Valle-camping Frost.

- No pasa nada, ya me dejarás tu chaqueta cari - le dije sonriendo ampliamente, me acerqué a él y le di un besito en la mejilla. Condujo hasta la zona del camping y fuimos a instalarnos, solté a los perros que enseguida echaron a correr contentos.
- No os alejéis mucho - les grité, aunque nunca se solían alejar demasiado - no habrá osos o animales grandotes por aquí ¿no? - le pregunté a Gonzalo acercándome a él, esperando a que colocara la manta en el suelo - qué bien, me encanta el campo - dije contenta, cogí aire despacio - aire puro - dije sonriendo - ¿no estás contento? - le pregunté a Gonzalo dando un par de saltitos - y qué bonito está todo.. - comenté mirando alrededor.

Coloqué la manta mientras miraba de reojo a los perros, no me fiaba de que se alejaran, aunque nunca solían hacerlo. Cuando estuvo colocada me senté en ella dejándole sitio a Brooke.
- No suelen entrar osos, les da miedo de la gente- comenté mirando alrededor, no había demasiada gente hoy- pero alguna vez pueden entrar en busca de comida- le expliqué- de todas formas tranquila- iba armado. Siempre-. Si, estoy muy contento de estar aquí, ¿no ves mi sornisa?- pregunté con ironía. En realidad no me disgustaba estar aquí, me gustaban estas cosas-. Estoy bien, así el bicho de Martha podrá correr y no me chillara en el oído.

- Pobres osos - dije poniendo un puchero, me arrodillé encima de la manta cuando terminó de colocarla - ¿no te parecen monos los ositos pequeños? son tan graciosos.. ¡oh, un día podríamos ir al zoo! - dije sonriendo, se me acababa de ocurrir y era una idea genial - jo, no seas tonto, si tan poco te apetecía venir haberlo dicho y nos habríamos quedado en casa como dos viejos - dije mirándole, suspiré y miré hacia donde estaban los perros jugando, es que siempre estaba de mal humor, ni en el campo se alegraba.

- Que estoy bien Brooke- rodé los ojos-. Me gusta el campo, estoy cómodo y esa mocosa va a tener mucho sitio por el que corretear y gritar, estoy genial- sonreí de lado-. Que si, que si- le dije sobre el zoo, ni siquiera me lo había pensado, lo decía para que no siguiera insistiendo con el tema o se pegaría toda la tarde hablándome de lo mismo-. ¡Eh, venid aquí!- les dije a los perros. Ellos vinieron corriendo- no os alejeis, como os roben...- mataba a quien fuera, eran míos- Tengo sed- me quejé empezando a rebuscar en la bolsa.

- Vale, vale - dije rodando los ojos, cogí a Elvis en brazos y le abracé - ay mi perrito, eres el único que me da mimos y me quiere - dije mientras le seguía abrazando, él intentaba chuparme la cara, no pasaron ni dos segundos y tenía a Sinatra casi encima, me entraba la risa y no podía quitármelos de encima - ¡ay cuánto amor! - exclamé riendo mientras les abrazaba e intentaba tirarlos a ellos al suelo, siempre jugábamos así.

- Oh cuanto amor- dije imitándola- que asco- comenté al ver a los perros- a mi no se te ocurra besarme eh- la advertí-. Chucho dos, vas a aplastarla, que estas gordo, quítate de encima- me quejé echando al perro a un lado-. Deja de hablar tanto de amor que pareces un puto estratarrestre de esos de colores con antena parabólica- no sabía como se llamaban, pero eran super feos, no me gustaban nada.

Martha

Montamos en el coche y fuimos al valle en el que habíamos quedado con Gonzalo y Brooke. Al parecer habían estado enfadados, pero ya habían conseguido hacer las paces.
- Mamá ¿falta mucho?- preguntó Silvia por duodécima vez.
- No, no queda mucho- repetí como las otras veces. Se ponía muy pesada- y cuando salgas del coche que tienes que hacer- le pregunté.
- Coger la mano de Jota y la tuya hasta que estemos con los demás- me respondió- pero yo quiero correr- se quejó.

