Mijail Pavlov

Cogí la bolsa de comida y la llevé a la mesa donde había puesto ella las bebidas. Saqué la comida de la bolsa y le serví un poco de vozka primero a ella, haciendo después lo mismo con el mío. Bebí un poco y me senté cogiendo los tupper de comida para ver qué había pedido.
- ¿Vas a decirme que es lo que has venido a hacer en realidad?- pregunté mirándola a ella ahora.

- Ya te lo he dicho, vengo a cenar - dije quitándole uno de los tupper de las manos - siéntate - dije señalando la silla que había frente a mi - llevamos mucho tiempo sin vernos, seguro que has hecho cosas más interesantes que cuidar de mi gata - comenté mientras servía comida en los platos - cuéntame algo interesante - le pedí sonriendo - ¿más? - pregunté parando un poco de echarle.

- Ya, comer...- como si fueramos amigos. Le hice una señal con la mano cuando paró para indicarle que no me sirviera más-. No mucho- en realidad no había hecho demasiado en ese tiempo- estar con Adalia y poco más...- me alcé de hombros- estoy pensando pedirle que se case conmigo- dije sonriendo falsamente mientras masticaba lo que me había metido en la boca-. Miré a la gata, que se paseó por delante mía ronroneando para que le diera más comida, era una zorra interesada-. ¿Y tu?, ¿bien con tu marido?- pregunté curioso.

Le sonreí a pesar de las ganas que tenía de partirle el plato en la cabeza, yo venía simpática y él no tenía otra cosa de la que hablarme que de su novia y de sus planes de boda.
- Me alegro de que por fin vayas a sentar la cabeza - le dije sonriendo con ironía - aunque no sé si a tus padres les va a gustar demasiado.. ¿cómo se llamaba? ah, Adalia - sonreí - con mi marido bien, aprovechando el tiempo, pasamos tanto tiempo sin vernos que casi no hemos salido del dormitorio - dije sonriendo, cogí la copa y di un trago.

- Si, supongo que las comidas de navidad se le debieron indigestar...- hice una mueca y seguí comiendo-. Yo he pasado mucho tiempo en ese sofá- dije sonriendo un poco y levantando las cejas, después me puse serio y continué comiendo-. Bueno...ya que lo hemos pasado tan bien en navidades...cuentame tu alguna cosa más a parte de que no has salido del dormitorio de tu habitación- me alcé de hombros. No sabía ni de qué hablar con ella siquiera, cada vez que lo intentaba me salía alguna cosa poco agradable.

Aguanté poner una mueca cuando comentó lo del sofá y seguí comiendo, el único que lo habría pasado bien en navidad habría sido él.
- Es que no he hecho nada más interesante que eso - dije sonriendo, cogí mi copa y me terminé lo que quedaba de un trago - bebe - dije señalando la suya, dejé el vaso sobre la mesa y cogí la botella para rellenarlo, esperando que él bebiera para rellenárselo también - vamos, cuéntame algo tu - le dije sonriendo, mirándole fijamente - antes me contabas muchas cosas.

- Entonces no has hecho nada interesante- al menos nada interesante para mi. Me bebí lo que quedaba en el vaso y se lo di para que lo rellenara-. Ha pasado mucho tiempo de eso Selene...- comenté mirándola. No tenía sentido discutir con ella, parecía que hoy estaba empeñada en ser agradable, aunque me costaba siquiera mirarla a la cara-. He cuidado a tu gata- la señalé- he salido poco, he comido poco, he dormido poco...- me alcé de hombros-. Mi vida es lo más normal que te puedas encontrar.

- Madre mía Misha, tu vida es un completo aburrimiento - dije mientras le servía la copa hasta arriba - reconozco que la mía tampoco es mucho más interesante pero según cuentas tu la tuya es deprimente - dije mirándole - me acuerdo de aquellas tardes que pasábamos en la cama, imaginando cómo serían nuestras vidas ahora.. - reí un poco - ¿te acuerdas? - le pregunté sonriendo.

