Casa de Caroline y Mark.

- No, no creo que estés bien - dije mirándola fijamente - ¿no has pensado ir al médico? - pregunté serio - ¿qué más síntomas tienes? - pregunté curioso sentándome en mi silla pero mirándola, la desorientación y el dolor de cabeza se podían deber a muchas cosas - tienes que ir al médico - se me ocurrían multitud de diagnósticos. Noté vibrar mi teléfono, lo saqué del bolsillo del pantalón y vi un sms de Gabriella, me pasaría en rato, lo volví a guardar y seguí mirando a Caroline. - ¿Se lo has dicho a Damon?

- No, no lo he pensado...seguro que es por estrés o algo así...- dije mirándolo y sentándome en la mesa frente a él-. Se va a enfriar- dije sobre la cena-. ¿Síntomas?, no se...no creo que tenga síntomas de nada...- aunque los olvidos no eran normales en mi-. Estoy bien, de verdad...no necesito un médico- dije sonriendo un poco-. Te prometo que si vuelve a pasarme algo así iré al médico- dije para que se quedara más tranquilo, no me iba a decir nada, pero si así conseguía que dejara de estar preocupado yo lo hacía sin problema-. No, no creo que sea nada como para decírselo, además, él tiene cosas más importantes de las que preocuparse- como lo de los vampiros desaparecidos-. No voy a distraerlo con tonterías.

- Sí, puede que sea por el estrés - dije pensativo, también había pensado en esa posibilidad - lo siento, igual estoy exagerando - dije mirándola - a veces me sale la vena de médico - dije riendo un poco, rodando los ojos a la vez - eso espero, si te pasa otra vez ve a mirarlo, puede que sea otra cosa - comenté empezando a comer - ahora luego tengo que volver a salir, ¿hace falta que compre algo? puedo hacerlo cuando vuelva.

- Claro, ya sabes que soy muy nerviosa- dije sonriendo un poco y partiéndole un trozo de pan para que lo comiera también. Cogí la cola y le serví, después hice lo mismo con el agua para mí y empecé a comer-. A lo mejor deberías pensar en ejercer- dije mirándolo-. Pones cara de chico interesante- reí un poco-. Puede que sea lo que necesitas, salvar vidas Mark- lo veía más animado, pero yo quería que fuera feliz, o al menos un poquito-. Te lo prometo- dije levantando la mano-. Si, trae huevos porfa.

- A veces lo pienso - dije mirándola - pero ahora mismo no sería capaz de estar dentro de un hospital - bebía demasiada sangre humana, dentro del hospital me volvería loco. Además, para empezar a salvar vidas debería por no ir matando gente por ahí, suspiré un poco y seguí comiendo un poco pensativo. - Compraré huevos - comenté mirándola y sonriendo un poco - ¿nada más?

- Pues empieza a entrenar...- dije sonriendo un poco- no tienes por qué hacerlo de golpe...pero yo creo que te vendría realmente bien- dije asintiendo. Seguí comiendo y asentí-. Solo huevos...faltaba fruta pero la he comprado yo por el camino, así que...- sonreí un poco-. A no ser que tu quieras helado o alguna cosa así...- comenté mirándolo, con lo goloso que era-. Ah, sí, patatas fritas, que las has acabado todas, gordo- reí.

- Puedes ser - dije intentando no pensar mucho en ello en ese momento porque empezaría a rallarme - vale, huevos y patatas fritas - dije mientras seguía comiendo - estaba todo muy bueno - dije terminándome lo que había en el plato, me levanté para recoger mis cosas porque tenía que irme ya - nos vemos a la noche - dije dejándole en un plato un poco de fruta por si quería postre - descansa un poco - le dije sonriendo antes de ir hacia la puerta para salir, tenía que ir al bosque donde Gabriella.

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Estaba en mi cuarto cuando escuché a Caroline llegar, normalmente preguntaba si estaba por ahí pero no dijo nada. No lo tuve muy en cuenta, estaba viendo una película mientras comía palomitas y hasta que no se me acabaron no salí fuera.
- ¿Carol? - pregunté alzando la voz, fui a la cocina y la vi allí frotando algo en un barreño - ¿qué haces? - pregunté curioso dejando el bol en el fregadero y acercándome a mirar, olía mucho a lejía.

