Mijail Pavlov

- ¿Qué crees que estás haciendo? - le pregunté parándome en el pasillo - ¿en cuántos idiomas tengo que decirte que no pueden verme contigo por la calle para que lo entiendas? - le pregunté despacio - me han puesto vigilancia desde que nos vieron en el centro comercial, me ha costado mucho venir aquí sin que nadie me siguiera - le dije seria, no era tan difícil de entender - parece que quieres complicarme las cosas.

- Entonces entra en la maldita casa, ya iré yo a por el batido- comenté dejando la puerta abierta y pasando por delante de ella. La verdad es que estaba un poco cansado de la situación, de no poder salir a la calle con ella, de que me tratara así y sobre todo de que quisiera hacer con nuestra hija lo que le diera la gana sin importarle lo que yo quería. Bajé por las escaleras y fui hasta la tienda que había en la calle de al lado. Compre un pack de cada sabor, porque seguro que después se quejaba de que no le había comprado el que ella quería, y después volví a casa.

Rodé los ojos y pasé dentro de la casa, me volví a quitar la chaquetilla y me senté en el sofá. No me gustaba nada esa casa, era pequeña y desordenada, había demasiadas cosas para mi gusto en tan poco espacio, encima la televisión era pequeña.. Cuando volvió me levanté y le quité los batidos sin decirle nada, fui a la cocina y cogí un vaso grande, saqué de la nevera dos hielos y después paré un minuto a decidir qué batido me apetecía más. Cogí el de fresa y lo eché en el vaso, después volví al sofá.

Rodé los ojos cuando me quitó así los batidos y me fui a sentar a mi sofá. Cogí el mando de la tele, la encendí otra vez y cogí la cerveza, aunque ya tenía que estar caliente, y así era, así que después de darle un trago más la dejé donde estaba antes. La miré cuando volvió con el batido, menos mal que había cogido de todos, porque mi primer impulso había sido coger el de chocolate. Le miré la tripa desde donde estaba, seguía costándome eso de pensar que ahí estaba mi hijo...bueno, hija. Al pensar eso caí en otra cosa.
- ¿Lo sabe Nikolá?- pregunté mirándola. No le iba a gustar nada que fuera niña.

- No lo sé.. supongo - me encogí de hombros mirando la tele - he tirado el móvil en la primera papelera que había de camino al coche - seguro que Nikolá iba a llamar para gritarme y no me apetecía oírle, además, tendría un gps o algo así. Di un sorbo al batido. No me gustaba lo que había dejado en la tele, así que le quité el mando para poner otra cosa mientras me iba bebiendo el batido.

- Bien- afirmé. No le iba a gustar nada y eso no me gustaba un pelo, ese tío estaba chalado, lo conocía desde que éramos críos y su pasatiempo favorito era cortarle el rabo a gatos y a perros, como mínimo-. Más vale que no se le ocurra tocarte- dije mirando aún a la tele, aunque suspiré cuando me quitó el mando-. Como si estuvieras en tu casa- levanté la mano y rodé los ojos. Hasta ahora no había caído en lo que podía suponer que el bebé fuera una niña.

- Creo que ya es tarde para ese tipo de amenazas - comenté un poco distraída mientras miraba la tele, había dejado una serie que me gustaba de una policía que tenía como compañero a un escritor de libros bastante payaso, me hacía gracia, ahora tenía tiempo hasta para ver series, qué vida más triste.

- ¿Qué quieres decir con que ya es tarde?- pregunté mirándola ahora a ella serio-. ¿Te ha hecho algo?- pregunté-. Selene...qué te ha hecho- como le hubiese puesto una mano encima no iba a esperar más, me encargaría de reunir a quien tuviera que hacerlo para acabar de una maldita vez con él. Prefería hacer las cosas despacio y bien, pero si ya le había hecho daño no tenía tanto tiempo como yo había pensado, es más, ahora sabiendo que era niña...casi no tenía tiempo.

Rodé los ojos cuando le escuché preguntarme con tanto interés, hacía un momento que había dicho que solo iba a preocuparse por su hija.
- Sigo siendo su mujer - dije mirando la televisión - que tenga esta cosa dentro no significa que pueda saltarme mis labores de esposa - comenté dejando el batido apoyado en la tripa, al menos me servía de soporte - podrías traerme unas patatas fritas..