Asentí mientras comía cuando me dijo que mi vida era aburrida, si que lo era. La miré cuando me habló de aquellos tiempos, cuando estábamos juntos.
- Si que me acuerdo- comenté mirando la comida y después a ella de nueva-. Sigo queriéndola- me metí un poco más de comida en la boca y tragué, después cogí la copa y le di un trago- aunque cada vez la veo más lejos...y cada vez soy mayor- ya no era un crío, dentro de poco sería un viejo y no tendría nada de lo que había querido siempre.

- ¿Al completo de como la imaginábamos? - le pregunté sonriendo, alzando las cejas - no hace falta que respondas a eso - le dije riendo un poco haciendo un gesto con la mano, cogí mi vaso y bebí un poco - pero respóndeme a esto.. ¿todavía tienes el uniforme militar? - le pregunté entre curiosa y divertida - me encantaba - dije riendo un poco.

- Realmente no se como la imaginabas tu- porque desde luego ella había echo todo lo contrario, yo al menos había intentado continuarla-. Si- le dije sobre el uniforme. Había traido mis cosas cuando llegué a Frost, después de conseguir algo de dinero-. Pues ahí está- colgado, llevaba colgado años, y así se iba a quedar porque no iba a utilizarlo más-. Si lo quieres te lo puedes llevar- yo lo único que quería conservar eran mis medallas.

- No me interesa si no lo llevas tu puesto - comenté como si nada terminándome lo de mi plato - cambia esa cara de perro abandonado - dije mirándole mientras cogía mi copa - bebé más, venga - dije señalando su vaso - ¿y cómo la imaginabas tu? - le pregunté curiosa después de beber, dejé el vaso en la mesa, apoyé un codo en ella y dejé mi barbilla en la mano, mirándole.

Levanté una ceja cuando me respondió lo del traje. Cogí el vaso cuando me dijo y me bebí lo que quedaba, después cogí el vaso y rellené los dos. No sabía por qué estaba tan agradable, pero de todas formas pensé en lo que me había dicho.
- Quieres reirte de mi- dije finalmente- dime tú lo que imaginabas- ella sabía de sobras lo que imaginaba yo: una vida con ella, una casa, hijos, nosotros felices...era el resumen de la vida que me habría gustado tener.

Me encogí de hombros mirándole y cogí el vaso para beber.
- En realidad no imaginaba nada - dije dejando el vaso de nuevo sobre la mesa - esperaba que tu imaginaras todo por mi y lo llevaras a cabo, me dejaba llevar - comenté apoyando la cabeza en la mano - entonces tu la cagaste y tuve que seguir adelante sola - me quedé un momento en silencio y después le miré de reojo sonriendo - te toca - sonreí - vamos, no me voy a reír.. bueno, a lo mejor un poco - dije riendo un poco.

La miré dejando el tenedor en el tupper cuando empezó a hablar. Negué con la cabeza y me levanté para llevar las cosas a la cocina, ya no tenía hambre.
- Paso- le dije mientras iba a la cocina. Me cabreaba que lo dijera de aquella manera, como si nada hubiera importado, y encima venía con sonrisas estúpidas, por no hablar de que me echaba las culpas de que me hubieran mordido y convertido en un monstruo, como si yo lo hubiese querido.

Rodé los ojos cuando se levantó diciendo que pasaba, se marchó a la cocina y suspiré cogiendo el vaso para beber.
- Es imposible mantener una conversación normal contigo - dije en alto para que me escuchara - con los años te estás volviendo de lo más desagradable - me quejé también en alto, que me oyera bien, rellené mi vaso y volví a beber.

