Mijail Pavlov

-Gema a matado a Lola, la mujer de Clonney- le dije al chico serio- Todos sabemos que eso significa que lo malo acaba de empezar… y Lola no se quedo corta. Hace una hora que Gema ha salido del quirófano, le dio en el estomago. Sé que quieres terminar con ese tío tanto como yo, así que creo que está llegando el momento.- y necesitábamos gente- Nos vemos lo antes que puedas, así que tu pones la hora y el lugar.- a mi me daba igual, no tenía nada más que hacer que estar allí vigilando que nada mas pasara a mi hija.

- Si, se lo que significa- comente cruzandome de brazos-. Tengo gente de sobra- con el trato que habia hecho no tenia ningun problema, me sobraban hombres. Mire la hora-. Acabemos con ese cabron- estaba harto de sus tonterias y si encima habia hecho daño a Gema me cabreaba mas-. Yo puedo ir ya si quieres, ademas, tengo algo que podria sernos util, aunque hay que desarrollar un plan.

-Bien, pues nos vemos en unos 20 minutos en la plaza del pueblo, la cafetería que hay- le dije al chico por el teléfono, tirando el cigarro al suelo- Quiero matar a ese tipo cuanto antes… fue a traición total. Tengo suerte de que mi hija acertó entre las cejas.- no sabía ni como lo había hecho.

- Es Gema- dije como si fuera algo obvio-. Alli estare- le dije antes de colgar. Sali del baño y me acerque a Brooke- tengo que irme- cogi mi plato y lo lleve a la cocina, me acerque a ella de nuevo y le di un beso rapido en los labios. Llame por telefono a Chuck- te doy dos minutos- dije colgando despues- tengo que hacer unas cosas...te llamare, prepara las cosas para mañana- le dije para que no se le olvidara.

Gonzalo se levantó cuando le llamaron al móvil y se fue a hablar al baño. Me quedé mirando la puerta del baño con el ceño fruncido mientras iba comiendo despacio. Al poco rato salió y dijo que se iba.
- ¿Y a dónde te vas? - le pregunté mirándole, se acercó y me dio un beso rápido, me quedé mirándole curiosa - ¿vas a casa? espérate un segundo y te doy un tupper para Yon - comenté levantándome para prepararlo, aunque más bien era para ver si me decía algo más de a dónde se iba.

- No Brooke, luego me paso a por el o...mando a Chuck, no tengo tiempo- le dije mientras me ponia el abrigo, me agache a pasarle la mano al perro por la cabeza rapidamente-. Mañana esta preparada a eso de las 10 de la mañana- le dije desde la puerta. La abri y sali de alli, cuando llegue abajo Chuck iba por la esquina de la otra calle, paro a recogerme y fuimos a donde habia quedado con el padre de Gema.

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Llevaba tres días en Estados Unidos y era la primera vez que no echaba de menos mi país, no era que hubiera cogido cariño a este sitio, es que por primera vez en tres años no me sentía vigilada las 24horas del día y podía hacer lo que me diera la gana, como antes de que las cosas cambiaran.
Entré al edificio de Misha y subí hasta su piso, no me apetecía demasiado verle, quizás un poco en el fondo sí, pero no me quedaba otra, habían sido órdenes directas, así que me paré frente a su puerta y llamé.

Había pasado la noche con Adalia, cuando volví a casa después de dejarla a ella en la suya me acosté en el sofá y ahí me quedé dormido, cuando me desperté me di una ducha rápida y desayuné algo. Llamaron al timbre, me levanté y cuando abrí la puerta me quedé mirando a Selene con el ceño fruncido.
- Rusia queda por allí- señalé hacia un lado. Se me hacía raro que estuviera aquí. Me hice a un lado por si quería pasar y cuando lo hizo cerré la puerta.

