Escondite de Klaus

Estaba por el bosque practicando con Abigail y Derek, ellos estaban lejos, solo quería saber hasta qué distancia podía sentirlos y comunicarme con ellos. Bajé de un arbol y cerré los ojos para concentrarme mejor, pero entonces olí algo y me di la vuelta de inmediato mirándola curiosa.
- Hola- dije seca. No me sonaba de nada, y su rastro tampoco, no la había visto nunca-. No eres de por aquí- afirmé.

KATHERINE
- No, no soy de aquí - dije mirándola desde donde estaba - la verdad es que estoy un poco perdida - dije mirándola, tragué saliva mirando a los lados, como si de verdad lo estuviera, sabía que era una Vulturi y que le importaría bien poco lo que me ocurriera pero quería calibrar su nivel de indiferencia, necesitaba acercarme a ella - no quiero problemas - dije mirándola - solo estoy de paso - dije encogiéndome de hombros, sonriendo un poco, me estaba haciendo la tímida - me llamo Lydia..

- Una vampira perdida...- reí- eso es gracioso- dije manteniendo la sonrisa y cruzándome de brazos. Podía sentir a Ted no muy lejos de aquí, como fiel perro siempre se quedaba alrededor de mí, a una distancia en la que no pudieran olerlo, yo era joven y ante un vampiro más grande no tenía mucho que hacer-. ¿Se supone que eso debe importarme?- pregunté ahora más seria-. Ajá...- asentí cuando me dijo su nombre-. ¿Y qué te trae por aquí...Lydia?- pregunté.

KATHERINE
Me quedé mirándola como si tuviera un poco de miedo, me crucé de brazos como si me abrazara un poco a mi misma y suspiré.
- No.. supongo que no - de momento su ignorancia era de nivel estándar - estoy buscando a alguien - dije mirándola - pero supongo que eso tampoco te importará.. - murmuré triste, como si me lo dijera a mi misma - siento.. haberte molestado - dije mirándola - no quería molestar, supongo que esta será tu zona.. ya me marcho - dije dando unos pasos hacia atrás. ¿Cuántos años tendría? parecía segura de sí misma pero todos los Vulturis lo parecían, quizás podría abalanzarme sobre ella antes de que pudiera reaccionar..

- Básicamente, no- dije mirándola. Si se había perdido ya tenía dos problemas, el haberse perdido y el encontrarse. La miré mientras se marchaba y moví la mano- adiós- sonreí de lado y miré hacia donde estaba Ted, no me fiaba ni un pelo, esa inocencia no era normal en vampiros, lo había aprendido con el tiempo en Volterra, cuando ocurría eso era porque algo querían. Hice que Abigail y Derek estuvieran cerca también por si acaso, no me fiaba ni de mi sombra. Me quedé allí quieta unos segundos y me di la vuelta, si intentaba algo saltarían sobre ella los tres a la vez.

KATHERINE
Me marché de allí un poco fastidiada, estaba claro que hoy no era mi día, ni Damon ni esa tonta rubia habían entrado al juego, vaya aburrimiento.
- La rubia no ha querido jugar conmigo - me quejé entrando por la puerta - se ve que no le gustamos las morenas o algo así - dije fastidiada, cogí lo primero que tuve a mano, un jarrón, y lo tiré contra la pared, estaba estresada y cuando estaba así necesitaba romper cosas.

Klaus

Cuando terminé de ocultar al humano volví a la guarida y me senté tranquilamente a contemplar mi colección además de pensar en el siguiente paso. Miré a Katherina cuando entró por la puerta de mal humor.
- Me gustaba- dije sobre el jarrón-. Tranquila, me lo imaginaba- miré a Nick-. La rubia es tuya- dije serio-. Haz lo que tengas que hacer con ella, métete en sus sueños, atemorízala, sedúcela, quiero que la tengas comiendo de tu mano- que se lo contara todo-. Tú céntrate en Damon- le dije a ella mirándola.

-Hecho- comente cogiendo una chaqueta y poniéndomela por encima para salir hacia la calle, a lo mejor podía ir y si era de las vampiras que le gustaba dormir podría meterme en sus sueños a mucha gente le gustaba pensar que los sueños se hacían realidad y cuando yo aparecía era la monda.- -os veo mañana- les sonreí y salí, echando a correr por el bosque para ir a buscar a la rubia.

