Apartamento de Vampiros.

- Vaya, al menos he subido de categoría- sonreí como hacía él, ponía unas caras muy cómicas de vez en cuando- no se lo digas a Bianca, le romperás el corazón- hice una mueca. Era imposible, pero a mi me gustaría verlo-. Pero creo que es al revés, tú estás loco por mi- lo señalé- no paras de repetirlo, estás deseando que te haga caso- me alcé de hombros-. Y yo era la mala amiga- hice una mueca- genial- me quejé y lo miré- no puedo hacerlo- concluí- no se como hacerlo- suspiré y apoyé la cabeza en el respaldo del sofá.

-¿Que no sabes hacerlo?- pregunte riéndome- Es muy fácil, cierras los ojos, aspiras y te dejas llevar hacia tu victima. Creo que lo demás lo conoces bien, ya sabes, clavarle los colmillos, beberte su sangre y tal- comente como si le estuviera explicando como se iba al centro comercial-

- No pienso hacer eso- le dije a Damon mirándolo- no puedo dejarme llevar por mis instintos cada vez que me queme la garganta- suspiré-. Tengo que controlarme, aunque de vez en cuando beba, si me dejo llevar acabaré sin poder estar entre la gente- al parecer el primer año fue horrible-. Quiero se capaz de controlarme si me encierran en un baño con una chica herida- Ashton me lo había contado hacía tiempo, no me había podido creer que yo hiciera eso.

-Ohh, entonces estamos hablando de mentalidad y de experiencia.- le dije tocándome la cabeza primero y dando un trago a la sangre después.- Experiencia, te faltan años- le dije- Y mentalidad...- puse una mueca- También te falta, pero se soluciona mas rápido que la experiencia... a veces, claro.- me autocorregi- Solo tienes que conseguir que tu mente sea mas poderosa que tu ansiedad, así es como se controla. Tienes que creer que no te quema la garganta, entonces no lo hará.- me encogí de hombros, a mi me funcionaba. Aunque nunca me había costado mucho, lo había aprendido rápido y eso que siempre me alimentaba de sangre humana.

- Si, experiencia se que me falta, pero no creo que la mentalidad tanto- comenté mirándolo. Lo escuché mientras hablaba y me explicaba como se podía hacer- ¿así es como lo haces tu?- pregunté mirándolo-. Lo intentaré- si el lo decía tenía que ser así, además, el sabía sobre esas cosas más que yo, era más mayor. Suspiré, estaba aburrida, pero tampoco tenía mucho más para hacer que quedarme aquí parada-. ¿Donde están los demás?- pregunté.

-Bianca consiguiendo sangre y Constantin haciendo algún que otro trabajo- vigilando a Caroline y su novio, aunque mas a ella, por si le pasaba algo.- ¿Les echas de menos?- pregunte terminandome lo del vaso y dejandolo sbre la mesa.- ¿donde estan los tuyos? ¿Los has sacado hoy a pasear? Ya sabes que no me gusta que hagan sus cosas por el suelo de mi piso...- comente para meterme con ella.

- Si, claro, sobre todo a Bianca, me vuelve loca- hice una mueca, no la soportaba, a Constantin si, porque era un poco tonto y me daba pena. Lo miré con una ceja levantada cuando comentó aquello- mis perros están mejor educados que tus chupasangres- le dije-. Aunque debería hacer que alguno te dejara algún regalito en tu sofá- lo señalé sonriendo-. Han ido a rastrear- le dije sobre mis perros, como él los llamaba-. Luego tengo que ir al bosque- porque los había dejado transformados y tenían órdenes claras de no salir de allí y huir de cualquier humano que hubiera por la zona, lo bueno de mi don era que me hacían caso fuera lo que fuera.

- No, sabes que no tienes que hacer eso.- le dije mirándola- Seria mas fácil que les sacaras tu el corazón- dije insinuando que si eso pasaba me los cargaría y era verdad, no me gustaban y sus mierdas menos.- _Oh vaya, que los has dejado atados a un árbol...- sonreí y encendí la televisión- Este pueblo... es aburridisimo por la tarde, las chicas guapas se esconden, menudo aburrimiento- rodé los ojos mientras cambiaba de canales.- Me voy al bar.- dije levantándome después de apagarla- ¿te vienes?- le pregunte cogiendo la cartera de la mesa.