Le sonreí falsamente y pasé dentro de su casa, poniendo una mueca mientras miraba alrededor.
- Pensaba que en cuatro años habrías conseguido ahorrar algo de dinero para salir de esta.. choza - comenté dejando el bolso sobre la mesa de café para poder quitarme la chaqueta - tranquilo, no vengo por placer - dije sentándome en el sofá - tengo una oferta que te conviene no rechazar - dije cruzando las piernas - ¿dónde están tus modales, no me ofreces nada de beber? - le pregunté sonriendo.

- En realidad tengo dinero, pero en esta choza no vienen rusos con mal humor- sonreí de lado y fui a la cocina- ya sabía yo que era raro que estuvieras aquí, desde luego no ibas a decirme lo mucho que me quieres- bufé y saqué el vozka que guardaba- no, no te voy a preguntar- saqué dos vasos y le serví uno- primero porque iba a ello, y segundo porque se lo que te gusta- le arrimé un vaso y me senté- ¿cual es esa oferta?- pergunté.

Rodé los ojos, se me había olvidado que Misha siempre tenía respuestas para todo. Cogí el vaso que me acercó y di un trago despacio, saboreándolo, mientras miraba todavía la cara curiosa, no estaba demasiado distinta a como la había visto la última vez.
- ¿Tienes prisa? - le pregunté sonriendo un poco mientras dejaba el vaso sobre la mesa - bueno.. supongo que recordarás a Nikolas Ivanov - era un par de años mayor que nosotros, su padre trabajaba para el mío y era uno de los peces gordos de Rusia, como el padre de Misha, así que se había criado prácticamente con nosotros - te ofrece un puesto de trabajo - dije mirándole - y te conviene aceptarlo - repetí como le había dicho al principio - tu padre ha tenido algunos problemas últimamente.. digamos que depende de ti que tu padre siga sentándose a la derecha de mi padre y no al lado de Igor - dije seria mirándole, Igor era, dentro de la mafia, uno de los cargos más bajos - yo no te lo digo tanto por tu padre.. si no más por tu madre - comenté levantándome, cogiendo el vaso de la mesa - creo que se volvería loca si tuviera que vivir en una choza como esta - comenté acercándome a una estantería a ver qué libros tenía.

- No, no tengo ninguna prisa, hoy es mi día libre- sonreí y le di un trago al vozka, había estado arreglando unas cosas en la costa, Martha había recibido no se qué en unos barcos, era muy importante y costaba mucho dinero, me había tocado escoltarlo con un montón de hombres más, en realidad no había querido contarme de que iba la cosa. Miré a Selene y negué con la cabeza- trabajo para Martha- le dije a Selene. Escuché lo que me empezó a decir y me alcé de hombros, la mano que ocupara mi padre me daba exactamente igual, pero al mencionar a mi madre la escuché con más atención- ¿qué tiene que ver mi madre con todo esto?- pregunté mirándola- se supone que ellos están asegurados- tenían mucho dinero- ¿que está pasando?- pregunté.

- No te preocupes, yo hablaré con Martha.. supongo que lo que haces tu lo podrá hacer cualquier otro - comenté girando un poco la cabeza hacia un lado para leer el título de un libro ruso, solté una risilla y me giré hacia Misha - no lo sé - mentí encogiéndome de hombros - yo solo sigo las órdenes de Ivanov.. vuelve al país yanquee y entre otras cosas busca a Mijail Pavlov, dile que ahora trabaja para mi - dije mirándole, bebí sin quitarle la mirada, estaba más guapo que la última vez que le había visto - el dinero tal como viene puede irse - comenté caminando hacia la ventana, moví un poco la cortina hacia un lado para poder mirar - tu padre está metido en negocios sucios, a escondidas.. y no le ha ido demasiado bien - le expliqué seria - ya puedes imaginarte para que te quiere Nikolas a su servicio - comenté mirándole de reojo, el padre de Nikolas y el de Misha siempre habían tenido una rivalidad para con mi padre - te recomiendo que aceptes durante un tiempo.. - dije volviendo la mirada a la ventana.

