Casa Selene Volkova

- Ah, que lo de atropellarme era broma...- asentí- tengo que ver más programas de humor negro- apoyé el codo en la ventanilla y la miré de reojo-. Que no te lo mancho- rodé los ojos y apoyé la cabeza en la mano. Estaba cansado, me dolía la herida y además la otra parte por la costilla, me había dado un golpe seguro, pero ahora no lo recordaba-. Lo de que no se donde están las llaves va enserio, las tenía en el pantalón y está roto, solo he encontrado el móvil y la cartera.

- No sé, a lo mejor sí, a lo mejor no.. - dije mirándole de reojo - reza por no tener que comprobarlo nunca - comenté refiriéndome a lo de pasarle por encima con el coche - claro, que casualidad, encuentras la cartera y el móvil pero no las llaves de mi coche - comenté mientras conducía hacia la ciudad - ¿dónde te llevo para que te curen eso? sería irónico que ahora murieras por una infección..

- Yo también espero no tener que comprobarlo nunca- ahora que era humano no podia curarme con la misma facilidad que antes, aunque antes el proceso era lento-. Piensa lo que quieras- comenté mirando por la ventana, no me iba a matar en darle explicaciones-. A mi casa, no quiero ningún médico ni nada que se le parezca- todos ellos harían preguntas y no quería ni podía contestar ninguna.

- Pues deberías ir a algún lugar donde pudieran ponerte la vacuna de la rabia, ahora no eres inmune a esas cosas - comenté mientras conducía hacia su casa - además, alguien debería curarte bien eso y coserlo bien si no quieres una cicatriz enorme - comenté bajando un poco la ventanilla, me gustaba el fresco que hacía al amanecer.

- Tengo vacunas de emergencia en casa, no te preocupes- comenté mirando por la ventanilla-. ¿Quieres curarme y coserlo tu?- pregunté. Lo dudaba mucho, y la verdad es que estaba demasiado cansado para aguantar una discusión con ella-. Entonces simplemente déjame en casa, ya se curará solo, o intentaré curarmelo yo, no creo que sea tan difícil- antes no tenía que preocuparme de eso, suponía que tenía alcohol y esas cosas en casa, Brooke se habría encargado de comprarlo seguro.

- Tranquilo, no me preocupo - mentira - solo era por mantener una conversación, pero si quieres que me calle.. - me encogí de hombros frenando en un semáforo en rojo - si lo hubieras pedido de otra forma igual me lo pensaba, pero creo que mejor te curas tu solito - le miré de reojo sonriendo falsamente. Apoyé el codo en la ventanilla y la cabeza en la mano y suspiré mientras miraba el semáforo, esperando que se pusiera verde.

- Es que no ibas a querer hacerlo Selene, era una pregunta retórica, simplemente no me apetece que te rías de mi, hoy estoy demasiado cansado, cuando empecé a transformarme volvía a casa de mi segundo trabajo, como comprenderás aunque estoy contento no estoy de humor para que nadie me trate mal- comenté sin mirarla. Es que simplemente no tenía fuerzas ni ganas para contestarle.

Rodé los ojos mientras le escuchaba, qué bobo era a veces. Suspiré colocándome bien cuando el semáforo se puso en verde y seguí conduciendo hacia su casa.
- Vale, como quieras - comenté sin mirarle, iba a quedarme callada el resto del camino pero no pude - si no querías que me riera de ti haber llamado a otra persona - dije sin mirarle, paré el coche en doble fila frente el portal de su casa y volví a apoyar el codo en la ventanilla mientras esperaba que se bajara.

- Es que no había nadie más- le respondí mirándola antes de bajarme del coche. Cuando bajé me llevé la mano al costado y subí hasta mi casa, una vez allí intenté curarme yo solo, pero había perdido la practica, aunque servía para apañarme de momento.

Después de colgar el teléfono me acabé el vaso de vodka y me volví a meter en la piscina. Después de hacer unos cuantos largos me informaron de que Misha estaba pasando la seguridad, así que salí del agua y me sequé un poco con una toalla.
- Qué rápido - le dije sonriendo dejando la toalla sobre la hamaca - espero que no lo seas para todo porque sino pobre de tu novia - comenté mientras me servía otra copa de vodka - ¿te apetece una copa.. o un baño? - pregunté mirándole de reojo mientras bebía.

