Mijail Pavlov

- Tampoco es nada del otro mundo- pase mi brazo por detras de su espalda acercandola a mi, me habia resultado raro no verla esta semana, normalmente iba alguna vez, era la primera vez que pasaba tanto tiempo sin verla en meses-. Nos va a venir bien a los dos- comente mirando al perro y despues la tele-. Y no te voy a dar pistas, te esperas hasta mañana, seguro que puedes esperar, has aguantado toda la semana sin ir a verme ¿no?- y lo habia hecho porque estaba empeñada en que era mi culpa, pero bueno.

- Ya, pero es que quiero saber a donde me vas a llevar - dije apoyando mi cabeza en su hombro cuando puso su mano por mi espalda - me has echado de menos eh - dije riendo un poco, le di un beso en el cuello y me volví a apoyar, estaba más cariñoso que de costumbre - por cierto, ¿cómo está Yon? - como no había ido en toda la semana a su casa no le había visto.

- Que no te lo voy a decir, pesada- resople y la mire cuando apoyo su cabeza en mi hombro-. No te he hechado de menos, ha sido raro que no estuvieras alli todo el rato parloteando, diciendome que me fastidiara por no tomarme los medicamentos, riñendome y sin dejarme hacer nada- ya me habia acostumbrado a ella-. Ya estamos con Yon...- rode los ojos-. ¿No puedes estar conmigo sin pensar en mi hermano?- mira que era pesado, lo tenia hasta en la sopa-. Pues sigue igual de pesado que siempre, ha conocido a un par de chavales del pueblo...y ya no se mas.

- Vale.. pues no me digas nada - dije poniendo un puchero, suspiré - eso es echar de menos - dije sonriendo, levantando un poco la cabeza para mirarle - qué bien, yo también te he echado de menos - dije acercándome para darle un beso en la mejilla - es que hace una semana que no le veo, me preocupo por él, tu no le cuidas nada - comenté mirándole - me alegro de que haya hecho amigos, así sale un poco, que el pobre todo el día en casa lo pasaba mal, encima tu no le hablas bien.. deberíais pasar tiempo juntos, hacer cosas de hermanos.

Sonrei cuando dijo que me habia hechado de menos, aunque quite la sonrisa rapido para que ella no me viera, no queria parecer idiota.
- Claro que no lo cuido, es mayorcito para hacer sus cosas- rode los ojos-. A mi tambien me parece bien que haya hecho amigos, asi me lo quito un rato de encima, a ti porque te come la oreja, pero es un pesado, te lo aseguro- hice una mueca-. ¿Y que se supone que hacen los hermanos?- pregunte.

- Pues deberías, es tu hermano pequeño, tienes que cuidar de él aunque parezca que no necesita ayuda - dije mirándole - seguro que él te cuidaría a ti si fuera al revés - comenté mirando hacia la tele - no es pesado, tu que no aguantas a la gente, eres como uno de esos viejos que viven encerrados en sus casas sin ver a nadie nunca - dije mirándole de reojo - pues no sé, salir por ahí, hablar de vuestras cosas, ver la tele juntos.. esas cosas, como si fuerais amigos.

- Yo lo cuido de lo que lo tengo que cuidar, te puedo asegurar que a mi hermano nadie le va a poner un dedo encima, y si lo hace el que sea no va a salir vivo- eso iba de cajon-. Y yo si aguanto a la gente- dije mirandola con el ceño fruncido- te aguanto a ti, y tu eres gente- tuve que aguantarme para no reirme-. A ver, si lo aguanto, pero es un pesado, y no me llames eso que no me gusta Brooke- siempre me decia lo mismo- no soy un amargado, tengo un caracter fuerte, punto, es como si yo te dijera a ti que estas loca, no te gustaria, pues a mi tampoco- la mire con una ceja levantada- ¿amigos?- bufe-. Hace años que no lo veia o hablaba con el mas de 10 minutos, eso no puedo hacerlo.