La miré rodando los ojos y negando con la cabeza cuando me respondió, yo me refería a otra cosa, no hacía falta que me restregara que se lo tiraba cada vez que venía. Me levanté de mala gana y fui hasta la cocina para coger del mueble una bolsa de patatas. Volví al salón y la dejé caer en el sofá a su lado, sentándome después en mi sillón de nuevo, evitando pensar en lo que me acababa de decir, intentando centrarme en lo que quería hacer.

Cogí la bolsa de patatas y la abrí. Le vi de reojo que se sentaba en el sillón, así que me puse cómoda, me quité los zapatos y subí los pies al sofá, colocándome un cojín en la espalda. Dejé el batido sobre la mesa y me quedé mirando la serie mientras me comía las patatas de la bolsa.

Intentaba pensar en cómo podía empezar a poner en práctica lo que tenía planeado, pero iba a ser más complicado de lo que yo pensaba, iba a pasarme más de una noche sin dormir, aunque eso no me preocupaba demaisaod ahora...De todas formas no podía concentrarme mucho tiempo seguido en eso, porque pensaba en lo que me había dicho Selene de que se acostaba con Nikolás.
- Procura que no te pegue nada, se lo pegará al bebé- dije mirándola. Apostaba a que Nikolás no se acostaba solo con ella, y menos si estaba tan lejos de él, no me extrañaría que en una de esas le pegara algo a Selene.

Rodé los ojos escuchándole. El bebé esto, el bebé lo otro.. todo el mundo se preocupaba por el bebé, qué manía le estaba cogiendo, estaba deseando que saliera, odiaba que todos estuvieran encima mía dándome órdenes sobre cómo tenía que hacer las cosas para que al bebé no le pasara nada.
- Tienes razón, tendré que tener cuidado yo también - comenté insinuando que me acostaba con otros hombres, cogí el batido y di un sorbo mientras seguía mirando la televisión.

Bufé cuando me contestó de esa manera, ¿además también se acostaba con otros?, a lo mejor la niña ni era mía...aunque claro, yo sabía que no habíamos usado protección porque precisamente pensaba que ella sí que la usaba. Suspiré un poco. Ya daba igual, sabía que ese bebé era mío...o al menos me gustaba pensarlo, a lo mejor cuando naciera y no se pareciera a mí en nada me llevaba un chasco.
- No te preocupes, yo también lo tendré en cuenta- le respondí sonriendo un poco. Me levanté a por una cerveza para alejarme un poco de ella y que no viera lo mosqueado que estaba.

¿Se estaba acostando con otras?¿desde cuándo? le seguí con la mirada mientras se iba a la cocina y me incorporé un poco, claro, ahora estaba gorda, no le gustaba, y ya lo había dicho antes, que solo iba a preocuparse por el bebé.
- Ahora es mucho más cómodo.. no me puedo quedar embarazada si ya lo estoy - comenté sonriendo, intentaba picarle, que se jodiera.

- ¿Más cómodo?- pregunté desde la cocina sacando una cerveza- yo diría que será igual, si tomas pastillas tampoco tienes que preocuparte y se tarda un segundo en tomarla- comenté caminando hacia el salón de nuevo y sentándome en el sofá. No quería que viera que estaba mosqueado, bastante tenía con saber que se tiraba a Nikolas para encima saber que se tiraba a otros-. El que seguro que no tiene problema soy yo, que no tengo que hacer nada- sonreí, insinuando que la que tomaba la pastilla era la chica y yo no usaba condón- y de todas formas, si se queda embarazada...- me alcé de hombros- al menos con ese si podré quedarme.

- Las pastillas son un rollo, tienes que acordarte de tomarla y altera tus hormonas, además hacen que engordes - comenté mirando la tele, seguro que lo que se tiraba eran putas o algo así, porque normalmente las mujeres no tomaban la píldora porque sí - es verdad, y puedes dejar a muchas embarazadas a la vez, hacerte un equipo de fútbol - le dije sonriendo - lo que me pregunto es cómo piensas mantener a todos si apenas puedes mantenerte a ti..

- Pues las que yo he visto que las toman no están gordas, te lo aseguro- dije mirándola, abriendo la cerveza y dándole un trago-. Pues sí, eso es una ventaja...- comenté como si lo pensará-. De todas formas no estoy con tantas, solo con un par...- la miré cuando dijo que no podía mantenerme-. En primer lugar...hay mujeres a las que no les importaría vivir aquí- señalé alrededor- y tu conoces a una- Adalia. Había seguido manteniendo el contacto con ella, éramos amigos, yo seguía gustándole, y ella a mí, pero si podía tener a Selene la prefería a ella, aunque no así-. Y en ssegundo lugar...que viva en este lugar no quiere decir que no pueda mantenerme- sonreí de lado. No gastaba mucho dinero porque no me hacía falta, tenía lo que necesitaba y no llamaba la atención, pero tenía una buena cuenta de ahorros con dinero incluso de cuando había vivido en Londres, además, Martha pagaba muy bien.