- Me he manchado la ropa, ¿te lo puedes creer?- pregunté mirando a Mark cuando salió y me preguntó-. Y no soy capaz de quitarla- se la señalé y seguí frotando con fuerza, me estaba pelando un poco los nudillos, pero es que tenía que lavarlo todo y quitar esa mancha de ahí. Cogí más lejía y eché en el baño para seguir frotando con ella-. ¿Ves?- dije después sacando la camisa y enseñandole la mancha- no se quita- me quejé suspirando.

- ¿Y para qué tanta lejía? - pregunté mirándola - habrías terminado antes metiendo la ropa en la lavadora Caroline - dije mirándola, puse una mueca al ver la camisa porque yo no veía ninguna mancha - ya la has limpiado ¿ves? ya no está - dije señalando la ropa.

- Pues para quitarla- dije mirándolo como si fuera obvio- no, no, se quita mejor así, o debería hacerlo, y debería tardar menos- me quejé-. ¿Cómo que no esta?, ¿no la ves?- pregunté mirándolo sorprendida y mirando la camisa, yo si que la veía, no se había quitado-. El bolso también- dije señalándolo. No lo había metido aún porque quería acabar primero lo de la camisa, ahora metería el bolso.

- ¿Pero qué dices Caroline? - la miraba confundido porque no entendía nada - para ya anda - dije acercándome para sujetar sus manos - te vas a hacer daño al final - dije mirando sus nudillos - ya está limpio, y el bolso no está sucio - dije mirándola - ¿te encuentras bien?

- ¿Cómo que no?, mira, está todo sucio- me quejé-. No sabes la verguenza que he pasado, me he encontrado con una amiga del instituto y ha visto ella la mancha, tengo que lavarlo todo- dije mirándolo confundida. ¿Por qué no veía él la mancha?-. ¿Los vampiros podeis tener miopia?- pregunté curiosa, aunque nunca había visto un vampiro con gafas-. Míralo bien...

- Que no está sucio Caroline - dije volviendo a pararle las manos - no tengo miopía, el problema lo tienes tu - dije mirándola atento, a lo mejor tenía que ver con lo que le había pasado hacía unas semanas - ¿te duele la cabeza? - pregunté mirándola a los ojos - ¿te sientes desorientada o algo así?

- ¿Cómo que yo tengo un problema?- pregunté mirándolo-. No tengo ningún problema...- abrí la boca pero me empezó a hacer preguntas. COgí yo sus manos y lo miré-. Estoy bien, no me duele la cabeza, ni estoy desorientada ni nada...- dije mirándolo-. Estoy bien...solo que esa mancha me pone de los nervios- dije mirándo mal el baño.

- ¿Pero qué mancha? - pregunté empezando a desesperarme un poco, suspiré y cogí la camisa del barreño - no hay ninguna mancha Caroline, mira, está completamente limpia - y destrozada, porque de la lejía se le había estropeado el color - está limpia.

Me empecé a reir porque no entendía nada, la mancha estaba ahí, si es que yo la estaba viendo. Se la señalé con el dedo cuando me mostró la camisa.
- No estoy loca Mark, te lo juro- dije seria pasándome la mano por la frente-. Está aquí, no puedes decirme que tu no la ves...- me mordí el labio mirando la tela- estoy bien...yo no estoy loca...

Decía que no estaba loca pero yo estaba seguro de que no había ninguna mancha en la ropa, era una paranoia suya que le había entrado. Suspiré mirándola y afirmé con la cabeza.
- Tienes razón, pero ya se ha quitado - dije mirándola fijamente a los ojos para hipnotizarla, no quería hacerlo pero iba a hacerse daño - ¿ves? ya la has limpiado - dije mirando la camisa.