- Vale, pero también tienes que cuidarlo de otras cosas.. eres su hermano mayor, tendrás que darle consejos, estar pendiente de sus cosas, como de la comida o de las clases - comenté mirándole de reojo - piensa que él ahora solo te tiene a ti - ahora solo se tenían el uno al otro - tienes que aguantarle aunque sea un pesado, seguro que para él tu también eres un pesado - comenté mirándole - tenéis que ir haciéndoos amigos poco a poco - le dije sonriendo - podemos ir un día a hacer la compra los tres - le dije sonriendo ampliamente.

- No he podido estar pendiente de la comida hasta ahora porque he estado enfermo, ¿recuerdas?- le pregunte-. Yo siempre me he cocinado para mi, no se porque tiene que ser diferente, cuando cocine hare un poco mas y listo- me alce de hombros. Lo cierto es que su comida estaba mucho mejor que la mia y me habia acostumbrado pero yo tambien sabia cocinar-. Ya, ya, ya, ya lo se- rode los ojos-. Pero yo no puedo ser amigo de mi hermano, es mi hermano, y lo de darle consejos...- hice una mueca- no se me dan bien los consejos, mejor lo dejamos- la mire con una ceja levantada-. ¿Compras?, ¿y que ibamos a ir a comprar los tres juntos?- no me fiaba de ella, a saber que estaba maquinando en esa oscura cabecita suya, seguro que me queria llevar a comprar vestidos para ella y esas cosas, las mujeres cuando se hechan novio hacen esas cosas, los obligan a ir.

- Ya lo sé tonto.. - dije rodando los ojos - podrías enseñarle a cocinar - dije sonriendo - así pasaríais tiempo juntos - sí, esa era una idea genial - a ver, no puedes convertirte en su mejor amigo pero en un medio amigo sí, así siempre os tendríais el uno al otro para contaros las cosas, sería bonito - comenté sonriendo - además, no te sobran los amigos Gon, deberías hacer más, y tu hermano seguro que está encantado de serlo - comenté contenta - claro, de compras - dije sonriendo - necesitáis ropa nueva urgentemente - y yo también, pero no tenía dinero - alguna camiseta nueva, unos pantalones.. ¿cómo andáis de ropa interior? podríamos ir la semana que viene - dije sonriendo.

- ¿Cocinar?- me rei a carcajadas porque no pude aguantarme esta vez, me lleve las manos a la herida, ya no tenia puesta las vendas pero de vez en cuando del esfuerzo molestaban o dolian- ¿has intentado meter a Yon en una cocina?- me rei- odia cocinar- negue con la cabeza-. Lo de ir a comprar me parece bien, creo que el que a penas tiene ropa es el, se vino solo con una...mochila de viaje- ella ya la vio-. Iremos de compras...- negue con la cabeza, no me gustaba darle la razon pero en eso de ir de compras la tenia y yo necesitaba ropa tambien, ni siquiera recordaba cuanta tenia-. Ah, y no tengo amigos porque tampoco los quiero, no los necesito- para que te traicionaran mejor era no tenerlos.

- Te vas a hacer daño - dije rodando los ojos cuando empezó a reírse a carcajadas - pues cuando he estado cocinando en tu casa me ha estado ayudando, que lo sepas - dije mirándole - aunque no le guste tendrá que aprender - comenté mirándole - y conmigo no le importó cocinar, seguro que tu le agobias - dije riendo un poco - ¡bien! - exclamé contenta cuando dijo que iríamos de compras - todo el mundo necesita amigos Gonzalo - dije sonriendo un poco.

- Si, claro, porque queria mirarte el culo detenidamente cuando te agacharas a coger una cacerola- rode los ojos-. A Yon no le cuestan hacer las cosas cuando hay una mujer por medio, el es asi, siempre lo ha hecho- sonrei-. Ademas, seguro que lo que queria era sonsacarte algo o conseguir algo de ti- comente mirando la tele-. Yo nunca he intentado enseñarle a cocinar, siempre me he ocupado yo de hacerle la comida, el solo ponia la mesa- era muy pequeño para hacer las cosas, aunque yo tambien lo era, tenia que subirme a las sillas para alcanzar las sartenes o algunas clases de comidas-. No digas bien aun que hay que convencerlo a el- aunque si ella se lo pedia fijo que lo hacia-. No, todo el mundo no necesita amigos, yo soy parte del mundo y no los necesito- me señale.