- Vale, tranquilo, ya no te besaré - dije rodando los ojos - ay, déjales, no está gordo - dije estirándome para coger el cuello a Sinatra - mi perro bonito - murmuré escondiendo mi cara en el cuello del perro, le di un beso ahí y después suspiré dejándome caer hacia atrás para tumbarme en la manta, estaba un poco cansada de haber jugado con los perros, Sinatra estaba fuertote, se tumbó a mi lado y estiré mi mano para acariciar su cabeza, Elvis se puso delante de Gonzalo y empezó a moverse delante de él, dando saltitos y ladrando para que le hiciera caso.

-No te preocupes, correremos- le dije a Silvia sonriendo, ella soltó una risilla y siguió mirando por la ventanilla. Cuando llegamos dejamos el coche en una especie de parquing y bajamos, Silvia corrió a darnos las manos y después yo empecé a andar más rápido, tirando de la cría y ella de Martha para que se pusiera a correr.- Vamos, que te pesa el culo- le dije riéndome.

Hice una mueca cuando le dio otro beso al perro, mira que sabía que no me gustaba que la chuparan y que ella los besara, pero nada, luego era yo el que no hacía caso. Resoplé y miré al chucho cuando empezó a ladrarme. Suspiré y me estiré a por un palo. Lo cogí y lo lancé, enseguida corrió a por él. Volvió y me vi negro para quitárselo porque no se dejaba.
- Oye, a mi no me jodas- le dije tirando del palo de una vez. Hice como que se lo lanzaba pero no lo hice y se puso a buscar. Entonces escuché esa voz chillona que me ponía de los nervios.
- Gonzaaaaaloooooooo- miré hacia donde venía.

Martha

- Nunca le digas a una mujer que le pesa el culo- le avisé a Jota.
- ¿Y por qué mamá?- preguntó Silvia mientras tiraba de mi, yo iba un poco más rápido cada vez.
- Pues porque le podemos dar una patada en la entrepierna- le dije a Silvia.
- Mamá me ha enseñado a dar patadas en la entrepierna- dijo ella sonriendo a Jota. Sonreí. Miró a Gonzalo y lo saludó como siempre, medio canturreando- Tía Brooke- soltó nuestras manos y corrió hacia Brooke agarrándose a su cuello y dándole un beso.

Me incorporé cuando escuché a Silvia llamar a Gonzalo y la vi corriendo hacia nosotros, al llegar a mi se cogió a mi cuello y me dio un beso, yo la abracé.
- Cada día estás más guapa - dije mientras la abrazaba - ¿y este vestido tan bonito? - pregunté mientras la miraba, Sinatra se había levantado y la estaba olisqueando - hola - saludé a Martha y Jota sonriendo.

-Hola pareja- salude a Brooke y Gonzalo cuando llegamos donde estaban- ¿Cómo lo llevas?- le pregunte a él estrechando su mano, abrí la bolsa que llevábamos y cogí dos latas de cerveza, pasándole una a él.- Vamos a lo que importa- comente riendo mientras la chocaba contra la suya y miraba a las chicas que hablaban del vestido de la cria.

- Hola- saludé cuando llegaron hasta nosotros. Cogí la cerveza al vuelo y la abri dándole un trago para que no se vertiera- menos mal que alguien tiene algo de sentido común- comenté mirándolos. Llevaba con ganas de una cerveza toda la mañana. El perro vino a mi, pero como no le hice caso dejo el palo en el suelo y empezó a darme con la pata mientras me ladraba- que plasta- lo cogí y se lo lancé-. Bien, como siempre- suspiré- ¿Has empezado a trabajar?- le pregunté.

