Apartamento de Vampiros.

-Claro que puedo- comente mirándola. No lo hacia normalmente, prefería trabajar por la noche mas que nada porque así podía estar con ella por el día cuando tenia un rato libre. Ademas si no, me gustaba ir a beber, divertirme y saciarme, las noches eran siempre los mejores momentos.- Vale, me quedare durmiendo contigo...- dije suspirando y la abrace un poco, acomodándome para dormir.- Hace... años que no duermo.- ni lo recordaba porque no recordaba mi vida antes de la transformación.

- Entonces genial...- dije abriendo los ojos para mirarlo- porque habrá pocas cosas que no hayas hecho y que puedas hacer por primera vez conmigo- sonreí y le di un beso rápido en la nariz. Me puse un poco más cómoda para dormir- lo peor es que no sabemos si eres sonámbulo- bromeé insinuando que no sabíamos si me podía morder mientras dormía-. Me gustará correr el riesgo- merecía la pena solo porque durmiera conmigo y por saber que era la primera vez que lo iba a hacer en años.

-Venga, venga, shhh, que estoy intentando dormir- le dije haciendo una señal en mis labios con uno de mis dedos para que se callara.- Venga, duerme bien y todo eso que se les dice a las personas que duermen.- no estaba seguro de si iba a saber hacerlo, de modo que cerré los ojos y me puse cómodo, aunque para nosotros cualquier cosa era cómoda.

Solté una risita cuando me dijo que me callara de esa forma y me puse un poco más seria, aunque aún con la sonrisa en los labios. Tardé un poco en dormirme, porque aunque al final mi cuerpo parecía cansado mi cerebro no dejaba de funcionar y no podía dejar de pensar. Cuando por fin caí dormida pasé la noche de un tirón, no como otras veces que me despertaba en mitad de la noche por alguna pesadilla. Me desperté por la mañana, a la misma hora de siempre, era como un reloj, como mucho, las veces que me quedaba un rato más en la cama no podía estár más de las ocho y media de la mañana. Me estiré un poco en la cama y bostecé mientras abría los ojos.

-¿Ya te has despertado?- le pregunte girándome hacia ella- Aleluya, porque empezaba a aburrirme de verdad y eso en mi es raro…- porque podía estar días sin hacer nada y no me aburría. No había conseguido dormir en toda la noche, no sabía hacerlo, había estado pensando y repasando cosas que hacer.

- Buenos díaass- canturreé sonriendo un poco y pasándome las manos por la cara mientras me removía un poco en la cama-. Oh...- suspiré mirándolo- deberías haberte buscado algo con lo que entretenerte entonces- le dije mirándolo- no quería que te aburrieras jo- le puse un puchero. No quería que se aburriera, pero me apetecía pasar la noche con él para variar.

-Tranquila, te estaba mirando.- le dije sonriendo un poco- ¿Que tal has dormido tu?- pregunte incorporándome en la cama- Deberíamos ir a ver si hay regalos en el árbol ¿no?- pregunte sonriendo un poco, me había levantado hacia un rato a poner su regalo bajo el árbol. Me levante de la cama y me puse los pantalones para no ir completamente desnudo por la casa.