- Deberías echar la vista atras unos...no se, cinco años tal vez...a ver como me tratabas tu a mi- encima tenía el valor de reclamarme que me comportara así con ella-. Aunque claro, yo no hice las mismas cosas que tu- ella había ido a por mi familia con su maridito. Volví al salón y seguí recogiendo las cosas, después volví a la cocina-. ¿Qué esperabas?- pregunté mirándola- ¿que te tratara bien?, ah no, seguro que esperabas que te dijera lo guapa que estas- la señalé- y lo mucho que siento que te hayas casado con ese imbecil cuando con quien tenías que haberte casado era conmigo- dije mosqueado tirando un tupper a la basura de mala manera- pues no.

Le miraba sujetando mi vaso mientras él iba y venía llevando cosas a la cocina, ponía muecas o rodaba los ojos con lo que decía, hasta que dijo lo último y no pude evitar sonreír.
- Te podría mentir y decir que no lo esperaba pero.. estaría mintiendo - dije sonriendo mirando mi vaso, me lo acabé de un trago y me levanté para ir a la cocina - al final lo has dicho - dije sonriendo - ¿tanto me odias? - le pregunté tranquila, mirándole, sonriendo un poco.

Sonreí con ironía cuando admitió que si que lo esperaba, porque a lo que venía era a ponerme los dientes largos, mostrandome lo que tenía aquel indeseable y yo no.
- No- respondí- aunque lo intento no te odio- respondí mirándola justo como hacía ella. Intentaba odiarla, porque era lo que debería hacer después de haber dejado que su marido amenazara a mi madre.

Me quedé mirándole unos instantes, manteniendo esa medio sonrisa.
- Espero que lo sigas intentando y que no lo consigas - le dije sonriendo un poco más - en fin.. ya me he divertido suficiente por hoy - dije saliendo de la cocina para ir a coger mis cosas - quédate las botellas como si fueran mi regalo de navidad, regalo de empresa - dije riendo un poco, de una no quedaba apenas nada pero la otra estaba entera - procura seguir sin matar a mi gata - dije mientras me abrochaba el abrigo.

- Lo conseguiré, seguro- sonreí con ironía- no me lo pones tan dificil en realidad- me giré y seguí colocando las cosas-. Llévatelas- dije sobre las botellas-. No las quiero- no quería nada que fuera de ella, bastante tenía con soportar a esa gata-. Ya, ya...- dije sin mirarla mientras se preparaba para irse.

- Borde - dije mirándole de reojo, fui hasta el sofá y acaricié a la gata que estaba tumbada ahí, ocupando todo el sofá - podrías dejar de intentar cosas que los dos sabemos que no vas a conseguir y tratar de ser un poco más agradable - dije cogiendo el bolso - mañana a las cinco y media de la mañana en el puerto - dije antes de salir por la puerta.

- Te aseguro que podré, tarde o temprano, ya te he dicho que no me lo pones dificil- comenté mientras terminaba de recoger las cosas-. Eres mi jefa, no mi amiga, no tengo que ser agradable- comenté-. Allí estaré- al menos ya tenía algo que hacer que no fuera cuidar de la gata.

Llevaba toda la mañana observando a la gata, estaba muy rara, demasiado rara, le daban como retortijones, llevaba todo el día tumbada y no se movía para nada. Al final decidí llamar a Selene, aunque sabía que me iba a chillar y me iba a poner verde.
- Selene...tu gata está enferma, deberías venir a mi casa- comenté cuando cogió el teléfono.

Volvía a casa del club cuando empezó a sonar el teléfono, cuando vi que era Misha me pensé el no cogerlo pero finalmente lo hice.
- ¿Cómo que está enferma? - pregunté poniendo una mueca - para el coche - le dije al chófer mientras colgaba el télefono, paró a un lado y me bajé para ponerme al volante - llama a alguien para que venga a buscarte - le dije en ruso antes de acelerar dejándole ahí, no quería que supiera a dónde iba, sabía que Nikolas le tenía vigilándome. Conduje hasta casa de Misha.
- ¿Qué es lo que has hecho mal inútil? - le pregunté cuando me abrió la puerta, empujándole un poco hacia un lado para poder pasar dentro - llama a un veterinario - le ordené arrodillándome delante del sofá, donde la gata estaba tumbada.