Carretera a las afueras del pueblo.

KATHERINE
No podía evitar de vez en cuando porque Klaus causaba ese efecto en mi, me ponía mucho su forma de hacerlo. Quité la mano que tenía en su nuca para agarrarme del borde del ataúd mientras echaba la cabeza hacia atrás, disfrutando de lo que me hacía, mientras cogía con la otra su miembro y empezaba a masajearlo.

Klaus

Succioné con un poco de fuerza cuando noté que empezaba a masajear mi miembro, llevando la mano que tenía en su otro pecho por su barriga hasta la falda, metiéndola por dentro y tirando de sus bragas, rompiéndolas porque no tenía paciencia para separarme de ella y quitárselas. Hecho esto llevé mi mano a su sexo y empecé a rozarla contra ella, haciendo que mi dedo acariciara su clítoris cada vez que pasaba cerca. Dejé su pecho y busqué de nuevo su boca, tirando de su labio levemente para acercarla a mí y besarla mejor.

KATHERINE
Gruñí mordiendo sus labios cuando tiró de mi ropa interior, rompiéndola, para deshacerse de ella. Apreté su miembro y seguí masajeándolo con más ganas, ansiosa por lo que él me hacía a mi. Pasé mi mano libre por su pecho, apretando mis dedos contra su piel, hasta llegar al borde de su pantalón para tirar de el hacia abajo, llevándome el boxer también, y así tener mayor facilidad para seguir con su miembro.

Klaus

Sonreí de lado cuando gruñó y le mordí con algo más de fuerza el labio a la vez que metía uno de mis dedos en su interior. Lo saqué enseguida y empecé a moverlo alrededor de su clítoris para hacerla sufrir un poco. Metí la punta de un dedo de nuevo y volví a sacarlo rozando la zona levemente con la yema de los dedos y presionandola mientras seguía besándola con fiereza.

KATHERINE
Me quejé con un gemido, llevando la mano libre a su trasero para apretarle contra mi y acercarle más a mi cuerpo, estaba haciéndome sufrir de más, sabía que le gustaba hacerlo, le debía encantar que las tías le suplicaran más. Gemí contra sus labios a la vez que soltaba su miembro y dejaba esa mano en el borde del ataúd para sujetarme a él, mientras movía mis caderas hacia él. Yo no iba a suplicarle, al menos no con palabras.

Klaus

- Oh sí, me encanta...- le respondí cuando la escuché pensar aquello, mi voz había sonado casi en un susurro, no me apetecía hablar, pero me había parecido gracioso confirmárselo. Metí uno de mis dedos dentro de ella cuando menos se lo esperó, lo moví deprisa dentro de ella y cuando mejor estaba lo saqué pasando mis manos por el interior de sus muslos, presionandolos un poco y abriéndole un poco más las piernas. Acerqué mi boca de nuevo a la suya para besarla con ganas a la vez que acercaba mi cuerpo al suyo rozando nuestros sexos, pero sin intención de penetrarla aún.

KATHERINE
No pude evitar sonreír al escucharle, también era algo que me gustaba a mi, teníamos eso en común. Contuve la respiración cuando empezó a mover su dedo dentro de mi de esa manera, estaba casi a punto de correrme cuando paró. Gruñí contra sus labios al notar su miembro rozar mi sexo y le mordí, dejando sus labios para bajar por su cuello, apretando su cuerpo con mis manos y moviendo mi cadera hacia la suya para sentir más el roce.

Klaus

Me ponía bastante que me mordiera y me apretara, no era de los que le gustaba el sexo tranquilo, prefería algo más brusco, por eso casi nunca me acostaba con humanas...solía matarlas al final. De todas formas ya me estaba cansando de darle vueltas y vueltas al asunto, así que coloqué mis manos en sus caderas mientras dejaba que ella me besara por el cuello y la penetré con fuerza, apretando a la vez con mis manos su trasero.

KATHERINE
Gemí alto cuando me penetró, no me lo había esperado y además lo había hecho tan fuerte.. mmm, quería más. Volví a morder su cuello, esta vez un poco más fuerte, apretando su cuerpo más contra el mío. Movía mi cadera contra la suya y gemía sin cortarme entre mordiscos y besos en su cuello.

Klaus

Gruñí cuando me mordió así de fuerte la primera vez, y la volví a penetrar con la misma fuerza que antes. Subí mis manos por su pecho, ocupando uno de ellos con mi palma y friccionándolo un poco con ella. Seguí subiendo la mano y cuando me dio otro mordisco fuerte le sujeté la barbilla parando de moverme y haciendo que me mirara.
- Como me muerdas de verdad te corto el cuello- le dije sonriendo de lado. Ella sabía que en realidad me encantaba que me mordiera así de fuerte, pero lo decía como aliciente, porque estaba seguro de que lo haría peor incluso. Volví a moverme dentro de ella bruscamente, sin soltarla, manteniendo su mirada en la mía. Después la solté y llevé mis manos a su trasero, presionándolo y levantándola para moverla contra mí.

