Mijail Pavlov

- Mmm- estaba muy bien ahí, notaba su cuerpo bajo el mío, y su calor. Me aparté a un lado y tiré de la sábana para taparnos a los dos, aún hacía frío para estar así. Suspiré un poco y cerré los ojos, estaba bastante relajado ahora mismo, y me había atontado con las cosas que me había estado haciendo en el pelo ese rato-. Pensé que la borrachera me había sentado mal el otro día y había tenido alucinaciones- comenté sin mirarla aún, manteniendo los ojos cerrados.

Me incorporé un poco para echarme el pelo hacia atrás y me volví a tumbar quedando boca arriba. Le miré de reojo cuando dijo lo de las alucinaciones y reí un poco.
- Bueno, si alguien te pregunta más te vale decir que sí eran alucinaciones - comenté volviendo a mirar al techo - y hablando de alucinaciones.. cuando entraba he visto salir a.. ¿cómo se llama? - quería saber qué pasaba con Adalia, si era su novia o ya no.

- No pensaba decir a mis compañeros que me he acostado con la jefa, tranquila- suspiré. Sabía que lo que hacíamos no estaba bien. La miré y la tapé un poco más con la sábana-. Adalia- respondí mirándola. Me pasé una mano por la cabeza y miré al techo como habíá hecho ella antes, no sabía que decirle sobre Adalia, ni siquiera sabía que hacer con ella, qué estábamos haciendo nosotros-. ¿Qué quieres saber de ella?- pregunté. Conocía ese tono.

- Quiero saber cuando lo vas a dejar con ella - estaba claro que aun no lo habían dejado - no me gusta compartir - dije girándome hacia él - así que tu eliges - comenté apoyando el codo en el colchón y la cabeza en la mano, y pasaba la otra mano distraidamente por su brazo - porque no la quieres ¿no?

- ¿Cuando...?- no acabé la frase, me había quedado mirándola, pasmado-. Nunca te ha gustado compartir- sonreí un poco de lado al recordar momentos en los que estábamos juntos-. Llevo intentando romper con ella desde aquella noche- le expliqué. Volví a taparla de nuevo con la sábana, poniéndosela un poco por los hombros, no quería que se pusiera mala, yo lo había estado hasta hacía poco y había sido una mierda. Me estaba quedando embobado con lo que me hacía en el brazo y después de lo de hacía un rato me estaba entrando un poco de sueño-. Siento algo por ella pero...no, no es amor- era algo que había tenido claro siempre, aunque también había pensado que podría ayudarme a olvidarla ahora-. Sabes de sobra la respuesta a esa pregunta Selene- la quería a ella.

- Lo sé, pero me gusta oírlo - dije sonriendo, me incorporé para mirar la hora en el reloj de la otra mesita - espero que tengas algo para cenar en la nevera - dije sentándome en la cama, sujetando la sábana por encima de mi pecho, tiré de ella con la otra mano para sacarla de debajo de la cama y me levanté envolviéndome en ella y dejando a Misha desnudo - así mejor - le dije sonriendo después de pasar mi mirada por su cuerpo, salí de la habitación y fui hacia la cocina - tengo que irme en veinte minutos - comenté en voz alta mientras abría la nevera y sacaba algo para calentar.

Me reí cuando dijo que le gustaba oírlo y la miré sin comprender muy bien a que venía lo de tener comida. La observé con detenimiento mientras agarraba la sábana y tiraba de ella levantando una ceja cuando me dejó desnudo. La seguí después de que saliera del cuarto poniéndome los bóxers antes y fui a la cocina con ella. Apoyé los codos en la barra y me quedé mirándola mientras se movía de un lado a otro en la cocina.
- ¿Tan pronto?- puse una mueca-. Hay fiambre, salchichas...ensalada...- empecé a decir mirando la nevera-. Deberías vestir más a menudo con mantas.

- ¿Has visto la hora? - dije girándome hacia él apoyándome en la encimera mientras esperaba que se calentara la comida en el microondas - en dos horas hay entrega en el puerto - comenté mirándole, sabía que a él esas cosas no le gustaban - si no he visto mal la lista de trabajadores para esta noche, tu estabas en ella - dije girándome para sacar la comida - pon la mesa - ordené mientras quitaba la tapa, no sabía lo que había dentro, había elegido el tupper a boleo.

- Me refiero a que has estado aquí muy poco tiempo- puse una mueca y afirmé-. Si, tengo que ir a trabajar- o como ella quisiera llamarlo, a mi desde luego no me hacía ninguna gracia el trabajo que tenía que hacer, pero tampoco tenía otra opción-. Tu y tus órdenes- comenté pasando a la cocina. Cogí las cosas para poner la mesa y las coloqué en la barra, solía cenar ahí, era más cómodo y se tardaba mucho menos-. ¿Vas a ir a revisar?- pregunté mirándola.