Lo miré a la cara para ver su reacción, no parecía muy convencido con lo que le estaba diciendo. Lo miré a los ojos cuando me habló y sonreí.
- Tienes razón, está limpio- dije mirándolo-. Soy un desastre- me reí-. Será mejor que lo tire porque lo he fastidiado...- suspiré y me incliné para coger el bolso del suelo dejándolo sobre la mesa. Me incliné a coger la ropa, la escurrí y fui a tirarla a la basura, tiré el agua y después saqué la bolsa en la que había metido la ropa para tirarla al contenedor de ropa que había en la calle y la bolsa en el contendor de plásticos. Volví a casa y recogí el agua que se había vertido. Cuando acabé suspiré, estaba cansadita-. ¿Te importa cenar solo hoy?, estoy rendida y creo que me voy a ir a la cama...- dije mirándolo.

Suspiré mirándola cuando fue a tirar la basura, no sabía lo que la pasaba pero no me gustaba ni un pelo, le daban como brotes, era raro.. tenía que ponerme a investigarlo.
- Tranquila, acuéstate, yo llevo toda la tarde comiendo guarrerías - dije mirándola, sonreí un poco - que descanses - le dije antes de meterme en el cuarto, busqué de entre mis cosas una hoja y apunté sus síntomas, tenía que ir a la biblioteca a mirar libros, hacía mucho que no ejercía.

Le sonreí cuando dijo que no le importaba y le pellizqué cariñosamente la mejilla. Fui a mi habitación, me cambié y me acosté, estaba muy cansada y no tardé en dormirme. A media noche me desperté con dolor de cabeza, me encontraba fatal, peor me quedé en la cama y volví a dormirme.

Llegué a casa de Caroline y Mark, era la noche de su cumpleaños y suponía que se había quedado en casa, así que fui a por mi regalo y después fui allí. Cuando llegué Carol me abrió la puerta y se me quedó mirando extrañada, yo le sonreí y la miré a los ojos.
- Ahora apaga lo que tienes en la vitro, sube a tu habitación, duerme y no salgas hasta mañana por la mañana- dije sonriendo un poco. No me apetecía que se pusiera a lloriquear-. Pasa- le dije a mi regalo sonriendo un poco-. Mark- lo llamé. Cuando apareció le sonreí, tan guapo como siempre-. Felicidades cariño...te traigo un regalito- dije sonriendo un poco y apartándome para que viera el regalo-. Se que te gustan rubias...- lo había estado espiando cuando me aburría, aunque la primera vez había sido casualidad. Miré a la chica y sonreí, era clavadita a mi y olía de maravilla.

Spoiler:

Estaba en mi habitación esperando a que Caroline terminara de hacer la cena. Le había dicho que no quería hacer nada por mi cumpleaños y ella había dicho que como mínimo cenaríamos, y no había podido decirle que no. Me pareció raro escuchar la puerta y cuando oí la voz de Sam dejé lo que estaba haciendo y atendí a lo que le decía a Caroline. Salí del cuarto cuando me llamó y me quedé mirándola con el ceño fruncido, a ella y a la humana que traía consigo.
- ¿Qué quieres Sam? - pregunté despacio sin moverme de donde estaba, no quería acercarme porque no entendía la situación.

- ¿Cómo que qué quiero?- pregunté mirándolo sorprendida-. Es tu cumpleaños...tu primer cumpleaños fuera de la cueva- le sonreí simulando cariño-. Es tu regalo- señalé a la chica-. ¿No me dirás de que no verdad?- pregunté mirándolo curiosa. Me hacía gracia su expresión, parecía que no sabía de qué iba la cosa-. Anda- le dije a la chica caminando a su lado-. Somos iguales- dije contenta mirándola-. Si no fuera porque se que mi hermana de verdad tiene cinco añitos juraría que ella es mi hermana- sonreí-. Oh vamos, no te alegras ni un poquito de verme...- dije rodando los ojos-. Vengo en son de paz- dije levantando las manos-. A que cenemos juntos...- señalé a la chica.

La miraba atento mientras me hablaba pero seguía sin entender qué hacía aquí y qué era lo que quería, ¿por qué actuaba ahora así? no me creía que viniera en son de paz, tenía que haber algo detrás de todo eso. Ella ya no era Sam.
- Ya veo que sois iguales - aunque intentaba no mirar mucho a la humana porque sí, eran clavadas y además olía demasiado bien - ¿y por qué? - pregunté mirando a Sam.