Klaus

- No aparezcas delante de ella todavía- le dije alzando la voz-. Sospecharía- si se encontraba a dos vampiros en una misma noche y a los que no conocía seguramente sospecharía de ello y acabaría hablándolo con Damon.

Sam

Después de practicar en el bosque con mis mascotitas decidí que era hora de volver a casa, era tarde y las chicas guapitas como yo no tenían que salir solas a esas horas. Me reí de mí misma y me quedé un momento parada, los otros dos lobos se habían ido, pero Ted seguía ahí, siempre cuidándome, qué mono. Salí del bosque y entré en la ciudad, paseando tranquilamente por las calles hacia las que se iba a casa.

Me adentre en el bosque, siguiéndole rastro de Katherina hasta donde se cruzaba con el de la vampira rubia y entonces seguí el suyo. La observe un rato y preste atención a sus movimientos. Parecía una chica normal, una vampira normal... incluso me sonaba pero no estaba seguro.

Seguí caminando a pesar de tener una extraña sensación, a veces miraba hacia atrás, me sentía observada, pero suponía que era porque Ted no se despegaba de mi, aunque iba a manzanas de mí podía sentirlo, y también podía sentir su preocupación...a veces el vínculo que tenía con él resultaba un tanto molesto. Llegué a casa y entré ignorando a Bianca y a Constantine. Entré en mi habitación y me dejé caer en la cama mirando al techo un segundo, pensando en lo aburrido que había sido ese día, aunque lo había aprovechado, porque ahora sabía que podía comunicarme con ellos a mas distancia de la que yo pensaba. Suspiré y estiré la mano para coger un libro, mi yo con humanidad se había hecho con un par de novelas románticas, y yo las leía porque ya estaban empezadas y me reía con lo patéticos que eran los protagonistas, ahora estaba leyendo una de Jane Austen.

KATHERINE
Miré mal a Klaus cuando me dijo que le gustaba, si tanto le gustaba que se comprara otro, cogí otra cosa, un cenicero de cristal y lo estrellé también contra la pared. Después fui a sentarme en uno de los sillones mientras pensaba en qué podía hacer ahora, era demasiado pronto para volver a atacar a Damon, tenía que dejar que pasaran unos días..

Yo estaba ansioso por que fuéramos a por la vampira que podía hacerte enfermar, pero Klaus quería que siguiéramos esperando, no entendía porque, había que cogerla y petrificarla cuanto antes. Como no querían me entretenía espiando a la vampira rubia que me habían mandado vigilar y sacar información, así que después de unos días decidí que era el momento de mostrarme. Caminaba por el bosque, como si fuera casual cuando me la encontré. Me quede parado, como de normal haría si viera un vampiro de pronto y la mire curioso, ladeando un poco la cabeza, después sonreí y me acerque, pero solo un par de pasos.
-Perdona, no sabia que fuera zona ocupada- comente como si me hubiera pillado por sorpresa.

Esa mañana era una de las que me sentía mal por las cosas que había hecho mientras no sentía nada, así que decidí ir a pasar el rato en el bosque, allí parecía que me sentía mejor, rodeada de animales. Me senté en un tronco caído mientras miraba jugar a dos pequeños lobeznos. Enseguida se asustaron y yo me giré a ver quien era, un vampiro por supuesto. Me levanté automáticamente mirándolo con desconfianza, no lo conocía de nada, ni siquiera me sonaba su cara, no era de aquí.
- No...no estoy cazando- dije mirándolo dando dos pasos atrás a la vez que él avanzaba.

-Entiendo- le dije parándome para que no se echara más hacia atrás- Entonces…¿no es zona ocupada? No quiero tener problemas con nadie… pensaba instalarme por aquí, pero parece que es un sitio con muchos de los nuestros- comente con una mueca, como si me hubiera encontrado con más.

- No, no lo es- dije mirándolo, menteniéndome quieta donde estaba. Ted estaba cerca por si acaso me atacaba, pendiente de todos los movimientos del vampiro, podía sentir su tensión-. Frost parece bastante atractivo para nosotros- le dije mirándolo- ¿de dónde vienes?- pregunté con curiosidad.

-De la zona, vengo desde Forks- le explique, no era del todo mentira, por allí era por donde me había conocido Klaus y donde me habían convertido- Todavía soy un poco joven, me da miedo salir de la zona que conozco- comente riéndome.- ¿Tu tambien te vas a quedar por aqui?- comente sonriendo, quitando la posicion de ataque, como si me fiara de ella, como si fuera un inocente vampiro joven.

