Casa de Gonzalo Montoya.

- Ya, lo que tu digas - a mi sí me parecía lo mismo, le miré cuando empezó a quitarse la camiseta y me puse de rodillas en la cama para ir hasta las almohadas, saqué mi pijama de debajo y empecé a ponérmelo - no sé si voy a poder dormir - dije riendo, iba a quedarme toda la noche pensando en la de cosas que tenía que hacer - estoy nerviosa - dije riendo.

- Eso puedo arreglarlo- dije sonriendo un poco de lado- se te quitarían rápido los nervios- bromeé un poco mientras me abrochaba la camisa del pijama y me quitaba los pantalones para ponerme los del pijama también. Fui al baño a orinar y me lavé los dientes. Después volví y abrí mi lado de la cama. Había sido un día algo pesado, estaba cansado, y eso que no nos habíamos recorrido todo el zoo nosotros con los niños. Tiré de las sábanas para arroparme un poco y coloqué mi cabeza sobre mis brazos, debajo de mi nuca, para mirarla mientras ella terminaba de asearse.

Canturreaba una canción mientras me terminaba de poner el pijama, moviendo la cintura, bailoteando pero sin moverme del sitio. Me terminé de quitar el maquillaje y cuando Gonzalo salió del baño entré yo, dando saltitos mientras caminaba. Hice pis, me lavé las manos, la cara, los dientes, y cuando terminé salí apagando la luz. Caminé hacia la cama y me subí, pasando por encima de él para ir hacia mi lado de la cama, como hacia muchas veces, y después me tumbé de lado, mirándole.
- ¿No estás ni siquiera un poco nervioso? - le pregunté sonriendo.

La observé mientras se terminaba de asear, me gustaba mirarla mientras hacía sus cosas, y más cuando estaba contenta, aunque tenía algo en el estómago desde que le había pedido que nos casáramos, no estaba muy seguro de que fuera lo mejor, aunque yo la quería. Sonreí cuando saltó por encima y la tapé un poco con la sábana, ya hacía más frío.
- ¿Nervioso?- pregunté-. No, no mucho...- me alcé de hombros- supongo que me pondré nervioso cuando se acerque el momento, pero ahora...estoy tranquilo- aún quedaba, tenía que organizarlo todo, y la verdad es que esperaba que tardara un poco para poder mentalizarme.

- Bien, mejor, no tienes que ponerte nervioso para nada - dije sonriendo, que luego empezaba a arrepentirse y era capaz de retirarlo - no te voy a agobiar todos los días con el tema.. es que hoy estoy emocionada - dije riendo un poco, pasando un brazo alrededor de su tripa y acercándome a él para dejar mi cabeza en su pecho - soy la mujer más feliz del mundo - dije contenta.

- Si, mejor- comenté mirándola de reojo. Pasé mi brazo por detrás de su cuerpo abrazándola y le di un beso en la cabeza-. Lo se...además, cuando te pongas pesada me iré de la habitación en la que estes para que sigas hablando sola- le dije riendo un poco y negando con la cabeza-. Bueno, supongo que es la recompensa por no haber sido feliz durante estos últimos días...- suspiré-. Aunque no me gusta nada cuando te pones en ese plan...- rodé los ojos y la tapé bien.

- Entonces se lo iré a contar a Yon, que seguro que no le importa escucharme.. a lo mejor hasta me ayuda con algunas cosas - le piqué aguantándome la risa - bueno, a mi tampoco me gusta, pero no puedo evitarlo - cuando estaba triste era así, no sabía mentir con esas cosas.

- ¿Yon?- levanté una ceja- ya estamos- suspiré-. Bueno, da igual- mientras le diera el coñazo a él yo era feliz- a mi solo avísame cuando haya que probar comida, del resto te encargas tu- la señalé- y Yon, que con lo marujo que es seguro que le encanta ir contigo hasta a elegir el vestido de novia- sonreí de lado y miré al techo. Seguramente pronto me diría que quería cambiarse de casa, pero es que a mi me gustaba esta, aunque era pequeña y casi no cabíamos ya los cinco.

- Cómo sabía que a eso sí que te ibas a apuntar - dije riendo un poco, separándome para mirarle - si no hicieras ejercicio de vez en cuando estarías gordo - reí apoyando mi cabeza en mi lado de almohada mirando hacia él - a eso no te iba a decir que vinieras, no puedes verlo hasta el día de la boda, da mala suerte - comenté mirándole, me tapé la mano para bostezar y me acurruqué debajo de las mantas - a ti te tendrá que acompañar alguien que sepa a comprar el traje..