- ¿Mirándome?- pregunté sonriendo un poco-. Bien...me ha costado un poco pero...bien- le respondí cuando preguntó-. Deberíamos, si- asentí y me incorporé siguiéndolo con la mirada mientras se paseaba desnudo por la habitación, cogiendo sus pantalones y poniéndoselos-. Ahora si que me levanto- comenté sonriendo y estirando los brazos. Me levanté tirando de la sábana y cogí mi ropa interior, que estaba tirada por el suelo, me la puse y después dejé la sábana en su sitio. Me acerqué a él colocando mis manos en su pantalón y tirando un poco, aunque lo que hice fue acercarme yo a él, porque no podía moverlo- Um...sexy- murmuré sonriendo antes de darle un beso rápido en los labios de buenos días-. Voy al baño- me puse la bata y fui al baño para hacer pis y enjuagarme los dientes. Salí del baño y fui hacia él, cogí su mano y estiré para que me acompañara abajo-. Tengo ganas de ver que me ha traido Santa- dije emocionada. Yo tenía puesto su regalo bajo el árbol desde el día anterior, siempre me gustaba ponerlos antes, quedaban tan navideños y tan bonitos...me daba pena incluso abrirlos...aunque no tanta como para no hacerlo. Cuando bajábamos las escaleras nos cruzamos con Alice, una de las chicas que venía a limpiar, se nos quedó mirando, intentó disimularlo pero se notaba, y más aún cuando miraba a Damon a pesar de que intentaba no mirarlo. Seguí bajando pero a la mitad de las escaleras me giré-. Alice...¿mis padres?- le pregunté.
- Aún no se han levantado señorita- asentí y sonreí mirando como se le iba la vista a Damon.
- Guapo, ¿eh?- pregunté soltando una pequeña risita antes de darme la vuelta y seguir bajando las escaleras- date prisa- le dije a Damon moviendo su mano en el aire junto a la mía. Sabía que él era más rápido que yo, pero aún así me hacía gracia meterle prisas.

-Cualquier día me come- le dije a Caroline sobre su criada, me gire a mirarla y le sonreí de lado, ella se tropezó un poco y se fue toda colorada.- Mira, ese tiene tu nombre- le dije sentándome en el sofá y señalando uno de los paquetes con la mano- Venga, ábrelo a ver que es.- me recosté un poco sobre el sofá mientras la miraba cogerlo.- Después te contare a quien pertenecía.-

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Me reí cuando dijo que cualquier día Alice se lo iba a comer, aunque yo estaba segura de que en todo caso sería todo lo contrario.
- No seas malo...- dije mirando como Alice se fue tras tropezarse. Reí y fui a mirar el árbol-. Ah, si...parece que Santa no ha tenido en cuenta que me escapé de mi boda...- comenté pensativa. Solté una risita y cogí la cajita, corrí hacia el sillón y me senté mientras lo desenvolvía, me daba un poco de cosa porque estaba envuelto con un cuidado increible, pero no me aguanté y le quité el envoltorio rápido-. Oh dios mío- dije llevándome la mano al pecho al abrir la caja- esto...- me mordí el labio con fuerza. Lo miré y me avalancé sobre él dándole un gran beso en la cara- son preciosos Damon...- dije emocionada. Me daba miedo hasta sacarlos, pero como siempre, las ganas me pudieron, los saqué y los miré bien de cerca-. Madre mía...- murmuré en voz baja-. ¿De quién era?- pregunté-. Después de esto no se si darte mi regalo- hice una mueca.

-Es una joya real, perteneció a la mujer del Rey de Italia, Vittorio Emanuele Maria Alberto Eugenio Ferdinando Luca Tommaso di Savoia-Carignano, mas conocido como Victor Manuel segundo de Italia. Para ser exactos de Rosa Teresa Vercellana, mas conocida como la condesa de Mirafiori y Fontanafredda, fue la hija de un guardia imperial Napoleonico. Y como curiosidad, aunque se caso con un rey no fue nombrada reina y no reino nunca. ¿Quieres saber porque?- dije mirándola- Porque fue amante del rey antes de casarse con el y le dio dos hijos ilegítimos.- sonreí- El amor triunfo.- dije riendo.

- Guau- dije mirándolo impresionada. Tenía que ponerme más al día sobre temas de estos, los reyes siempre tenían escándalos geniales en sus vidas-. ¿Y me lo das a mi?- pregunté mirando la joya...era preciosa-. Es una historia genial...como los pendientes- dije mirándolo sonriendo-. Esa mujer es mi heroína de ahora en adelante- comenté mirándolo a él ahora-. ¿Y qué pintabas tu ahí en medio?- pregunté curiosa ahora. Si él los tenía era por algo, aunque me imaginaba con qué tendría que ver, conociéndolo...