Entré después de ella y la seguí hasta las piscina, dejó la toalla y miré a otro lado, no quería mirarla, era guapa y era pura fachada, por dentro no era así.
- No lo se, pregúntaselo a mi jefa, ella tiene que recordarlo- me alcé de hombros-. Soy rápido cuando tengo que serlo, y desde luego mi novia está muy contenta conmigo y mis tiempos.

Me quedé mirando al techo como si estuviera pensando y después moví la cabeza hacia los lados.
- Bueno.. sí, sin más - comenté sentándome en el borde de la tumbona - yo te metería dentro de los del montón - le sonreí y di un trago - ¿qué te apetece hacer? - pregunté mirándole, íbamos a hacer lo que yo quisiera pero tenía curiosidad - y no me digas que perderme de vista, marcharte o cosas así, no seas aburrido - dije mirándole divertida.

- En realidad me da igual lo que tu pienses, me acuesto con mi novia, no contigo- comenté sin mirarla aún. Por pura costumbre tenía una postura firme, piernas abiertas y manos atras, era la postura que tomaba en el trabajo-. Dejémoslo en que soy aburrido entonces- porque lo que en verdad quería era perderla de vista de verdad-. ¿Por qué no me dices que quieres que haga y nos ahorramos el tiempo que vamos a perder tu insistiéndome y yo sin contestarte?- pregunté.

Rodé los ojos, siempre igual de aburrido.
- Oh vamos.. ni siquiera me estás mirando - me quejé mirándole a él, es que si no le veía la cara no era divertido - pensaba que tenías mejor disciplina, que te habían educado mejor en el ejército - comenté moviendo el vaso para que los hielos giraran dentro, me levanté y caminé hacia él - tienes que mirar a tu superior, responder sus preguntas y obedecer sus órdenes - dije pasando por su lado - espera aquí, voy a cambiarme - comenté caminando hacia la puerta - aburrido - murmuré en ruso lo suficientemente alto para que pudiera escucharme. Me terminé la bebida por el pasillo y dejé el vaso en uno de los muebles, ya lo recogería alguien, me vestí y recogí el pelo, después de secarlo un poco con el secador.
- Vamos - dije asomándome por la puerta de la piscina, sin pararme demasiado a esperarle para seguir caminando hacia la salida - nos llevamos mi coche - le dije a uno de mis hombres saliendo por la puerta, monté en el ascensor y esperé a que llegara Misha para darle al botón de bajada.

A pesar de lo que me decía seguía mirando al frente, sin mirarla a ella. Esperé a que se fuera para poder respirar con tranquilidad y quitar la posición tensa. Suspiré y miré alrededor. Cuando volvió diciendo que la siguiera la acompañé y monté en el ascensor con ella. Bajamos a donde tenía aparcado el coche y cuando me dio la llave lo abrí. Di la vuelta y me monté en la parte del conductor. Me puse el cinturon y conduje siguiendo las indicaciones que ella me daba.

Al final decirle a él que viniera estaba siendo más aburrido que si hubiera ido yo sola. Le iba dando indicaciones, a veces haciendo que diera dos vueltas a la rotonda y echándole la culpa porque era un inútil y cosas así, pero él seguía tan aburrido como siempre.
- Para ahí - dije señalando un hueco que había para aparcar - e intenta no rallarme el coche o lo pagarás tu - comenté mientras buscaba las llaves en el bolso. Bajamos del coche y caminamos hacia el portal, íbamos a un piso seguro que tenía alquilado.
- Es una misión a largo plazo - comenté mientras esperaba que bajara el ascensor - y más te vale no cargarla - cuando viera de qué se trataba se daría cuenta de que era importante para mi, o al menos eso esperaba, no me apetecía para nada tener que explicárselo.

Por el camino tuve que aguantarme las ganas de bajarme del coche y darle las llaves para que condujera ella, me iba confundiendo todo el rato y encima me hechaba a mi la culpa. Pero como sabía que lo que quería era fastidiarme decidí no decir nada. Subimos al piso, yo iba detrás de ella porque no tenía ni idea de la planta ni nada. Cuando llegamos a la puerta me paré con ella.
- No lo se, soy torpe, podría salir mal...- me alcé de hombros.