- Madre mía Gonzalo, qué mal pensado eres con todo el mundo - dije rodando los ojos - a lo mejor solo quería aprender - dije mirándole - bueno, pues ya tenéis algo que hacer juntos - dije sonriendo - enséñale a cocinar - me levanté de la mesa y después de estirarme fui a la cocina a por una bolsa de patatas fritas, tenía un poco de hambre - seguro que consigo convencerle, no te preocupes - dije sonriendo, me senté a su lado y abrí la bolsa - ¿quieres? - le pregunté ofreciéndole - bueno, tu sigue negándolo, los dos sabemos que no es verdad lo que dices, pero no pasa nada - le dije sonriendo, le di un beso en la mejilla y cogí una patata para comérmela.

- Que no va a querer aprender a cocinar- y yo tampoco queria enseñarle, me apetecia mas pasar el tiempo que iba a emplear en eso sentado haciendo alguna otra cosa. Estire el brazo y cogi el refresco que me puso antes para darle un sorbo, era una marca de las malas, hice una mueca y lo deje en la mesa-. No, es cierto, ¿cuantos amigos tengo?, cero, ¿por que?, porque de una manera u otra te acaban fallando o traicionando, y tenerlos para nada es tonteria, una perdida total de tiempo- me queje-. ¿Y tu que amigos tienes?- le pregunte-. Mi hermano no cuenta.

- No, cero no - dije mirándole con el ceño fruncido - ¿y yo qué? - se suponía que por encima de lo demás éramos amigos ¿no? - así que al menos tienes una amiga - dije sonriendo ampliamente, cogí una patata y la mordí haciendo ruido, me gustaba el ruido de las patatas al romperse - pues a ver.. - dije dejando la bolsa de patatas sobre mis piernas - estás tu, y Misha, Is, Jota.. - iba sacando dedos para ir contando - mi amigo Héctor, Keith, David.. mis amigas de la cárcel, Anna, Susie, Renee, Valeria y Samantha.. mis amigos de Seattle Tom, Jessica y Cinthia, son gemelas, Alan, Ginger..

- Pero tu no cuentas- lo suyo era diferente, no sabia muy bien de que manera pero era diferente, no la contaba como amiga, y como a ella no la contaba no tenia mas amigos, porque Gema no era mi amiga, era mi enemiga, solo que no nos matabamos porque si lo haciamos ya no seriamos enemigos-. No, no, no...eso no vale, ¿cuanto tiempo hace que no hablas con esos ultimos?- le pregunte- ¿y con las de la carcel?- volvi a preguntar-. Hablando de la carcel, no se como sobreviviste alli con esa sonrisa- la mayoria de los presos se pasaban los dias de mal humor y no estaban para aguantar a nadie que se riera todo el dia. Le quite una patata de la mano y me la meti en la boca.

- Pues Héctor, Keith y David son de aquí, así que no sé, creo que con Héctor hablé antes de ayer - comenté cogiendo otra patata, comiéndomela a mordisquitos - y con la gente de Seattle a veces hablo por teléfono, no con todos porque en teoría tendría que seguir en la cárcel - dije soltando una risilla - pero son mis amigos - comenté sonriendo, cogiendo otra patata - pues aprendí que no se puede sonreír a todo el mundo.. y menos en un sitio así, no sabes la de chicas que son de la otra acera - comenté mirándole - y no tengo nada en contra de ellas, pero daban un poco de miedo.. se arrimaban mucho - le expliqué mientras iba comiendo más patatas - así que solo sonreía a la gente que no era peligrosa, a los demás les ignoraba - comenté mirándole - aunque la mayor parte del tiempo la pasaba yo sola, así era más fácil que no te molestara nadie, ni los buenos ni los malos.. hablaba con mi madre por teléfono todos los días - dije riendo.