- Algo bueno tiene que tener gastarse una pasta ¿no?- pregunté mirándola-. No, tampoco quiero ir...me volverías loco, si es para comprarme unos zapatos y la que me lías es increible...para un vestido de novia...- hice una mueca y negué con la cabeza. Me sonaba raro el decir que ella se tenía que comprar un vestido de novia- además, lo último que queremos es mala suerte, bastante tengo con la mía- comenté metiéndome bien en la cama y mirándola-. Puedo comprarme un traje yo solo, aunque me llevaré a estos- así tenía una excusa para meterme en el bar.

- Pero no es un traje cualquiera, tiene que ser de novio - dije mirándole - ah no, no, tiene que ir con vosotros alguien que sepa de verdad - dije seria - Nathan, Jota y Chad no tienen ni idea de ropa.. puedes ir con Is, o con mi madre - dije mientras lo pensaba - o con las dos, así tienes más opiniones - sonreí - es algo importante - y si iba con los chicos acabarían en un bar antes incluso de comprar el traje..

- ¿Qué?, pero eso es cosa de tíos- me excusé- si voy con Is o con tu madre se burlaran de mi- hice una mueca-. No puedo ir con ninguna, se comprarme trajes de novio, seguro que el de la tienda me ayuda- es que si me iba con esas dos iba a acabar loco, porque encima si la madre de Brooke era como ella me haría meterme en cincuenta tiendas antes de ir a la correcta. Además, a mi me apetecía tomarme una cerveza-. Bueno, da igual, ya veremos, queda mucho- ni de coña vamos, que no.

- No pasa nada porque vayan chicas, cuando Nathan se compró su traje le acompañó Is - dije mirándole - no puedes ir solo con chicos, no tenéis criterio, tiene que ir una mujer y a mi no me vas a dejar ir - me quejé mirándole - es importante - puse un puchero - sino, llévate a Yon - él sabría aconsejarle.

- Bueno, Nathan es Nathan, yo soy diferente, me da igual lo que haya hecho él, si se tira por un puente yo no voy a ir detrás- hice una mueca-. Brooke...- dije mirándola-. Yon es marica, seguro que me dice que coja un traje blanco- hice una mueca-. Que no- negué-. Estás abusando de tu poder de persuasión, no me parece justo eh, haces lo que quieres conmigo, podrías ceder algunas veces tu también.

- Yon no es marica - qué manía tenía con meterse con su hermano y decir esas cosas - y si lo fuera no pasaría nada malo, no puedes hablar así de él - le regañé poniéndome un poco seria, no era justo por Yon, con la de cosas que hacía por él y lo que le quería - vale, pues haz lo que quieras, cuando te vea el día de la boda y vea el traje me pensaré qué responder cuando me pregunte el cura - dije tirando de las mantas hacia arriba para arroparme más.

- Vale, no es marica, ya está- ella no entendía estas cosas, eran cosas de hermano, sino que mirara la nota que me había dejado en la galleta-. Mi hermano no es marica- zanjé. Ni aunque lo fuera, porque no lo era, yo no quería de eso en mi familia, bastante cruz tenía yo conmigo mismo como para tener más gente defectuosa en la familia-. Aunque lleve un traje de minero dirás que si- me alcé de hombros y me arropé bien dándole un beso en la cabeza antes de estirar la mano para apagar la luz.

- No, si vas vestido de minero no - murmuré girándome hacia el otro lado pero dejando mi espalda pegada a él para acomodarme, bostecé tapándome bien con las sábanas y cerré los ojos para quedarme dormida - buenas noches - dije en voz baja, medio bostezando otra vez.

Los días hasta navidad se me pasaron volando. Le había prometido a Gonzalo tomarme con calma el tema de la boda, pero empezaba mirando una cosa y terminaba llamando para pedir presupuesto, no podía evitarlo, me pasaba el día pensando en ello. Aun así, intentaba no agobiarle.
Era navidad y llevaba todo el día canturreando villancicos, envolviendo regalos, bailoteando por donde iba, me encantaba la navidad, era la mejor época del año.
- Tendríamos que empezar a vestirnos - comenté sentándome al lado de Gon - no quiero llegar tarde - habíamos quedado en ir a cenar todos juntos a casa de Martha - va a ser genial, estoy deseando llegar - dije levantándome para subir al cuarto mientras cantaba "oh, blanca navidad".