Martha

- Si, lo he elegido yo- dijo Silvia sonriendo después de que yo saludara a Brooke. Se sentó en el cesped y suspiré.
- Ya veremos lo bonito que queda cuando acabe el día- se había empeñado en ponerse el vestido hoy, otras veces no quería. Estiró el brazo hacia el perro y le dio palmadas en el morro.
- Puaag, babas- se quejó y se rió. Miró a Gonzalo y Jota-. Mamá, Janet dice que los que toman eso son borrachos- dijo mirándome y señalando la lata- ¿Jota es un borracho?- me reí a carcajadas cuando la escuché, mientras me colocaba en la manta que tenían.
- No, no lo es cariño- dije riéndome. Ella me miró poniendo una mueca de "¿por qué te ries?". Un hombre pasó con un caniche con correa por delante nuestra.
- Alaaaa que perro más feo- gritó señalándolo. El hombre la miró. Es que el perro llevaba un corte de pelo de esos feos, tenía zonas con pelo y zonas sin ella- se parecen, ¿a que si?- le preguntó sobre el dueño y el perro. El dueño también llevaba pelo solo a trozos, era medio calvo el hombre.
- Silvia, que te he dicho de señalar- le bajé la mano.
- Que no se hace...- repitió suspirando-. Me gusta tu pelo- le dijo a Brooke para cambiar de tema.

- Vaya dos - dije negando con la cabeza cuando vi a Gonzalo y Jota con las cervezas en la mano - no es feo, es diferente - dije mirando al pobre perro del señor que señaló - seguro que es super cariñoso y eso es lo importante en las mascotas - comenté sonriendo - ¿de verdad? - dije pasándome una mano por el pelo - a mi me gusta el tuyo, tienes un corte muy bonito - le dije a Silvia sonriendo, era lo primero bonito que me decían en muchos días sin contar con lo que me decía Yon.

-Que va, todavía estoy de vacaciones- le comente a Gonzalo después de darle un trago de cerveza a la lata.- Empiezo en una semana justa, aunque ya me envían cartas para ir mirando tonterías… y un manual de enseñanza. Coño, que solo voy a enseñarles a poner bombas. ¿quieres saber cual es la primera norma? No se puede volar nada- puse una mueca- El primer ejercicio que voy a hacer, sera volar el manual- sonrei

Hice una mueca cuando me comentó lo del manual ese, yo había tenido que leerme varios para dar charlas estúpidas en los colegios.
- Pues vaya mierda, vuélalo- lo animé- aunque mejor que no te pillen- le di un trago a la cerveza y le lancé al perro el palo, al momento lo trajo de nuevo y cuando lo iba a tirar llegó Silvia y me lo quitó para lanzárselo ella-. Al menos no estas lejos- comenté sobre su trabajo- tenía que ser una mierda estar allí solo- hice una mueca.

Martha

Rodé los ojos, Silvia siempre hacia lo mismo cuando la regañaba, hablaba de otra cosa para cambiar de tema. Suspiré y la miré, se puso contenta con lo que le dijo Brooke. Cuando vio que Gonzalo le tiraba al perro un palo se acercó a él y a Jota.
- Yo quiero- cogió el palo y se lo tiró.
- Es una enrreda- suspiré y la miré-. ¿Que tal estais?- sabía que habían estado enfadados, era algo común en ellos y además se les había notado en el cumpleaños de April- ¿aún seguís enfadados?- pregunté.

- Bueno.. - dije encogiéndome de hombros - sin más - dije mirando de reojo a Gonzalo - él sigue un poco cabreado y como ya no sé qué más hacer para que se le pase, actúo con normalidad - le expliqué a Martha en voz baja para que los chicos no nos escucharan - ¿y vosotros? seguro que estáis aprovechando para hacer juntos todo lo que no habéis podido hacer en los años que Jota ha estado fuera - dije sonriendo, alzando las cejas a la vez.

-Bueno, no estaba solo, estaba con los compañeros. Nos montábamos nuestras propias fiestas, aunque cuando estas allí sí que se echa de menos la casa, cuando vuelves ni te acuerdas- sonreí- Durante el día estas de misión, por la noche cenamos, jugamos a las cartas o escribimos cartas y después a dormir. La noche es lo peor de todo, como haga mucho frio o te toque estar de misión porque ha pasado algo… te cagas en todo- me reí- El trabajo de ahora pinta bien, no hare prácticamente nada y esta a una hora en coche, que no es mucho. Además no trabajo todos los días…- sonreí- Solo cuatro a la semana.