- Ah, qué bien.. - dije sin preocuparme en hacer como que me interesaba el tema, es que no quería ni escucharle - sí, supongo que a las putas y a las muertas de hambre les da igual vivir en una chabola - comenté incorporándome en el sofá, dejé el vaso de batido encima de la mesita, ya no quería seguir ahí, seguro que había vuelto a liarse con Adalia, me daba rabia y ganas de partirle el vaso en la cabeza, y todo eso hacía que el bebé se moviera, era incómodo, me daba nauseas - tengo cosas que hacer, gracias por la merienda - dije educadamente mientras me ponía la chaquetilla, cogí el bolso y caminé hacia la puerta.

- Pues eso parece- comenté mirándola cuando hizo ese comentario, es que siempre estaba con lo mismo, parecía que yo no era suficiente para ella, ella sí que lo era para mí. Me levanté para acompañarla cuando se levantó- no te has acabado el batido- dije mirándola. Seguro que no tenía nada que hacer, dudaba que Nikolas la dejara hacer algo...estaría muerto de ganas de un heredero- ya...- rodé los ojos-. ¿Cuando vas a volver?- pregunté mirándola.

- Me han entrado ganas de vomitar - comenté colgándome bien el bolso - no lo sé, tu estás tan ocupado con tus dos chicas y yo con los míos que no creo que podamos sincronizar agendas - le dije sonriendo falsamente - si pasa algo malo te lo haré saber, por cortesía - abrí la puerta pero me paré un momento a mirarle - ah, por cierto, el bebé nacerá en Rusia.. ya te mandaré una foto.

- Si, estoy muy ocupado con mis dos chicas- ella y el bebé. Sonreí falsamente como había hecho ella-. Seguro que coincidimos, yo puedo abrir hueco y dudo que tu tengas mucho que hacer...- dije ahora más serio-. Si pasa algo procuraré enterarme de todas maneras y si no me lo dices iré yo a buscarte, y me va a dar igual todo- la avisé aún más serio todavía. Estaba harto de que ella fuera la que daba las órdenes- No te preocupes, tengo que ir a visitar a mis padres.

- Genial, Mijail - dije sonriendo con ironía - es lo más prudente que puedes hacer, ¿sabes qué pasará si Nikolá se entera? después de matar a toda tu familia, me abrirá en canal, sacará al bebé y lo matará a golpes contra una pared, delante de ti, por supuesto - dije sonriendo - así que tu ve a Rusia, seguro que nos divertiremos todos mucho, será un gran espectáculo - le dije ya sin sonreír, si iba a Rusia a la vez que iba yo sería sospechoso y conseguiría que nos mataran a todos - haz el favor de dejarte de tonterías, porque si tengo que pasar por encima de ti para sobrevivir, lo haré - dije completamente seria.

- Eso si no lo mato yo antes- ese idiota no era nada, si lo pillaba solo podía matarlo con mis propias manos, y la verdad es que fuerza para eso y ganas para planearlo no me faltaban-. A ver si te enteras de una cosa Selene- dije acercándome a ella, mirándola serio-. Tú, así, no vas a pasar por encima de nadie- dije la frase haciendo pausas como si quisiera que le entrara en la cabeza, aunque si que era lo que quería- y menos de mí- ya me estaba cansando de hacer el idiota siempre con ella.

Me reí mirándole y me quedé sonriéndole mientras decía todo eso.
- Tienes razón, quizás debería ser yo misma la que me abra en canal, para sacarme esta cosa de dentro - le dije sin dejar de sonreír - pero me parece más divertido que sepas que tienes una hija en alguna parte del mundo, sin saber dónde, si está bien, o mal.. quién sabe si el día de mañana viajará en contenedores para ganarse la vida - sabía que no le gustaba nada el tema del tráfico de mujeres - yo que tu empezaba a hacerme a la idea de que con esta actitud no vas a conseguir mucho, puedes decirme lo que quieras, que al final quien ha mandando, y va mandar siempre, soy yo.