- ¿Son de aqui?- la mire con una ceja levantada- ¿cuanto tiempo hace que conoces a esos?- le pregunte, seguro que se los habia estado tirando. Estire la mano para coger el refresco de nuevo y beber un poco, despues volvi a dejarlo en el sitio y meti la mano en el paquete de patatas para coger una-. Ya, ya lo se...a veces se me olvida que eres una profuga...seguramente te esten buscando, deberias cambiar de nombre- a lo mejor ya habia cambiado y este era su nombre falso-. Si, en la carcel de hombres tambien los hay de la acera de enfrente- aunque yo nunca habia estado-. Siempre esta el tipico tio que coge a los novatos y les dice que los protegera si les deja darle por culo.

- Pues no sé, hace unas semanas, un mes o dos, no sé decirte bien - dije encogiéndome de hombros - no voy a cambiar de nombre, me gusta mi nombre - dije poniendo una mueca - en la de chicas también las había así, pero mi compañera de celda era simpática, me protegía a cambio de tabaco, y había un guardia de la cafetería que era muy fácil de convencer, creo que era un poco tonto - reí - le sonreía así - dije sonriendo de esa manera - y él me daba tabaco y monedas para el teléfono - sonreí y cogí otra patata.

- Aja...- le dije sin prestar mucha atencion a lo que me contaba de lo de la carcel- ¿como puedes llamar amigos a unos tios que conoces desde hace un mes?- le pregunte-. ¿De que los conoces?- la mire con una ceja levantada desde donde estaba. Sabia que habia tenido que estar con otros tios, pero ahora me estaban dando celos, era una tonteria, pero no podia evitarlo.

- He hablado mucho con ellos, y me lo he pasado muy bien siempre que he quedado con alguno - dije sonriendo, comiendo más patatas - pues a Keith y David les conozco de un día que fui a mirar tiendas - a mirar solo porque no tenía dinero para gastarme en ropa - estábamos mirando ropa y empezamos a hablar - comenté sonriendo - me invitaron a un gofre.. y un día que salí con ellos a tomar algo por la noche, conocí a Héctor - le expliqué sonriendo.

- ¿Pero con mas gente?- le pregunte-. Vamos, no me puedes decir que te has ido con tres tios por ahi tu sola- la mire con la ceja aun levantada- ¿verdad?, porque ¿que ibas a hacer tu con tres tios?- le pregunte. No me estaba haciendo ninguna gracia, ninguna, encima tres tios, ¿que habia hecho?-. Cuentame.

- ¿Estás celoso? - le pregunté sonriendo, riendo un poco por lo bajo - salimos los cuatro solos - dije mirándole - Keith y David hacen una pareja tan estupenda - dije sonriendo - son novios Gon, más monos.. se van a casar este verano, en la playa - dije contenta - qué bonito, ¿a que sí? si me invitan tendrás que acompañarme - le dije sonriendo - bueno, el caso es que como estaba yo tan sola y aburrida, pues me presentaron a su amigo Héctor - dije sonriendo - y eso, fuimos por ahí los cuatro a tomar algo, a bailar un poco y después a casa - me encogí de hombros sonriendo.

- Ah, que bien, me alegro por ellos- sonrei con ironia y despues la mire serio, faltaba uno-. ¿Y el Hector ese tambien era gay?- le pregunte-. Si, estoy celoso, ¿te lo tiraste o no?- le pregunte rodando los ojos ya de una vez por todas, que me lo dijera de una puta vez y me quitaba de imaginarme cosas joder. Resople-. ¿Puedo matarlo?- le pregunte, ¿y yo por que se lo preguntaba?, mejor era hacerlo sin decirle nada, aunque si luego se enteraba fijo que se cabreaba.