- No eres torpe, eres un aburrido - comenté mientras abría la puerta - a ver si así te animas un poco - le dije sonriendo, entré dentro y dejé el bolso con las llaves encima del mueble que había en la entrada - ¿te acuerdas de Tais? - pregunté mirándole de reojo mientras caminaba hacia el comedor - vas a cuidar de ella en tu casa - no podía pasarse tanto tiempo sola y en casa no la podía tener, entré en el salón y la cogí de encima del sofá - espero que no te hayas vuelto alérgico - comenté sonriendo de espaldas a él, podía imaginarme su cara, él sabía que era exactamente igual que yo solo que con más mala leche - acuérdate de que araña más que yo - le dije sonriendo, girándome y tendiendo la gata hacia él para que la cogiera, la gata le bufó - se acuerda de ti - dije divertida dejándola en sus brazos, intentando no reírme.

Spoiler:

- ¿Cómo olvidarla?- era su gata, me gustaban los animales pero no soportaba ese bicho, aún recordaba su último arañazo, había sido en la cara-. Tienes que estar de broma- dije mirando al bicho. Estaba sentado en el sofá. Cuando me la dio la cogí y me enseñó los dientes-. ¿Que se supone que tengo que hacer con esto?, si es matarlo te lo agradezco, aun queda para navidad- sonreí de lado y cogí al bicho por el pellejo para mantenerlo alejado de mi mientras ella intentaba arañarme.

- Ya te he dicho lo que tienes que hacer - dije acercándome a coger a la gata, mirándole mal por cómo la había cogido - no seas crío Mijail, ¿le tienes miedo a un gatito? - le pregunté sonriendo divertida - te la vas a llevar a casa y vas a cuidar de ella - me daba pena que estuviera sola, de normal los bichos me importaban bien poco pero me había criado con esa gata y la quería, y él lo sabía - seguro que os hacéis amigos muy rápido - sonreí - haré visitas sorpresa para comprobar que todo va bien - así podía putearle cuando me apeteciera - ven, tienes que coger sus cosas - comenté caminando hacia la cocina con la gata en brazos.

- Si, muy rápido- sonreí de lado-. Vale- otra cosa era que yo le abriera la puerta, si me pillaba en mal momento no pensaba hacerlo, ya podía tirarla porque a mi me daba igual-. No me da miedo, le tengo manía- dije sobre el gato-. Nos odiamos mutuamente- la seguí para coger las cosas de la gata-. Adalia tiene buena mano con los animales, seguro que a ella si que le gusta- comenté como si nada.

- Sí, seguro que sí - comenté soltando una risita, si no fuera porque a Tais no le gustaba prácticamente nadie y mucho menos las mujeres, les tenía algo así como celos - así tendréis tiempo de intentar llevaros bien, tu procura tratarla bien, al menos hasta que encuentre a alguien más capaz que tu - comenté sentándome en una de las sillas de la cocina, dejando a la gata acurrucada en mis piernas - sus cosas están ahí y ahí, y ahí hay bolsas - le iba señalando los lugares - si te sirve de algo Nikolas la odia y le tiene alergia - comenté mientras acariciaba al gato, sin mirar a Misha, el primer día le había arañado media cara pero porque él le había pegado una patada, le había roto dos costillas.

- Pues no tardes, porque ya sabes eso de que los perros no se llevan bien con los gatos y yo lo fui mucho tiempo- sonreí con ironía y empecé a reunir todas las cosas de la gata, colocándolas para llevármelas a casa- me da igual lo que le guste a Nikolas Selene, si me importara algo te lo preguntaría, pero creo que no lo he hecho- dije mirándola. Cuando terminé de recoger las cosas de la gata me apoyé en la encimera mirándola. A lo mejor Nathan tenía razón, porque así no iba a conseguir nada y lo único que hacía era enfadarme todo el rato.

- Ya pero no siempre se cumple, ella ha vivido con Rufus y Togo toda su vida y se llevan la mar de bien - eran mis dos perros, estaban en Rusia y él también los había conocido, se llevaban bien cuando la gata quería. Suspiré al oír su contestación de Nikolas, siempre tenía respuesta a todo y siempre de la misma forma.
- El día que dejes de hablarme así quizás podamos tener una conversación normal - le dije seria levantándome de la silla, yo ahora no le había hablado a malas, salí de la cocina con el gato en brazos y fui al salón para meterla en la caja de viaje, peleando un poco con ella porque nunca quería meterse ahí - vámonos - dije pasándole la caja para que lo llevara él todo, la gata bufaba y se removía dentro.