otra con mi otra mano hasta que alcancé sus muslos. Me incorporé y busqué su boca, la había dejado demasiado tiempo descuidada.

Cerré los ojos mientras dejaba que me fuera besando, pasando mis manos por sus hombros y su espalda, allí donde alcanzaba. Llevé una de mis manos a su nuca para apretarle contra mi cuando volvió a besarme, y doblé las rodillas pegándolas contra su cuerpo mientras bajaba la otra mano por su pecho hacia los pantalones. Desabroché el botón y bajé la cremallera mientras rozaba con mi mano la zona.

Solté un pequeño gruñido al notar el roce de su mano. No podía dejar de besarla tanto en los labios como en los alrededores: cuello, barbilla, clavícula...hasta donde llegaba el vestido. Le aparté el pelo a un lado y seguí el sendero que llevaba a su oreja, atrapando el lóbulo con mi boca, succionándolo y dandole un pequeño mordisco. Después continué con mis besos por su cuello y su nuca, bajándole un poco más el vestido por los hombros para besarlos también, volviendo por último a sus labios de nuevo. Mientras tanto pasaba mi mano libre por sus piernas y a medida que ascendía subía su vestido hasta quedárselo por debajo del pecho. Le metí despacio la mano por detrás de la espalda y la levanté un poco para terminar de quitárselo por la cabeza.

Me moví un poco para ayudarle a quitarme el vestido y mientras él lo tiraba a un lado, yo me incorporé besando su pecho, subiendo hacia su cuello mientras dejaba una mano en su nuca y le obligaba a besarme volviendo a echarme hacia atrás en la cama. Curvé mi espalda para pegar mi cuerpo al suyo y con la mano libre terminé de desabrochar su pantalón y tiré de el y del boxer hacia abajo para sacar su miembro y empezar a masajearlo.

Me apetecía estar piel con piel, la había anhelado demasiado y el recuerdo de la otra noche era tan borroso que a penas recordaba lo que había ocurrido. Esto si lo recordaría. Aproveché que se arqueaba contra mí para colocar la mano en su espalda de nuevo y tirar de ella hacia arriba, gateando sobre la cama para colocarla bien y que apoyara la cabeza en la almohada. Me deshice de mis pantalones y mis boxer moviendo los pies, y con un poco de ayuda, pegándoles después una patada que los tiró al suelo. Empecé a besarla casi con desesperación en el mismo momento en que ella empezó a masajear mi miembro. Metí la otra mano entre el colchón y su cuerpo para desabrocharle el sujetador sin tirantas y lo tiré a un lado también, llenando una de mis manos con uno de sus pechos y empezando a masajearlo, pellizcando levemente el pezón de vez en cuando.

Arqueé de nuevo la espalda hacia él cuando fue a desabrocharme el sujetador y seguí besándole, pasando la mano libre por su cabeza, tirando de su pelo y apretándole contra mi, me desesperaba la forma que tenía de besarme y de tocarme, me hacía querer más y ya, en ese momento, así que hacía lo posible por pegar mi cuerpo más al suyo y masajeaba su miembro con más énfasis.

Seguía besando sus pechos, mordiéndolos y rozándolos suavemente con mi lengua, aunque me complicaba la tarea cada vez que tiraba de mi pelo. Me estaba volviendo loco, y por su forma de moverse y hacer sabía que ella estaba igual que yo. Bajé la mano con la que no me apoyaba hasta donde ella tenía la suya, en mi miembro, y se la sujeté levantándosela hasta ponerla a la altura de su cabeza, entrelazando mis dedos con los suyos y subiendo mi boca por su cuello hasta su boca, besándola con ansias. Solté su mano y me incorporé para deshacerme de la ropa interior que le quedaba, me resultaba molesta a estas alturas, quería estar dentro de ella, aunque tampoco quería ansiarme demasiado. Las dejé a un lado y volví a tumbarme sobre ella, apoyandome en el otro brazo y dejando así en descanso el anterior. Empecé a moverme sobre ella despacio para rozar nuestros sexos, solo rozandose.

Gemí ansiosa cuando noté su miembro rozar mi sexo y moví automáticamente las caderas hacia él, buscando más. Llevé la mano de su nuca hacia su mejilla, obligándole a mover la cara para besarle, soltando algún gemido al notar los roces, y apretaba su mano con fuerza.

Me volvía loco cuando movía sus caderas de esa forma contra mí, la notaba más que lista y me ponía más ansioso aún. Bajé una de mis manos hacia sus piernas y se las coloqué situándome entre ellas. Ya no podía aguantarme más, así que fui entrando poco a poco en su interior hasta hacer tope, soltando un gemido contra su boca y saliendo otra vez para embestirla de nuevo, esta vez un poco más fuerte.

Solté un gemido largo según entraba en mi, moviendo mi cadera hacia él para encajar mejor, y después busqué sus labios para besarle mientras se iba moviendo, entrando y saliendo de mi. Rodeé su cintura con mis piernas para apretarle más contra mi y quedar más cerca, apretando su rostro contra mi para seguir besándole.

Me movía casi al mismo ritmo al que la besaba, acariciando con la mano libre su costado y pasando de este a su pecho para masajearlo un poco, siempre me habían gustado sus pechos. No podía evitar soltar algún pequeño gruñido de vez en cuando contra su boca, besándola cada vez con más urgencia y separándome solamente para respirar. La sujeté con un brazo y rodé a un lado dejándola a ella encima.

Rodamos y me dejó ponerme a mi encima, así que empecé a moverme a mi ritmo, aunque era casi tan rápido como el que había mantenido él antes, porque estaba demasiado ansiosa. Tiré de su cuello hacia mi para que se incorporara, quería notar su cuerpo pegado al mío, y seguí moviéndome mientras le besaba los labios, la barbilla, la mandíbula, cualquier trozo de piel que estuviera a mi alcance.

Me quedé tumbado, contemplándola desde donde estaba, pasando mis manos por sus piernas...Me incorporé cuando tiró de mí, rodeando su cintura con uno de mis brazos y colocando la otra en su espalda. Dejaba que me besara por donde quisiera, me volvía loco con sus besos, con su forma de moverse, sus expresiones...en realidad con todo. Bajé la mano que tenía en su espalda hacia su trasero, presionándola contra mí y después colocando la mano en la cama para sostenerme, levantando la cadera de vez en cuando contra ella para profundizar más la penetración mientras besaba sus pechos como podía.

No podía evitar gemir contra sus labios mientras me movía sobre él, pasando mis manos por su espalda, subiendo por su cabeza para enredarlas en su pelo. Eché la cabeza hacia atrás cuando bajó sus besos hacia mis pechos, moviéndome cada vez con más ganas según notaba que iba a correrme.

Escucharla gemir me ponía aún más. Estaba centrado en sus pechos, me movía cada vez más hacia arriba para darnos más placer a ambos, profundizando la embestida, haciéndolo con más fuerza y cada vez más rápido. Notaba como iba a correrse, así que aumenté aún más el ritmo hasta que noté como se corría, giré para quedarla a ella debajo y me moví un poco más rápido, corriéndome yo enseguida. Suspiré y me quedé quieto como estaba, apoyando la frente en su pecho mientras recuperaba el aliento.

Suspiré relajada pasando mis manos entre su pelo, despacio. Esperaba que entre lo del otro día y lo de ahora me hubiera quedado embarazada, aunque podía seguir intentándolo, la verdad es que no me importaría. Volví a suspirar pasándome una mano por la cara.
- Me vas a aplastar - murmuré mirándole, seguía tumbado encima de mi.