Pasaron los días hasta que llegó la navidad, por suerte y por desgracia. Por suerte porque así Brooke se calmaba con lo de la boda, y desgracia porque no era de mis fiestas favoritas. En cuanto a la boda...Brooke intentaba no agobiarme, pero la había pillado un par de veces pidiendo presupuesto y no podía evitarlo, aunque trataba de ocultarlo un poco. Yon estaba tocando los huevos como siempre, cantando en la ducha a grito pelado, y Brooke me estaba volviendo loco con la puta blanca navidad, ya me sabía hasta la canción, y eso que nunca me la había aprendido.
- Por favor, ¿podeis parar un poco?- pregunté suspirando-. Si, vistámonos, a ver si puedo perder a aquel de oído de una vez- me quejé.

- Vale, vale - dije parando de cantar, aunque en mi cabeza seguía haciéndolo y me movía al ritmo mientras me vestía. Me metí en el baño para maquillarme un poco y peinarme y cuando terminé fui a sentarme en la cama para poder ponerme los zapatos - qué ganas tengo de ir - comenté contenta - vamos a estar todos, incluso los hermanastros de Nathan, la hermana de Martha..

Spoiler:

Me sentí un poco más aliviado cuando Brooke dejó la navidad blanca, aunque seguía escuchando de fondo a Yon, que había pasado de villancicos y cantar ACDC, estaba como una puta cabra. Me terminé de arreglar antes que Brooke y me tocó esperarlos a los dos. Yon bajó saltando las escaleras mientras cantaba.
- Calla o te pego un tiro, enserio- le dije a él antes de que llegara Brooke, cuando apareció la miré-. ¿Eres consciente de que pareces un pastel?- pregunté.

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Por fin llegamos a casa, donde podríamos tener tranquilidad, y estar nosotros dos solos, porque además el tonto de mi hermano se había ido por ahí con sus amigos. Abría la puerta cuando noté como algo me golpeó en la espalda, me puse tenso, pero cuando escuché la risa de Brooke me relajé un poco. Me di la vuelta con una ceja levantada y miré la bola deshecha en el suelo.
- ¿Llamas a eso bola de nieve?- le pregunté-. Vas a ver...- dije agachándome y reuniendo yo una poca, hice una bola y corrí detrás de ella para tirársela de cerca.

- Aaah no - grité dándome la vuelta deprisa para echar a correr - no vale yo voy en tacones - grité riendo escondiéndome al otro lado del coche - abusón - grité agachándome por si tiraba la bola, atenta para moverme a algún lado si él rodeaba el coche, no podía evitar reírme todo el rato.

- ¿Me llama abusón la que me ha tirado una bola por la espalda?- pregunté intentando rodear el coche para lanzarle la bola-. No te vas a librar de mi superbola Brooke, no huyas- la avisé mientras ella intentaba esconderse. Hice como que iba por un lado y al final fui por el otro para pillarla desprevenida. No le di tiempo, así que la cogí antes de que se escapara y le di con la bola en el pecho, suerte que llevaba el abrigo, sino la habría mojado. Aún así la mantuve agarrada-. ¿Ahora qué?- le pregunté tirando de ella hacia la nieve y tirándonos a los dos un poco al suelo, estirando la mano para coger nieve mientras con la otra intentaba que no se me escapara.

- ¡Mi abrigo! - exclamé mirándome cuando me tiró la bola de nieve encima, le miré ofendida y cuando iba a agacharme para coger una bola y tirársela en la cara me cogió, tirando de mi y acabamos los dos en el suelo, seguía riéndome sin parar y así no podía apenas moverme - para, para - decía entre risas, tenía una mano en su pecho e intentaba separarme de él y con la otra cogía puñados de nieve para tirárselos encima.

- Eh, no te pongas agresiva- la regañé cuando me empezó a tirar nieve-. Vas a comer más nieve que granizados en verano como sigas tirándome nieve- la avisé riéndome un poco, agarrándola para que no se me escapara e intentando que no me siguiera tirando más-. Nos vamos a congelar- comenté cuando caí en la cuenta de que se me estaba mojando el culo por culpa de la nieve.