Hice una mueca cuando dijo que no lo sabía, no se lo creía ni ella, nunca hacía cosas sin saber para qué eran.
- ¿Y tu desde cuando recibes órdenes de Ivanov?- pregunté levantando una ceja-. Hablaré con Martha- dije finalmente- trabajaré un tiempo con ellos- terminé el vozka y me serví otra copa-. Pero dile que no lo hago por mi padre- que lo tuvieran claro, ni siquiera iba a quedarme con ellos, en cuanto estuviera solucionado volvía por mi cuenta-. No puedo imaginarme para que me quiere Nikolás a su servicio- sonreí de lado- pero seguro que tú puedes aclarármelo.

Sonreí mientras seguía mirando la calle cuando me preguntó por qué recibía órdenes de Ivanov.
- Estaría mal que no cumpliera las órdenes de mi marido y superior directo ¿no? - dije mirándole, sonriendo mientras levantaba una mano para que viera el anillo - bonito ¿verdad? - dije parándome a mirar el anillo - es el de mi madre - comenté sonriendo - claro, tranquilo, yo se lo diré - dudaba de que Misha pudiera hablar directamente con Nikolas - supongo que si por él fuera te pondría a cavar agujeros para enterrar cadáveres - comenté parando para beber un poco - pero creo que buscará algo menos humillante - dije riendo un poco, en realidad había conseguido convencerle de que dejara a Misha a mi servicio porque su idea sí que era la de los cadáveres y eso para nosotros era lo más bajo posible.

La miré cuando la vi sonreir de aquella manera, era la sonrisa que ponía cuando le estaba a punto de soltar una bomba, la conocía muy bien. Le di un trago al vozka y por poco me atraganté cuando escuché que era su marido. Cuando conseguí recuperar la compostura me quedé mirándola serio, se me pasaron un montón de cosas por la cabeza en un segundo.
- No voy a desenterrar cadáveres aunque me lo pida- dije serio. No me podía creer que nos hubiera hecho esto, ni ella ni su padre. Negué con la cabeza, estaba decepcionado, enfadado, irritado. Si me pedía que desenterrara cadáveres iba en busca de mi madre y me la traía conmigo, tenía dinero de sobra para proporcionarle una vida cómoda. Lo que no me podía creer es que fuera tan fría con este tema, con mi madre, sabía lo importante que era mi madre para mi, los demás me daban igual, mi madre en cambio era la mujer que más quería en el mundo-. Deberías irte- dije dándole un trago al vozka. No quería verla.

Observé atenta su reacción mientras bebía lo que quedaba de vodka en mi vaso, sabía que le había dado donde más le dolía: su madre, y por eso me echaba de su casa. Caminé hacia la mesita y dejé el vaso en ella, cogí la chaqueta y me la puse sin prisas, después cogí el bolso, lo abrí y saqué un teléfono móvil.
- Tu teléfono de trabajo - dije dejándolo al lado de su vaso de vodka - arregla lo que tengas que hacer con Martha.. esta noche a las diez en el Vitrola - comenté yendo hacia al puerta - bien vestido, peinado y afeitado - dije mirándole de reojo - y no vengas cenado - dije abriendo la puerta para salir, me aburría cenando sola. Salí fuera y fui hacia el ascensor para bajar al coche.

- Claro, señora Ivanov- dije con ironía. No toqué el teléfono y no la seguí con la mirada, no quería mirarla, no quería hablar con ella. Cuando salió por la puerta cogí mi vaso y lo lancé contra la pared. No me moví más en un rato, miraba el roto del vaso en el suelo. Conseguí reaccionar después de cerca de media hora. Llamé por teléfono a Martha para reunirme con ella. Salí de casa y fui a la suya. Estuve hablando con ella, ni siquiera me contuve a contarle lo que sabía de aquello y ella no me puso objeciones. Cuando acabé volví a casa, me afeité, peiné y arreglé para ir al Vitrola. Me había comprado un coche, valía más que todo lo que había en mi casa, incluido el propio apartamento, así que conduje hasta el Vitrola y lo aparqué donde encontré sitio.