- ¿Forks?- pregunté mirándolo-. Yo también vengo de allí...- dije mirándolo curiosa. Eso si no contaba el tiempo en Volterra claro...pero no lo estaba haciendo-. Llevo aquí un tiempo- dije mirandolo. No terminaba de fiarme de él, la cara de inocencia no traía nada bueno-. Joven...- repetí mirándolo. ¿Cuantos años tendría?.

-¿Enserio?- pregunte curioso, pero de verdad, no sabia que ella viniera de allí- ¿Cuando estuviste allí? Yo, bueno... me convirtieron allí, hace seis años- le explique sin acercarme todavía- Así que ya sabes lo joven que soy- sonreí un poco- Aunque no soy nativo de allí, vivía con mi familia en Nueva York, estaba en Forks por estudios- explique sentándome en una roca.- ¿Tu vivías allí? Que casualidad- sonreí.

- Sí...- lo miré mientras me hablaba y cuando se sentó él yo me senté en el tronco en el que estaba antes, manteniendo las distancias-. Vivía en Port Ángeles...- o eso parecía- pero me convirtieron y me trasladé a Forks...- dije mirándolo- hace seis años...aproximadamente- no estaba segura, no me acordaba de nada, solo sabía lo que me habían contado-. No estoy segura- dije mirándolo-. Si...- ya había dicho demasiado, no podía fiarme de él.

-Oh, vaya... eres de esos vampiros a los que se les borra la memoria cuando les transforman?- pregunte con curiosidad, sabia que en algunos casos pasaba.- Que suerte... o por lo menos creo que es una suerte, yo me acuerdo de mi familia, mis amigos... todo el mundo de mi vida pasada y no puedo estar ahí- me queje lanzando una piedra pequeña a la nada.- ¿Y viajas sola?- pregunte mirándola- Oh, lo siento... a lo mejor son demasiadas preguntas.- comente negando con la cabeza

- No, no soy de esos...a mi...me la borraron- dije mirándolo. Eso no lo consideraba importante- un vampiro con un don- comenté mirando el suelo. Notaba la agitación de Ted aún, no se fiaba-. Ojalá recordara a mi familia...- dije pensativa. Lo miré cuando tiró la piedra y suspiré-. Lo siento...- negué con la cabeza-. Aunque yo daría lo que fuera por recordarlos...- al menos así mi humanidad podría fijarse de una vez y no parpadear así...o al menos eso pensaba yo-. Si, si lo son...- dije mirándolo-. No te lo tomes a mal pero no te conozco...y soy joven pero he vivido lo suficiente para saber que no hay que fiarse de un vampiro que acabas de conocer.

-Oh vaya... pues lo siento- comente con una mueca, la mire asintiendo con la cabeza cuando me dijo que era joven pero que sabia que no se tenia que fiar de un vampiro que acababa de conocer.- Creo que eso se aplica también a personas ¿no crees? Siempre he sido de los que se fían demasiado... por eso siempre me llevaba los palos- puse una mueca.- Bueno, pues... siento haberte molestado- me levante de la piedra y me di la vuelta.- Por cierto, soy Nick- dije girándome después de un par de pasos.

- Ya, pero las personas son mejores que los vampiros- dije mirándolo- no matan...en su mayoría- hice una mueca y asentí cuando me explicó que él se llevaba los palos por confiar en la gente-. Yo también era así- suspiré y miré a un lado-. Tranquilo- no me había molestado porque no estaba haciendo nada-. Yo Samantha- me presenté- supongo que nos veremos por ahí- si pensaba instalarse seguramente lo haríamos, además tenía que controlar a todos los vampiros nuevos que me encontraba.

NICK
-Espero que nos veamos por ahí, me gustaría bastante- le dije sonriendo un poco, así podía darle a entender que me había gustado y que me encantaría volver a verla. Pasaron los días y conseguí llevarla al cine una vez, y otra vez que se sentara conmigo en un parque a pasar el rato. Pero otros días que me encontré con ella estaba arisca y reacia a hablar conmigo, era algo así como bipolar. Era una vampira complicada. Ese día me la encontré caminando por una calle.- hola Sam- la salude animadamente, esperando que fuera la Sam simpática.