-¿A quién quieres que se lo de?- le pregunte mirándola y sonriendo- Tu te lo mereces, los demás no.- Los cogi y los puse al lado de su cara- Te quedan perfectos- sonreí un poco mas.- No te voy a decir como los consegui, pero no, no la mate ni me la comi, fue de otro modo.- dije riendo.

- Ya pero...no se...- tenía que ser carísimo. Sonreí cuando dijo que yo me lo merecía y los miré de nuevo, colocándolos bien en la caja, es que me daba miedo hasta tocarlos de lo bonitos que eran-. Los guardaré para una ocasión especial- sonreí contenta-. Tranquilo, ya me imagino como los conseguiste...- comenté mirándolo de reojo, cerré la caja y me subí a horcajadas sobre él- tu eres el mejor regalo del mundo- dije acercando mi frente a la suya-. Venga, va, que te doy mi regalo...- me bajé rápido de encima suya y lo cogí-. No te rías...tiene su explicación- dije dándoselo. Me daba un poco de verguenza, pero lo había hecho yo y me había costado bastante como para no dárselo- cuando lo abras te lo explico- le dije.

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Me iba riendo cuando ella miraba su regalo y después le sonreí y correspondí a su beso. Cogi el paquete que me entrego y lo abrí sonriendo. Mire el libro y empece a mirarlo despacio, observando las imágenes, me acordaba de todas ellas como si hubiera sido ayer. La mire sonriendo ampliamente, esperando que me explicara lo que tuviera que explicarlo.
-Me gusta aunque no tenga explicación- le dije sonriendo.

Esperé atenta a que lo abriera, observando todos sus movimientos, y su expresión, aunque sabía que él la controlaba perfectamente. Sonreí un poco cuando empezó a ojear las páginas, las fotos...las había colocado con mucho cuidado, por orden cronológico, recordaba todas y cada una de ellas.
- Entonces...¿te gusta?- pregunté. Después de su regalo me había parecido muy poca cosa-. Es que...pensé qué podría regalarte que no tuvieras o hubieras tenido alguna vez...y al final...llegué a la conclusión de que...en tus...- miré alrededor- doscientos años- dije en voz baja- lo único que no habías tenido era...yo- me alcé de hombros sonriendo un poco.

-¡Vaya, ahora me siento avergonzado de mi regalo!- le dije mirándola- no esta tan bien pensado como el tuyo...- solo era algo material, carisimo si, pero material.- Me gusta, gracias.- dije sonriendo y me incline para darle un beso en la mejilla, después me levante del sofá y me estire un poco mirando alrededor.- ¿Que te apetece hacer la mañana de navidad?- cuanto antes me fuera o nos fuéramos mejor, así evitábamos a sus padres. No me caían demasiado bien.

Sonreí cuando dijo que se avergonzaba de su regalo y negué con la cabeza, había sido un regalo suyo, con eso me bastaba.
- ¿Quién puede presumir que sus pendientes pertenecieron a una reina?- pregunté- ¿quién puede presumir de un novio tan guapo, fuerte y rápido?- pregunté riéndome y me señalé-. Todo es perfecto- no podía ser de otra manera. Miré el reloj cuando preguntó aquello, pensándolo-. Pues mira, yo voy a ducharme...- empecé a decir- y tu vas a ir a poner tus cosas de vampiros en orden, que seguro que tienes algo que hacer- siempre tenían algo que hacer, había visto un montón de papeles y cosas...tenían más papeles que una maestra exámenes de los alumnos. Me levanté y me crucé de brazos- o a ducharte...o a lo que quieras...pero la tarde es mía- me señalé-. Tengo que ir a llevar los regalos a los niños del centro, a la hora que es seguro que están todos levantados ya- sonreí un poco- ¿Te parece?- pregunté-. A no ser que quieras acompañarme- reí. Sabía que no, era una broma.

