Apartamento de Vampiros.

- Oh, ¿enserio vas a tener esa cara de rancio toda la noche?- pregunté fastidiada- ¿y de verdad vas a estar todo el rato con "mi Sam" y tu?- rodé los ojos- entérate de que somos la misma...solo que yo soy su...parte divertida- comenté dándole otro trago a mi copa-. Vale, tu quédate aquí amargado si quieres, yo mientras tanto voy a ir a divertirme- me alcé de hombros y empecé a caminar hacia la pista de baile, habían puesto una canción que me gustaba.

La miré cuando empezó a hablarme pero no dije nada, solo me quedé mirándola mientras se iba hacia la pista de baile, podía vigilarla desde ahí. Suspiré, a mi no me parecía la Sam divertida. Ese sitio ya no me parecía divertido, no me lo estaba pasando bien, quería irme a mi casa, con Sam, ver una peli o estar simplemente abrazados. Quería que la Sam mala se fuera y no volviera.

Me fastidiaba sentirme vigilada, sabía que solo estaba aquí porque quería evitar que hiciera cualquier tontería, pero así solo me daban ganas de hacer más aún. Bailaba a lo mío, seguía el ritmo de la música y mantenía los ojos cerrados de vez en cuando, tratando de olvidarme de él, me lo quería pasar bien. Al abrir los ojos vi a un grupo de chicos que me miraban desde la barra, sonreí hacia ellos y seguí bailando, uno definitivamente se decidió a acercarse animado por sus amigos.
- Estás muy sola- gritó cuando se acercó a mí, pensando que no podía oírlo por la música. No olía nada mal. Sonreí un poco y me alcé de hombros-. Quiero bailar contigo- volvió a gritar. Este me daba la sensación de que era un pardillo, o eso o simplemente estaba muy borracho.

Puse una mueca cuando vi a un tío acercarse a Sam. Afiné el oído y le escuché decir que quería bailar con ella, tenía pinta de ir algo borracho. Me quedé observando atento mientras bebía despacio, si se acercaba mucho o la tocaba iba hacia allí, y si ella hacía la intención de ir a comérselo o de tocarle, también iba.

Me hacía tanta gracia que asentí con la cabeza a modo de respuesta. Miró a sus amigos y le levantó el dedo, aquellos se echaron a reír y yo miré alrededor riéndome también. Empezó a bailar, daba vueltas a mi alrededor y se acercaba y separaba cada dos por tres. Cada vez que se movía también lo hacía el aire que había a nuestro alrededor y venía hacia mí su olor, me estaban dando unas ganas tremendas de comérmelo, pero me mordí la lengua ligeramente y seguí bailando un poco. Estiró su mano hacia la mía y me hizo dar la vuelta por debajo de su brazo quedando después pegado a mí. Al final esta distancia iba a ser demasiado, porque tenía su cuello a escasos centímetros de mi boca...quería comérmelo.

- Venga, ya has bailado suficiente con mi chica - dije apareciendo por detrás del tío, había puesto mi mano en su hombro y apretando un poco le había apartado hacia atrás - vuelve con tus amigos antes de que me mosqueé - dije serio, esperé a que reaccionara un poco y me puse delante de Sam - ¿te lo pasas bien? - le pregunté sin cambiar el tono de voz - quiero irme a casa.

Miré a Mark cuando apareció por detrás del tipo, estaba fastidiada, me lo quería comer. Suspiré y me quedé callada hasta que se fue, aunque había pensado en gritar o algo así, a lo mejor de esa manera me podía escabullir de él.
- Lo estaba haciendo hasta que has venido- suspiré-. ¿Enserio?, no llevamos ni una hora- me quejé y me crucé de brazos mirándolo con el ceño fruncido-. No soy una niña- el podía irse si quería. Bufé-. Baila una canción más conmigo y nos vamos- al menos así podría quitarlo de mi vista.

Suspiré mirándola y rodé los ojos acercándome a ella, no quería bailar, no me apetecía y menos con esa Sam, encima cambió la música y empezó una más lenta.
- Después de esta nos vamos - dije poniendo mis manos en su cintura y acercándome un poco a ella, aunque estaba incómodo y un poco tenso, sentía como que esa Sam era una impostora y no quería estar cerca de ella, pero era exactamente igual que Sam, y olía tan bien cómo ella - llevo todo este rato pensando cómo hacer para que vuelva la verdadera Sam - comenté mientras pasaba distraídamente mi nariz por su cuello, rozando levemente su piel.