KATHERINE
Me quedé mirándole fijamente, con la respiración entrecortada, cuando paró, cogiéndome de la barbilla, al principio atenta porque había parado bruscamente y a lo mejor le había molestado, pero al ver su mirada y su sonrisa, sonreí yo. Gemí sin apartar mi mirada de la suya cuando volvió a moverse, y dejé mis brazos sobre sus hombros para sujetarme a él mientras se movía, moviendo yo mi cadera contra la suya.

Klaus

Enterré mi cara en su cuello mientras seguía moviéndome con ritmo y fuerza dentro de ella, apretando su trasero con mis manos y de esa manera también su cuerpo contra el mío. Mordía su cuello de vez en cuando, cuando me daban ganas de gemir, yo nunca dejaba que me escucharan hacerlo, no era algo que me gustara...como mucho podía gruñir alguna vez. Acompañaba su movimiento de cadera con mis manos para ayudarla y que la penetración fuera total con cada embestida.

KATHERINE
Gemía cada vez con más intensidad y me movía contra él con más fuerza según más placer iba notando. Tenía los ojos cerrados y me concentraba en disfrutar de todo lo que sentía en ese momento, acercándome lo más que podía a su cuerpo, besando y mordiendo su cuello, sobre todo lo último porque sabía que le gustaba.

Klaus

No me gustaba gemir, pero si que me gustaba escucharla gemir a ella, sobre todo cuando lo hacía de esa manera, parecía que estaba desesperada, así que yo me movía con más rapidez y fuerza. Solté su espalda y apoyé una mano en el ataúd, apretándolo con fuerza a medida que notaba como aumentaba la sensación de placer y también la fuerza de sus mordiscos. Noté como ella alcanzaba el orgasmo y se corría y yo me dejé ir con ella. Me quedé un segundo parado y miré al ataúd, me había cargado esa parte al apretarlo, había dejado la marca de mi mano en él. Me separé de ella y me agaché para empezar a recoger mi ropa.

KATHERINE
Miré hacia el ataúd cuando él dirigió su mirada al mismo punto, había roto un poco la caja, yo había estado algo pendiente porque se volvería a enfadar. Me coloqué el sujetador y la falda, y después recogí del suelo mi camiseta, las bragas las había destrozado. Me arreglé un poco el pelo y recogí mi bolso.
- Iré a buscar algo decente donde vivir - comenté mirándole - te llamo para decirte la dirección - dije empezando a caminar para salir del bosque, aunque no sabía muy bien dónde estábamos.

Klaus

- Ya se más o menos la zona, es la norte, una zona que tiene unas casas bastante grandes pero no demasiado llamativas, ve allí, elige una y lo preparamos, mañana tenemos que estar instalados allí, mientras menos nos movamos por aquí mejor- le dije serio mientras me terminaba de arreglar-. Y ni se te ocurra ponerte a la vista de ningún Vulturi o del grupito maravilla, de momento no nos interesa que sepan que estamos aquí...- era mejor que se calmaran un poco y volver a atacar cuando más tranquilos estuvieran-. Lo sabré si lo haces- le recordé.

KATHERINE
Me giré hacia él cuando empezó a explicarme la zona de la casa, yo pensaba buscar algo mejor, un ático en el centro, algo más lujoso y céntrico, pero sus planes eran mantenerme encerrada a las afueras, aburrida, vamos, como si siguiéramos en la cueva.
- Como quieras - murmuré sin preocuparme en ocultar mi tono de disgusto - ¿algo más? - pregunté cruzándome de brazos, había adivinado mis planes y eso que me había esforzado en no pensar en ellos.

Klaus

- No te quiero quedar encerrada...me da igual lo que hagas mientras te mantengas fuera de la alcance de esos por un tiempo, sabes ocultar bastante bien tu rastro, así que puedes ir a donde te plazca, pero siempre con esa condición- no quería que me fastidiara los planes por sus ganas de jugar, ya tendría tiempo de jugar cuando supiera exáctamente que hacer para recuperar a mi creadora-. No me hace falta leerte la mente para saber lo que vas a hacer Katherina, no me subestimes- la conocía bastante bien-. De todas formas yo que tu no correría demasiado por ahí estando los rastreadores y los lobos buscándonos...ten cuidado- no quería que la pillaran, sabrían que estaba conmigo.

KATHERINE
- Que sí, Klaus - dije rodando los ojos, al final era lo de siempre, él daba órdenes y yo tenía que obedecerlas sin quejarme, pero él podía hacer lo que le viniera en gana - tranquilo, me quedaré en casita.. puedo hacerte la comida - sonreí con ironía y después me di la vuelta para ir a buscar esas casa que él decía, a ver cuál me gustaba más.