Rodé los ojos cuando me dijo que sería más facil que yo les arrancara el corazón. No iba a hacer ninguna de esas cosas, más que nada porque me resultaba desagradable que hicieran sus cosas aquí, aunque tuvieran forma de perros. Suspiré mirando la tele y después lo seguí a él con la mirada. Asentí cuando me preguntó.
- Por variar un poco- estaba aburrida de estar de la casa al bosque y del bosque a la casa, de todas formas lo iba a pasar igual de mal mientras estuvieramos en este pueblo. Me levanté y cogí el bolso de la habitación, volví al salón y salimos del apartamento-. ¿A cual de los estupendos bares que hay vamos?- pregunté con un poco de ironía. Por la tarde no había mucho que elegir, a menos que las cosas hubieran cambiado mucho desde la última vez.

-A uno divertido- le dije sonriendo mientras bajábamos por las escaleras, así podíamos ir rápido, total no había nadie por alli ahora.- Sube- le señale el coche aparcado en la puerta- Tengo coche nuevo- lo había comprado esa mañana. Arranque el coche cuando nos subimos y empece a conducir hacia la zona donde estaba el bar al que ibamos.- Vamos a un bar donde hayas chicas ahora.- le dije

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Pasaron los días y la situación con mis padres no cambiaba, se avergonzaban de mi y trataban de no salir en público conmigo, a pesar de que parecía que todo se había olvidado por parte de los demás. A penas me hablaban, y aunque yo solía desobedecerlos y fastidiarlos me dolía su rechazo, pero lo compensaba estando con Damon, en la guardería con Lucy, la cual era un gran apoyo, y en el hogar de niños con Mark. Además estaba buscando un sitio donde vivir, tenía varios apartamentos vistos, y había un duplex que me había encantado.
Esa noche iba a cenar a casa de Damon, mis padres habían quedado en cenar con los padres de Shon, seguían siendo amigos después de todo, y a él le iba bien, me había disculpado mil veces, pero no parecía servir de nada. Obviamente yo no podía ir, así que la opción era quedarme en casa con el vigilante. Damon había ido a recogerme y mientras bajábamos del coche saqué de mi bolso el anillo que me dio, pero por alguna razón la llave de mi cajón se había perdido y la había encontrado hacía un par de días. En cuando a lo de perderse...era relativo, estaba segura de que alguien la había cogido y se le había olvidado devolverla.
- Toma- le dije a Damon dándole la caja-. Quiero que me lo des cuando de verdad quieras que nos casemos- le dije sonriendo un poco- sin presiones.

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-Perfecto- comente cogiendo el anillo cuando me lo paso. Le di un beso en la cabeza y abrí la puerta del piso para que pasara ella primero- No te asustes si dicen algo fuera de lugar, pasa de ellos- le dije mirándola- Y si hacen algo raro… estoy aquí, no va a pasarte nada- le sonreí, podía pasar cualquier cosa en una casa con cinco vampiros, una humana y dos hombres lobo.- Te estoy escuchando, cierra el pico Constantin- dije abriendo la puerta del salon. Le lance las llaves con rabia, dándole en la cara. Las cogió y las dejo a un lado.
-Estaría bastante bien…- comento riéndose del tema que yo le habia escuchado- Hola- le dijo a Caroline.- Estaría muy bien- contesto acercándose a ella, intentando cogerle la mano para besársela, pero se la cogí yo y se la retorcí.
-Aparta tus asquerosas manos de ella. No es el postre de nadie.-le avise y sonreí- Vamos- dije a Caroline entrando mas.- Sam debe estar por aquí- le dije a ella, a Sam la conocía.

- Tranquilo, vengo mentalizada...- le respondí.
Esperé mirando alrededor mientras él abría la puerta. Ya había estado aquí antes, pero lo que me ponía nerviosa era el echo de estar con tres vampiros más a parte de él. Sonreí un poco cuando entré mirando a Constantin, al que Damon le tiró las llaves a la cara. Abrí bastante los ojos, pero no parecía haberle dolido demasiado, al menos no tanto como cuando le retorció la mano después. Miré a Damon y sonreí un poco. Así era él, me gustaba, aunque podía sonar egoista que me gustara que tratara a todos así menos a mi, pero me daba igual.
- Estoy aquí- dijo Sam cuando Damon pronunció su nombre. Se venía poniendo unos pendientes-. Tu, deja de comer, luego te pesan las patas- le dijo a uno de los chicos que había en la mesa picoteando-. Hola- dijo sonriéndome un poco.
- Hola...- sonreí.
- Tienes que estar loco- le dijo ahora a Damon- pero en fin, celebremos la navidad- dijo con ironía-. Tranquila, no te comerán- señaló a Constantin y Bianca.
- Lo se- dije mirándolos y después miré a mi novio estirando mi mano hacia él.