Sonreí satisfecha cuando accedió a bailar una más conmigo, aunque al momento me arrepentí porque la música cambió y no a una rápida, no entendía por qué ponían en una discoteca música lenta. Miré alrededor y puse una mueca, había muchas parejas bailando, pues vaya... Estaba incómoda tan cerca de él, no me fiaba un pelo, yo quería una canción que pusiera distancia o que al menos me dejara provocarlo. Había mucha tensión, no por mi parte, sino por la suya, algo que me daba miedo, porque no era una tensión de rabia o alguna de las reacciones que había tenido a lo largo de la noche, era como de...anhelo, deseo...Se me erizó la piel cuando escuché su voz y puse una mueca que él no podía ver cuando rozó mi piel de esa manera. Me tropecé un poco con sus pies y tuve que sujetarme a él para no caerme. No recordaba la última vez que me había tropezado así, de esa forma tan estúpida.
- Creo que no quiero seguir bailando- dije mirándolo a los ojos. Tenía una sensación extraña en la tripa, como cosquillas, era desagradable.

Sonreí para mis adentros cuando Sam se tropezó.
- Siempre has sido muy patosa - dije mirándola a los ojos, siempre pensaba que me habría gustado conocerla de humana, ¿sería igual de patosa o más aun? no se veían muchos vampiros patosos - ¿y qué quieres hacer? - pregunté sin mover mis manos de sus caderas.

- Ya, bueno, en realidad hacía días que no me tropezaba- comenté como si nada. Lo miré a los ojos intentando ver alguna cosa, me estaba dando unas vibraciones muy raras, parecía que habían cambiado las tornas de golpe: ahora era yo la que estaba tensa-. Podríamos empezar por separarnos- dije sonriendo falsamente. No me gustaba la sensación que tenía en el estómago y que se iba extendiendo, me daban como ganas de vomitar incluso.

Me separé de ella con expresión seria, sabía que era la Sam mala pero no me gustaba sentirme como rechazado.
- Vamos - dije cogiendo su mano para ir hacia la salida de la discoteca, se me había ocurrido un sitio al que podíamos ir, quizás así volvería mi Sam - quiero ir a un sitio - comenté esperando a que recuperar su chaqueta para ir hacia el coche.

Me sentí considerablemente aliviada cuando se separó de mí y más aún al ver su expresión, como si ya no hubiera peligro, aunque algo me decía que no tenía que sentirme tan aliviada. Lo seguí hasta donde estaban los abrigos y cogí mi chaqueta. Me la puse mientras salíamos y lo acompañé hasta el coche de nuevo-. Pensé que querías volver a casa- igual quería comerse otro ciervo o algo. Rodé los ojos y monté en el coche sin decir nada más, cuando antes me dejara en casa mejor.

- Se me ha ocurrido algo mejor - comenté al montar en el coche. Arranqué el motor y conduje en silencio hasta el lugar, lo habían construido un par de años después de que me encerraran en la cueva y ella se fuera a Volterra, no sabía si había ido alguna vez, yo era la primera. Por supuesto estaba cerrado porque era de noche, así que tendríamos que colarnos. Dejé el coche aparcado en el parking y bajé para empezar a caminar hacia allí. - Creo que podremos entrar por la parte de atrás - comenté guardándome las manos en los bolsillos mientras caminábamos.

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Después de hablar con Katherine me fui a un bar a tomarme un par de copas y cuando me canse encendí el móvil, tenia mil mensajes y llamadas, lo borre todo y me tome otra copa más antes de irme. Al llegar al piso los demás vampiros estaban allí.
-Damon, yo…- empezo a decir Bianca pero la corte levantando una mano.
-No me hables, dedícate a dar órdenes y olvídate de que existo si no quieres que te arranque el corazón- dije de mala gana, quitándome la chaqueta para dejarla sobre una silla.

Llegué enseguida, y cuando entré miré alrededor hasta que dí con Damon. Bianca me fulminó con la mirada, pero pasé de ella, no me interesaban sus tonterías.
- Necesito hablar contigo...- le dije a Damon mirándolo angustiada- por favor- le pedí para que supiera que no le estaba dando ninguna orden-. Yo no quiero esto- dije rápidamente, antes de que hablara-. Dile que se vaya- sabía que Bianca no me iba a hacer caso y yo quería hablar a solas con él.