- Ya sabes que eso es algo que no va a cambiar nunca - dije refiriéndome a las órdenes, cogí dos platos y un cucharón y serví la comida en ellos - sí, tengo que ir a esta entrega - comenté dejando los platos en la barra - para supervisar que ningún idiota vuelve a caer al agua - dije sentándome en uno de los taburetes, le miré sonriendo - luego me toca hacer de enfermera y no me pagan las horas extra..

- Ya, es algo que se desde que te conocí- la habían educado para mandar y era lo que mejor se le daba-. Haré como si te refirieras a los otros que cayeron...- puse una mueca al recordarlo-. Tampoco fue la mejor experiencia de mi vida por si te sirve de consuelo...no le recomiendo a nadie las alucinaciones- cogí el tenedor y cogí un poco de verdura con el-. No eres tan mala enfermera...también habrías estado sexy vestida de eso- bromeé.

- Pues yo creo que disfrutaste esas alucinaciones - comenté empezando a comer cuando se enfrió un poco la comida - puedes esperar hasta que te mueras para verme disfrazada de algo tan.. cutre - dije cogiendo el vaso para beber un poco de agua. Por lo general comía bastante deprisa, así que terminé antes que él. Dejé las cosas en el fregadero y fui al cuarto para vestirme. Salí pasándome las manos por el pelo para arreglármelo un poco.

- Lo peor es la sensación...además, tuve más alucinaciones esa noche- habían sido pesadillas horribles, no sabía exáctamente con qué porque no lo recordaba, pero creía que tenía que ver con los hombres lobo-. Te tomo la palabra, cuando me muera quiero que te pongas un disfraz de enfermera, es mi fantasía a partir de ahora- seguí comiendo. Cuando terminó la seguí con la mirada hasta la puerta de mi habitación y seguí comiendo-. Algún día te pondrás mala por comer tan rápido- terminé yo, me levanté a dejar el plato y el vaso en el fregadero y después me giré a mirarla-. Nos veremos luego entonces- afirmé.

- Nunca me he puesto mala por comer tan rápido - dije cogiendo la gabardina para ponérmela - sí, pero como si no nos viéramos - comenté mientras anudaba el cinturón, cogí el bolso y fui hacia la puerta - intenta no llegar tarde, no me gusta la impuntualidad - dije mirándole - y deja a Adalia - no quería volver a verla por ahí, me ponía celosa y no me gustaba.

- Lo se- no me iba a acercar a hablar con ella ahora así porque sí, quedaría raro-. Nunca llego tarde- a mi me gustaba la puntualidad, tenía que ocurrir algo para que llegara tarde-. Lo haré cuando pueda- no quería hacerle daño-. En el trabajo puedes darme órdenes, aquí sabes que las tomaré en cuenta pero no serán definitivas- no iba a hacer lo que ella quisiera cuando ella lo quisiera, al menos no con ese tema, aún podía decidir minimamente como llevar mi vida amorosa.

Me quedé mirándole seria cuando dijo eso.
- Como quieras - dije abriendo la puerta - depende de eso cuánto tiempo pasará hasta la próxima vez, tu decides - le dije seria, y salí de su casa. ¿No quería dejarla? vale, pues hasta que no lo hiciera que se olvidara de seguir viéndonos así, ni siquiera iba a mirarle. Monté en el coche y conduje hacia el apartamento, tenía que ducharme, cambiarme e ir hacia el muelle.

- Voy a dejarla, pero no voy a hacerle daño- le grité antes de que saliera por la puerta. Es que no había quien la entendiera, hacía dos días no quería nada conmigo y ahora esto...no me cuadraba nada. Recogí la cocina un poco y me fui a duchar para prepararme para el trabajo. Mientras me duchaba me di cuenta de que no había usado preservativo, estaba tan acostumbrado a Adalia ya que se me había olvidado por completo, aunque suponía que Selene tomaría algo, con lo obsesionada que estaba con el control no me creía que fuera a dejar la posibilidad de quedarse embarazada en manos de un hombre.

Acababa de ver al médico, todo iba bien y esos rollos, pero decía que tenía que tomarme las cosas con más calma. Estaba comprado por Nikolas, así que enseguida él se enteraría y me dejaría al lado de todo, estar embarazada era un asco y todavía me quedaban cinco meses, tenía ganas de pegarme un tiro. Sabía que Misha no me iba a dejar en paz con el tema, tenía que haberme vuelto a Rusia cuando había tenido oportunidad de ello, pero ya daba igual. Decidí ir a su casa para que se quedara un poco tranquilo, igual así me dejaba en paz. Llamé a la puerta y cuando abrió pasé dentro sin esperar siquiera a que me invitara.
- Enhorabuena, lo has hecho bien, va a ser una niña - dije mientras sacaba la ecografía del bolso para tendérsela - todo va bien, solo tengo que relajarme un poco, y dentro de poco me darán la baja - rodé los ojos, es que era tan injusto, lancé el bolso hacia el sofá y suspiré mirándole - no te acerques, ni me toques - le advertí por si acaso se le ocurría hacerlo - he venido a contarte eso para que te quedes tranquilo.