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-Te estas deshumanizando, esta en mi misión como adulto y superior de todos vosotros recordaros que hay que pasar desapercibido.- les explique- Y estas muy guapa- añadí sonriendo a Sam de lado.
-Pues menudo ejemplo- dijo Bianca señalando a Caroline.
-Ya me conoces, soy el malo- le dije a ella guiñándole un ojo- Nunca hay que hacer lo mismo que yo, a no ser que sea una orden.- les sonreí.- ¿Qué habeis hecho de cenar?- les pregunte.
-Lasaña- Dijo Constantin.- Con patatas asadas o algo así.- señalo a Bianca, las habia preparado ella.

- Se muy bien donde está mi humanidad, gracias por lo de estar guapa- le respondí a Damon. No me apetecía para nada celebrarla, me recordaba demasiado a Mark, aunque técnicamente nunca habíamos pasado una navidad que yo recordara juntos, pero por alguna razón me recordaba a él, y además, sabía que siempre le había gustado esta fiesta. Cuando Damon preguntó qué había para cenar abrí el mueble, saqué un paquete de patatas y lo tiré en la mesa- mi parte- sonreí un poco y me senté-. ¿A qué esperais?- les pregunté a Ted y Dixon- la cena no se sirve sola, moveos- les ordené.

Carol

Los miraba a medida que iban hablando. Constantin ni siquiera se había preocupado en arreglarse demasiado, por el contrario Bianca se había esmerado en maquillarse y vestirse, tal vez demasiado. Tampoco me gustaba demasiado el tono con el que me hablaba, pero decidí ignorarlo.
- Voy a echarles una mano- dije sobre lo de poner lo que faltaba para la cena, los chicos que seguían las órdenes de Sam ya se habían levantando.

-Si vas a estar así toda la noche puedes largarte ¿eh?- le dije a Sam mirándola seriamente.- Nadie te está obligando a quedarte- podía largarse cuando le diera la gana.- Y tu cambia esa cara- le dije a Bianca medio mosqueado- No, siéntate, que vaya ella a ayudar.- le comente a Caroline señalando a la vampira- ¿quieres una copa?- le pregunte a mi chica abriendo el mueble bar para sacar el whisky

- Si que me obliga alguien- dijo Sam mirándome- ¿estás de broma no?- bufó y se sirvió un poco de vino que había en la mesa.
- Bueno, es navidad, no discutais- les dije sonriendo. La cara de Bianca era un cuadro, se veía que no le gustaba que yo estuviera aquí, o incluso que estuviera con Damon, pero que se fastidiara, era mío-. Claro- cogi un par de vasos y se los di para que sirviera.
- Solo por eso merece la pena quedarme- dijo Sam sonriendo un poco.
- No estoy muy segura de que esto haya sido buena idea- le comenté a Damon en voz baja intentando que no se me oyera, aunque no alcanzaba a saber cuanto podía llegar a escuchar un vampiro.

Me reí cuando Caroline dijo que no estaba segura de que eso hubiera sido una buena idea.
-Aquí mando yo, y se hace lo que a mí me da la gana, así que no te preocupes por ellos- comente señalando hacia la cocina- Además, están muertos.- me reí un poco, todos menos ella lo estábamos allí, prácticamente. Le puse un poco en una copa y se la pase, después le di un trago a la mía.- Por cierto, no tengo ni idea de que hay que hacer en Nochebuena- no recordaba ninguna de cuando era humano y nunca la había celebrado siendo vampiro.

- Que interesante suena eso- le dije sonriendo cuando dijo que aquí mandaba él-. Bueno, en teoría- él no estaba muerto, al menos no del todo, algo de vida tenía y yo me aferraba a esa vida. Cogí mi copa cuando la llenó y me mojé un poco los labios para probarlo, aunque solo con el olor supe que era exactamente la marca que a él le gustaba. Aspiré su aroma despacio y lo solté de la misma manera. Ese olor siempre me recordaba momentos estupendos.
- Relájate, pareces un tambor- dijo Sam desde la mesa. La miré un segundo y asentí, después lo miré a él de nuevo.
- Si te sirve de consuelo...nunca he celebrado las fiestas con vampiros y...- señalé. No sabía lo que eran los dos chicos, a lo mejor eran humanos hipnotizados- así que...- sonreí-. Normalmente se hace con la familia y se tratan...temas sin importancia, recuerdos...- me alcé de hombros- se cena...lo esencial es estar con tu familia y pasar una buena noche- le expliqué sonriendo- y...al día siguiente...Santa- dije contenta.