-Vas a tener que ordenármelo, jefa- le dije a Sam cuando me comento por favor que fuera a hablar con ella- Me haces comprender porque me han degradado, pareces una niñata pidiendo las cosas así… no te he educado para ser una mindundi- le dije serio-Pues te jodes, es lo que tienes, apechuga con ello- comente cuando dijo que no quería eso y eche a caminar hacia mi habitación.

Él tenía razón, no me había educado para ir rogándole a nadie, pero estaba tan confusa y sabía que él estaba tan enfadado que me sentía pequeña...aunque en ese momento me recordó un poco que no lo era tanto.
- No te comportes como un idiota- dije mirándolo y siguiéndolo hasta su habitación-. ¡Lárgate!- le grité a Bianca desde donde estaba, cerrando la puerta de la habitación después de un portazo-. No quiero tu puesto- le dije mirándolo seria, angustiada aún-. No estoy preparada para esto, y no voy a hacerlo- afirmé-. Tu eres el jefe, no yo- me señalé.

-No Sam, tu eres la jefa y yo soy el último mono de esta misión- le explique mirándola- Si no quieres el puesto llamas a Marco y se lo dices o habérselo dicho cuando te lo dieron- a mí que me dejaran en paz.- ¿Por qué me sueltas a mi esta mierda de rollo?- pregunte levantando una ceja- Me trae sin cuidado, deberías preocuparte por encontrar a Klaus antes de que robe mas ataúdes.- dije empezando a quitarme la ropa.

- Porque tu eres lo más parecido a un creador de verdad que he tenido, has cuidado de mi en los últimos años, me has enseñado cosas que ni siquiera sabía que podría hacer y has tenido fe en que pudiera hacerlas...- dije seria-. Yo no soy la jefa y tu no eres el último mono- negué con la cabeza y saqué el teléfono-. Está bien- me iban a cortar la cabeza, pero yo no quería el puesto, por alguna razón me entraba pánico solo de pensar que Damon pudiera creer que yo lo iba a traicionar-. Que le den a Klaus y a los ataúdes- dije marcando el número de Volterra.

-¿Puedes salir para que me desnude tranquilo o quieres mirarme mientras me ducho?- le pregunte empezando a bajarme los pantalones y dejando el resto de ropa que ya me había quitado a un lado. No le dije nada sobre lo que estaba haciendo, porque me daba igual.

- Oh, tu sigue, quiero que oigas como mandan a Alec y Jane para que me corten el cuello...además, luego podré hablar con Caroline sobre la cantidad de lunares que tienes en el cuerpo o tu marca de nacimiento- me alcé de hombros. No sabía si la tenía, y tampoco me iba a fijar- apuesto a que Caroline los ha contado- comenté como si nada sobre sus lunares-. Heidi, pasame a Marco, tengo que hablar con él...espero- afirmé cuando me dijo que ahora mismo me lo pasaba.

Me termine de quitar la ropa y me gire hacia ella, mirándola vacilante mientras le sonreía ampliamente. Estire una mano para coger la toalla de encima de la cama y camine hacia el baño, encendiendo el agua para meterme en la ducha. Me daba igual lo que hiciera, era su vida y a mi me la sudaba, en unos meses como mucho estaría fuera de las filas y me alejaría de todos ellos para siempre.

Me di la vuelta cuando se desnudó del todo, rodando lo ojos...era un guarro. Esperé que reaccionara en el último momento, pero no lo hizo, se metió en el cuarto de baño ignorándome. Marco cogió el teléfono, por un momento no supe que hacer, pero al final reaccioné rápidamente, con mi nuevo don de contar mentiras heredado del idiota de mi "profesor Vulturi".
- Solo era para avisar de que Damon ha vuelto a Frost y no ha hecho ninguna tontería- Marco me había avisado de que lo tuviera vigilado-. Estaré atenta y me pondré a trabajar de inmediato- colgué el teléfono y salí de la habitación dando un portazo. Me apoyé en la pared cerrando los ojos, me daba miedo enfadarme, no podía controlar mi humanidad y no sabía cuando podría apagarse, así que intentaba calmarme un poco.

Termine de ducharme tranquilamente y me puse algo de ropa limpia, llevaba dos días con la misma y olía demasiado a humanos de haber ido con ellos en el avión. Al terminar salí hacia el salón donde estaban todos y cogí mi copa de siempre para ponerme whisky.
-¿Que tenemos que hacer?- les pregunte apoyándome en la pared.- Si no hay nada yo... me voy a buscar a ese imbécil por mi lado, cuando les vaya a los Vulturis con el premio os descenderán o os cortaran la cabeza y yo seré el héroe- les explique sonriendo.