-Perfecto, porque es navidad así que seguro que hay algo que atender…- igual teníamos llamada de los súper jefes, siempre llamaban por estas fechas si estábamos fuera.- Pues entonces te llamare después de comer y tu mandas- comente echando a caminar hacia su habitación- Voy a vestirme para ir a hacer mis cosas de vampiros- por el camino buscaría algo de comer, a estas horas estarían todos los resacosos que volvían a casa, a esos tardarían un par de horas o un día en echarlos en falta todavía.

- Vale- sonreí un poco viendo como subía-. No te portes mal- bromeé. Empecé a recoger los envoltorios y después subí a la habitación. Me despedí de él dándole un beso en los labios y cuando se fue suspiré dejandome caer en la cama y después me levanté. Fui a ducharme y llamé al hombre que iba a hacer de Santa para ir a ver a los niños. Llamé a Mark para quedar con él en la puerta, tenía los regalos en el coche, pero yo no podía cargarlos sola.

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Había ido a dar una vuelta por el bosque, solo por distraerme pero al rato me había cansado y había vuelto a casa. Cuando llegué Damon estaba como siempre en sus cosas con una copa en la mano.
- ¿Te han llamado ya los jefazos?- pregunté soltando las llaves sobre la mesa y sentándome en uno de los sillones, cruzando las piernas y cogiendo el mando de la tele para hacer zapping.

-Si, bueno he hablado con Jane- le dije dejando de mirar los papeles que tenia sobre la mesa para mirarla a ella- Llevan aquí un día, han estado hablando con Gabriella… y Erik.- la mire- No han tomado medidas porque… no sé si lo sabías pero le queda menos de un mes de vida- le dije a ella sobre el chaval- Y ella lo va a dejar morir…- le di un trago a la copa y volví a mirar los papeles- Me ha dicho que nos llamaran más adelante… eso me suena a que se quedan.- le explique

- Jane...- que raro, pensé irónicamente. Miré a Damon seria cuando dijo que habían ido a ver a Gabriella y me quedé pensativa un segundo, ¿qué podían querer de ella?, no solían ir así a por los dones. Cuando me comentó lo de Erik lo comprendí-. No lo sabía- dije mirándolo. Suspiré y negué con la cabeza fingiendo estar triste, porque en realidad no sentía nada y suponía que debería estar triste, ellos eran mis amigos...aunque no podía sentirme así, simplemente...no importaba. Levanté una ceja cuando dijo que llamarían más adelante y asentí-. Ya...pues lo vamos a tener bastante dificil- comenté mirando a Damon- espero que se vayan pronto- con ellos aquí no podía campar a mis anchas.

-Yo tambien espero que se vayan pronto.- no me gustaba con Caroline tan cerca- ¿No vas a llamarla?- le pregunte mirándola- Según me ha dicho Jane, Demetri le ha dado pero bien…- rodé los ojos- Aunque parece ser que la mismísima Gabriella Morrison a tumbado a Marco. Solo ha dejado en pie a Aro y para hablar con el… parece ser que la dejaran con Erik, por lo menos hasta que muera, porque según lo que ha visto Aro en su cabeza verlo morir ya es suficiente castigo.-

- ¿Llamarla?- pregunté-. ¿Debería?- si, a lo mejor si debería-. Vale, ahora la llamaré- sonreí un poco de lado mientras seguía cambiando canales-. Seguro que está bien, Gabriella es fuerte, lo peor puede ser lo emocional- comenté como si nada mientras miraba la tele-. ¿Que ha tumbado a Marco?- pregunté mirándolo con el ceño fruncido. No debería haberlo hecho. Cambie la cara relajando el gesto y sonreí de lado-. ¿También ha tumbado a Jane y Alec?- reí. Daría lo que fuera por haberlo visto-. Claro, Aro es listo, no gana nada matándolo ahora- dije poniendo una mueca-. Ahora la llamaré para que me cuente ella, si es que me coge el teléfono, porque si está afectada...- no lo tenía muy claro.