-Déjala, ella nos pone la música- comente sonriendo mientras miraba a Sam y de reojo a Caroline.- Entonces está bien, estamos en familia. Te presento a mi familia, Sam, Bianca, Constantin y nuestros chuchos.- señale a los dos de Sam- Rex y Boby- me invente, eso eran nombres de perro.- son hombres lobo.- le explique en voz más baja.

Me reí cuando Damon le respondió aquello a Sam y le di un trago al whiskie.
- Una familia peculiar- dije sonriendo, y me reí un poco más cuando dijo que aqellos chicos que eran sus chuchos, después lo entendí cuando me explicó que eran hombres lobo. Afirmé con la cabeza y los miré curiosa. No lo parecían, todo lo contrario, parecían humanos frágiles como yo.
- En realidad se llaman Ted y Dixon- me informó Sam- Si no los llamas por su nombre no te haran caso- le dio un trago a su copa y le lanzó una patata a uno de ellos, que enseguida la cogió y se la comió.
- Es inbreible...todo esto...- le dije a Damon- ¿se transforman solo con la luna llena?.
- No- me respondió Sam. Miré a Damon preguntándole con la mirada, tampoco quería meterlos en un aprieto.

-En la realidad sí, pero con el don de Sam puede hacerles transformarse cuando ella quiera.- le dije a Caroline- Son como sus esclavos, vamos, las mascotas.- me encogí de hombros- Son muy peligrosos- le termine de decir mientras dejaba la copa en la mesa.- No tengo todo el día- les metí prisa a los otros dos.
-Pues hazlo tú- comento Bianca mosqueada.
-A mi no me contestes así- le dije serio, ella cambio la expresión y agacho la cabeza.

- Tu tambien tienes...- me quedé con la boca abierta y ella sonrió de lado.
- Tachán- se rió y bebió un poco.
- Vale, tomo nota- le dije a Damon caminando hacia la mesa para sentarme- son peligrosos...- los miré. Es que no lo parecían.
- No te van a morder, tranquila- dijo ella- en realidad ahora tienen órdenes de protegerte- comentó mirando a Bianca- se transformaran si intentamos algo, sea quien sea- me terminó de explicar. Cogió una patata y se la comió-. Siempre dije que me gustaba tener mascotas- dijo guiñándole un ojo a uno de los hombres lobo que pasaban con una bandeja en la mano. Después se sentó. Yo miré a Damon regañar a Bianca por contestarle y le sonreí un poco estirando mi mano hacia la suya.
- Calma, hoy es un buen día- suponía que eran sus primeras navidades por lo que había dicho antes, y además eran las primeras navidades que pasábamos juntos- definitivamente lo es- afirmé. Pasar la navidad con seis seres sobrenaturales no era lo más normal del mundo, pero aún así no se me ocurría otro sitio en el que pudiera estar mejor que con él.

-Estoy calmado- comente riéndome mirándola- Soy así- afirme mientras echaba una silla hacia atrás y se la ofrecía para que se sentara. Cuando lo hizo me coloque a su lado, Constantin termino de poner la comida y se sentó en su silla.
-¿Sabéis que me transformaron el día de Nochebuena?- dijo el sonriendo y mirando a Caroline- Un vampiro vestido de Santa Claus… así que no te fíes del viejo gordo- me eche a reír mirándolo.
-Me gusta hacer ese tipo de cosas- comente riéndome, yo le había transformado.

- Oh dios mío- dije llevándome una mano al pecho después de sentarme cuando Constantin me contó que un vampiro vestido de Santa Claus lo transformó. Miré a Damon cuando dijo que "a él le gustaba hacer esas cosas", levanté las cejas y reí a carcajadas- no puede ser- reí un poco más-. Eres...increible- le dije riendo aún a mi novio.
- Al menos lo tuyo fue alegre- dijo Sam.
- ¿Como te convirtieron a ti?- le pregunté intentando calmarme y bebiendo un poco.
- Volvía de una fiesta, un tío se propasó y nuestro amigo Sairus nos transformó- sonrió y puso una mueca de asco. Yo hice una pequeña mueca y después miré a Bianca.
- ¿Y tu?- pregunté.