Después de salir de casa de Misha fui a casa a arreglar los asuntos que tenía pendientes, teníamos que recibir un cargamento esa noche y tenía que estar todo preparado para que saliera sin problemas. Cuando terminé pasé por casa para darme una ducha y relajarme un poco, intentar tener una conversación civilizada con Misha siempre me ponía de los nervios. Después fui al Vitrola y bajé al despacho. Uno de mis hombres me informó de que Misha había llegado y le ordené que le hiciera pasar, ya habían traído la cena y había picado un poco, tenía hambre.

Cuando llegué al antro aquel me hicieron pasar al interior, la parte oculta al público. Nunca me había gustado ese sitio, y menos aún el interior. Me hicieron pasar a una habitación en la que ya estaba Selene y había comida puesta. Miré la comida y tal y como fui a sentarme sin mirarla a ella a la cara demasiado. El solo verla me daba rabia, sin embargo me contuve de darme la vuelta y volver por donde había venido. Me puse cómodo, levanté la vista y la miré serio.
- ¿Y ahora qué?- pregunté secamente.

Aparté el resto de papeles que tenía sobre la mesa cuando Misha entró al despacho y le miré atenta mientras se sentaba, no había sido capaz de mirarme en todo el rato hasta que habló, así que tenía que estar enfadado de verdad.
- ¿No tienes hambre? - le pregunté como curiosa mientras cogía mi tenedor para pinchar un poco de ensalada de mi plato - porque yo sí, y nos espera una noche un poco larga - comenté sonriendo, comí un poco y me recosté en la silla mientras masticaba, mirándole divertida - ¿te ha dejado tu última novia?.. ¿cómo se llama, Adalia? - le pregunté sonriendo - se te ve afectado - comenté mientras volvía a pinchar para seguir comiendo, agachando la cabeza e intentando aguantarme la risa.

- No, no tengo hambre- comenté mirando la comida- me alegro- dije sobre que tuviera hambre- ¿ya comes sola no?, pues adelante- la animé-. No, no me ha dejado, y si, se llama Adalia, vienes bien informada- sonreí con ironía- ¿no tenías otras cosas que hacer que investigar con quien salgo?- pregunté-. No es de tu incumbencia lo que a mi me afecte o me deje de afectar- comenté mirándola serio y dejando las muñecas sobre la mesa. La miraba y no podía creerme que nos hubiera hecho esto, no me afectaba en nada por mi padre, pero ella sabía que Nikolas y yo no éramos amigos precisamente, pero lo que peor llevaba era lo de mi madre, por no hablar de lo suyo. Ella se había casado con él.

- Después espero que no te quejes - comenté mientras seguía comiendo lentamente - ni tus tripas - dije señalándole con el tenedor - ese sonido me pone de los nervios - dije cogiendo la botella de vodka y sirviéndome en el vaso para dar un trago, se suponía que no podía beber, lo tenía "prohibido" pero ahora que estaba en Frost hacía lo que me daba la gana con todo - tuve un vuelo de doce horas muy aburrido.. con algo tenía que entretenerme, tenía tu informe delante y me entraron ganas de leer una comedia - dije riendo un poco al final - a medida que leía me di cuenta que era más bien una comedia romántica, ¿cuántas llevas en los últimos meses? - pregunté curiosa, aunque me sabía perfectamente el número, no había perdido el tiempo - la verdad es que ahora sí que me incumbe.. por eso de que ahora soy tu jefa - dije diciendo lo último lentamente, saboreando las palabras, era divertido ver su cara.

- Me da igual que te moleste el ruido de mis tripas- le dije sin rodeos- y si te molesta mucho manda a tus matones que te compren tapones, te sobra dinero y poder después de la fusión- porque eso era como una fusion de poder, a pesar de que el poder de su padre fuera mayor que el de su marido- espero que te lo pasaras bien- comenté sonriendo con ironía- ¿a tí que te importa?- pregunté- ¿no ponía nada más en el informe?, porque más bien pareces una maruja que una mujer de negocios y una jefa- dije mirándola- felicidades, has ganado un desterrado- sonreí de lado.