Los días que pasaron fueron como un infierno, estaba enfadado e irritado y quería partirle la cara a todo el que tenía delante, algo que ni siquiera me había pasado cuando había sido hombre lobo. Estaba en el sofá mirando la tele y tomandome una cerveza, descansando porque esta noche tendría que ir a descargar "mercancía" por llamarlo de laguna manera. Me levanté sin muchas ganas a abrir la puerta y no esperaba que Selene entrara cuando yo la dejara cuando la ví, ella siempre entraba directamente sin preguntar siquiera.
- Deberías esperar a que te deje entrar, a lo mejor tengo compañía- le dije un poco mosqueado. La miré cuando me dijo que íbamos a tener una niña, cogiendo la ecografía cuando me la dio, ¿eso era una niña?- es muy pequeña, ¿seguro que va bien?- pregunté mirándola a ella. Sonreí un poco, pero quité la sonrisa al ver su cara, desde luego nada de esto era como yo lo habría imaginado nunca, estaba saliendo todo mal: ella estaba casada, se había acostado conmigo solo para quedarse embarazada y ahora que lo estaba parecía que lo odiaba cuando debería estar feliz-. No pensaba tocarte- dije seco mirándola-. Es más, no pienso hacerlo- pasé de largo delante de ella para coger mi cerveza de nuevo-. He decidido que me solo voy a interesarme por ti por el bebé- dije mirándola-. Tu no quieres nada conmigo, así que no creo que suponga un problema- le di un trago a la cerveza-. ¿Quieres algo?- a lo mejor tenía hambre-. ¿Qué mas te ha dicho?.

- En ese caso echaría a tu compañía de la casa - comenté quitándome la chaquetilla, tenía calor - tiene el tamaño perfecto - estaba haciendo todas las cosas que decía el médico, todo iba bien - perfecto - me crucé de brazos mirándole cuando se sentó en el sofá - qué idiota eres Misha - dije rodando los ojos, no entendía nada, cuando preguntó si tenía algo me di cuenta de que tenía hambre - joder, me voy a poner como una vaca - murmuré exasperada en nuestro idioma de camino a la cocina, últimamente comía casi a todas horas, siempre tenía hambre - que me tome dos cosas más, vitaminas o no sé qué - también me pasaba el día tomando tonterías de esas. No había nada que me apeteciera en la nevera, así que empecé a rebuscar por los armarios.

- Ya, suponiendo que yo te dejara- comenté mirándola de reojo-. Bien- comenté mirando aún la ecografía mientras le daba un trago a la cerveza, ¿de verdad habíamos hecho esa cosa?, era un poco raro enterarse de la noche a la mañana que iba a ser padre...y sobre todo de que no podrías disfrutar de tu propia hija porque el padre ante todos iba a ser otro. Me daban ganas de vomitar bilis solo de pensarlo. La miré cuando me dijo que era idiota- qué novedad- siempre me decía lo mismo- estás embarazada, lo malo sería que no engordaras- le respondí yo en nuestro idioma también. Me levanté del sofá y fui a la cocina, coloqué la foto en la nevera y abrí algunos cajones para sacar cosas saladas y dulces, para que comiera lo que quisiera-. ¿Ya las tienes?- pregunté mirándola.

- Están en el bolso - comenté mirando las cosas que iba sacando, no estaba segura de lo que me apetecía, ¿salado o dulce? dulce - no quiero nada de esto - ya lo había decidido - quiero un batido - y en la nevera no tenía - solo venía a darte eso - dije saliendo de la cocina para coger la chaquetilla y el bolso, me iba a por un batido.

- Vale- comenté mirándola mientras miraba las cosas-. Ya, ya lo has dicho cuando has entrado, solo has venido para que no me preocupara- comenté mirándola-. ¿A dónde vas?- pregunté mirándola y siguiéndola hasta el salón-. Selene...- dije mirándola serio.

- A por un batido - dije mirándole mientras me ponía la chaquetilla - tengo hambre, es lo que me apetece, no quiero un crío lleno de manchas, como si fuera un dálmata - me acerqué al sofá para coger el bolso - ¿vas a ir tu a buscarme el batido? - pregunté mirándole - no - autorespondí - ¿algo más?

- Bien- rodé los ojos y bufé cuando comentó que se marchaba a por un batido. Cogí las llaves del mueble y fui hasta la puerta, la abrí y esperé a que ella saliera primero-. Voy a ir contigo, no me mires así, me da igual- no iba a poder estar con mi hija cuando naciera así que sería mejor que aprovechara los pocos momentos que tenía...al menos hasta que se me ocurriera una forma de conseguir que no pasara, pero la única que se me ocurría era matarlo, había estado pensando en ello todos estos dias y había llegado incluso a trazar un plan, pero necesitaba tiempo y no sabía si tenía tanto.