- Ya, bueno, pero como no te folles un escarabajo yo no se- rodé los ojos y me reí dándole un trago a la lata- a mi no me molan esas cosas- nunca se me habría ocurrido meterme en el ejército- yo prefiero estar cerca de casa- el tema de las pistolas me daba lo mismo-. Entonces no está nada mal, si quieres me enseñas a poner bombas y nos cambiamos el curro- yo estaba ya hasta los huevos de la ATF- encima no trabajas todos los días- a mi me tocaba pringar incluso algunos festivos.

Martha

- Bah, ya se le pasará- me alcé de hombros- los tíos son así- hice una mueca-. Cuando Jota se enfada conmigo lo tonteo un poco y se le pasa- me reí-. No te creas eh, tampoco es tanto- comenté pensativa- vamos, los primeros días no salimos casi de la cama- sonreí- pero luego...ya sabes, la niña, el trabajo, él también necesita su espacio...sobre todo Silvia, no nos deja un momento, además no le gusta que nos besemos, que me abrace...cuando me descuido la tenemos en la cama- sonreí-. Pero ya no se va a ir así que tengo mucho tiempo.

- Ya, supongo que no le durara para siempre - suspiré - al menos no está tan cabreado como antes - desde que le había dicho que me iba y habíamos tenido esa discusión estaba más agradable, pero todavía le notaba mosqueado - ya, claro.. - comenté afirmando mientras ella se quejaba porque apenas podían estar solos con Silvia en medio - pues cuando quieras me la dejas, que yo te la cuido una noche para que os podáis ir de cena romántica - le dije riendo un poco - que no me importa - dije sonriendo.

- No se Brooke, es un monstruito- le dije haciendo una mueca- no para- la señalé. Corría y el perro la perseguía porque tenía el palo- ¡No te alejes!- ella me miró y lanzó el palo para que lo cogiera el perro- ¿ves?, aunque le digas que se esté quieta no lo va a hacer, te esconderá las llaves, se desnudará y tendras que correr detras de ella- rodé los ojos-. Bueno, seguramente no, porque eso solo me lo hace a mi- me reí- es más mala...- comenté mirándola-. Además no se si Jota querría una cena de esas, tendría que hablarlo con él- suspiré- y luego está tu marido- reí.

-Bueno, mis cuatro días van variando cada tres meses. En el ejercito se va a clase hasta los domingos, así que muchos meses me tocara currar los fines de semana completos y cosas de esas raras que pasan...- rodé los ojos y le di un trago a la cerveza- ¿El chucho sabe nadar?- pregunte a Gon, porque Silvia miraba el agua, después me miro a mi y cuando le asentí con la cabeza lo lanzo dentro del agua riéndose.

- Pues entonces no te lo cambio- le di un trago a la cerveza- me quedo con el mío que tengo vacaciones- además hacía lo que me daba la gana, esta era mi ciudad, bueno, más bien la de Martha, pero yo lo hacía todo-. No lo se- le dije sobre el perro- todos los perros saben ¿no?- pregunté. Miré hacia donde él señalaba y me quedé con la boca abierta- a Brooke le da algo- dije mirando como la niña lanzaba el palo al agua.
- ¡Silvia!- escuché gritar a Martha. El perro se tiró al agua a por el palo y empezó a chapotear.
- ¿Se ahoga o nada?- pregunté. Brooke sería capaz de hacerme meter dentro para sacarlo.

Miré hacia Silvia cuando Martha la llamó y vi a Elvis en el agua, me quedé con la boca abierta.
- Sí ¿no? no sé - dije preocupada, me levanté y eché a correr - ¡Elviiis! - gritaba mientras me acercaba, el perro chapoteaba en el agua con el palo en la boca - ¡ay, que se va a ahoga! que alguien lo ayude - dije mirando alrededor, no quería meterme que seguro que estaba sucia y helada.

-Ups- dijo Silvia mirando como su madre le gritaba y Brooke se ponía histérica. Me acerque a ella y la cogí de la mano, estirando hacia mí para cogerla en brazos.
-Tranquila, ha sido sin querer…- le guiñe un ojo y le deje un beso en el cuello- Los chuchos saben nada de nacimiento.- le dije a Brooke acercándome- Venga, Elvis, ven aquí.- lo llame.