Klaus

Sabía que era lista, pero es que a veces parecía tonta la pobre. Estaba claro que yo daba las órdenes, pero es que eso de que no se dejara ver hasta un tonto lo sabría, en fin, tampoco le iba a pedir más.
- Dudo que sepas cocinar- puse una mueca y me giré a mirar mis ataúdes mientras la escuchaba marcharse, tenía que trasportarlos antes de esta noche, y desde luego no pensaba moverme de aquí sin ellos.

Las cosas durante esas semanas fueron a peor, cuando el cargamento llego a Volterra recibí una llamada para que volara yo solo inmediatamente a Italia. Cogi el primer vuelo que pude y me plante en el castillo, las noticias no eran buenas. Dos de los ataúdes habían desaparecido durante el viaje y ahora algunos vampiros a los que se había avisado que tendrían a sus amigos de vuelta estaban cabreados con Aro, Cayo y Marco. Las cosas estaban tensas, porque ademas, no había vampiro al que culpar y todos creían que se podía seguir dando el caso de las desapariciones. Al final hubo vampiro al que culpar: Damon Salvatore. Me gritaron no se cuantas estupideces sobre mi forma de trabajar y sobre lo mal que lo había hecho y me degradaron. Quedaba fuera del primer plano de la investigación, en mi puesto entraba Sam y en su puesto Bianca. Yo me quedaba en el puesto de Constantin, el ultimo en el plano. Tuve que quedarme allí un par de días y cogí un avión de vuelta hacia Frost justo después de que Marco informara a Sam por teléfono de los cambios. Cuando llegue a Frost no pase por casa, ni siquiera llame a Caroline ni a Sam. Camine por el bosque y seguí el rastro, sabia con quien quería estar ahora. cuando la encontré le lance la botella de whisky que llevaba en la mano y le hice una señal contra una roca, para que se sentara, caminando yo hacia ella.
-Estoy de mal humor Katherina- la advertí sentándome sobre la roca a su lado.

KATHERINE
No podía hacer nada divertido como entrar en un bar y comerme a todo el mundo, o divertirme haciendo que dos, tres o cuatro personas pelearan entre ellas hasta matarse, o hacer que la gente saltara de edificios.. porque no podíamos levantar sospechas para los Vulturi. Por supuesto, tampoco podía ir a ver a Damon. Klaus se enteraría de todo con ese estúpido don, así que durante dos semanas estuve actuando lo más normal posible. Nos fuimos a una casa y los primeros dos días me entretuve cambiando la decoración, en realidad, fue un coñazo. Después empleé mis tardes en ir de compras y en comer disimuladamente.
Estaba en el bosque con una de mis víctimas, terminando la cena, cuando una brisa de aire me trajo su olor, no debía verme pero ya era tarde. Dejé caer a la chica al suelo y me giré en el mismo instante en que me lanzó una botella de whisky. Me pasé la lengua por los labios, por si tenía restos de sangre, de camino a la roca que había señalado. Estaba enfadado y me encantaba el Damon enfadado, bueno, Damon en cualquiera de sus facetas, pero así era más interesante.. y peligroso.
- Estás muy enfadado - comenté mientras abría la botella, decir que estaba de mal humor era poco, le conocía, di un trago y le pasé la botella.

-Se que te pone cachonda pero no voy a estar enfadado en ese plan, así que sacatelo de la cabeza- le dije mirando hacia delante, le di un trago a la botella, quitandosela de las manos y luego la mire fijamente- He venido porque necesito que me ayudes. Y no acepto un no por respuesta, me lo debes por haberme abandonado como un perro hace cincuenta años y porque te he salvado el culo. Y también me debes el coche, el nuevo no me gusta.- dije con una mueca, ahora todo me parecía una mierda, estaba demasiado cabreado.

KATHERINE
- Pues vaya decepción - comenté colocando las manos detrás de mi para recostarme un poco, había pensado que tal vez, así de enfadado, sería fácil convencerle - ¿Damon Salvatore necesitando ayuda? - le miré curiosa, ignorando lo demás que había dicho, no quería discutir ese tema, demasiados recuerdos - ¿no puedes mandar a alguna de tus mascotas? seguro que Bianca está encantada de hacer cualquier cosa por ti..

-En realidad no necesito ayuda, la quiero- le aclare mirándola, le di otro trago a la botella y se la pase, mirando al frente de nuevo para no mirarla a ella- Me han degradado, le han dado mi puesto a Sam y el de Sam a Bianca, ahora es ella la que puede mandarme a por bolsas de sangre. Si me dejo, claro esta...- dije rodando los ojos, no pensaba dejarme mandar por esa panda de niñatos estúpidos que no sabían hacer una puta mierda sin mi- Mientras venia he pensando que soy Damon Salvatore, no le hago trabajos sucios a nadie y entonces me he dado cuenta de una cosa- me levante de la roca y me puse frente a ella- Es lo único que he hecho durante toda mi eternidad como vampiro.- solo con mi tono ya tenia que estar imaginándose lo que me pasaba.- Quiero salir de las filas- ella era la única que había salido de las filas Vulturis.- Me cueste lo que me cueste- añadí muy serio