Apartamento de Sarah Parker

-Yo también lo creo- comente riéndome un poco cuando dijo que seguro que estaba en su habitación comiendo. Me lo imagine y sonreí un poco negando con la cabeza. Después seguí repartiendo la ropa por el armario, como a mí me gustaba tenerla, en mi armario de siempre. Me gustaba estar aquí y sobretodo me gustaba el hecho de que iba a estar aquí con Asthon. Cuando era humana y vivía aquí eso era algo impensable. Me acorde del día que me había besado en el sofá de esa casa, aunque luego las cosas no habían ido muy bien, pero ahora era diferente.

- Eso no fue muy acertado por mi parte- comenté a Sarah mientras le daba alguna cosa para que la colocara- debería haber aguantado las ganas de besarte, solo te confundí más- sonreí mirándola cuando me miró sorprendida-. A veces me gusta cotillear- me alcé de hombros y sonreí de lado. Miré la cama e hice una mueca disimulada, ahí habían dormido ella y Mark cuando estaban juntos. Suspiré y le pasé un pantalón para que lo colgara también.

-¿Estabas cotilleando?- pregunte abriendo la boca, le tire una camiseta que tenia en la mano a la cabeza y después le di un empujón con el brazo- Pero te equivocas, lo que tenias que haber hecho era besarme mas- comente mirándole y sonriendo.- Hubiera dejado que me comieras- comente acercándome a el y mirándole- Seguro que te hubiera gustado...- solté una risilla

Cogí la camisa al vuelo cuando me la tiró mirándola con una ceja levantada. Sonreí un poco mirando como se acercaba a mi y negué con la cabeza manteniendo la sonrisa.
- La idea era mantenerte a salvo- sobre todo de mi-. A lo mejor te habría comido de verdad, estuve muy tentado- afirmé-. Es obvio que me habría gustado- afirmé mirándola a los ojos, me había echo gracia esa risilla que había soltado-. A cada beso tu cuello corría riesgo de ser mordido- comenté recordándolo.

-Ahora no soy tan apetecible como lo era antes, es obvio pero… a lo mejor puedo dejar que me muerdas- dije acercándome un poco a él y sonriendo.- Podríamos continuar lo que empezamos aquel día- me reí un poco mientras le miraba- ¿Qué me dices?-

- No digas tonterías, sigues siendo apetecible- comenté mirándola. Cada vez se acercaba más y me costaba mantener la sonrisa. Pasé mi mano por su cintura colocando la otra en su espalda y me incliné hacia su cuello, dejando caer su pelo a un lado. Pasé mis labios y mi nariz por su cuello hasta llegar a su oído y le dejé un beso en el lóbulo de la oreja-. Creo que es una buena idea- murmuré en su oído- pero ahora mismo tenemos que terminar de airear el piso- acabé diciendo mientras la incorporaba de nuevo, dejándole un beso rápido en los labios.

Iba sonriendo a medida que se iba acercando a mí y me iba hablando. Suspire cuando pasó su nariz por mi cuello y cerré los ojos para disfrutar, aunque los abrí cuando dijo que teníamos que terminar. Le mire con una ceja levantada. No parecía que le apeteciera tanto…
-Vale- dije seca y me senté en la cama- Hazlo tu, yo me quedo aquí a esperarte- dije estirando de mi camiseta para empezar a quitármela.

La miré desde donde estaba, pensando en qué podía hacer para que dejara de insistir, no es que no me apeteciera hacerlo con ella, es que este sitio no me gustaba.
- La cama no está hecha- era algo estúpido, pero era una pequeña excusa-. Voy a...- señalé hacia fuera de la habitación y fui abriendo la dos ventanas que quedaban por abrir. Fui a la cocina y abrí la nevera para ver lo que había dentro, no había nada. Mucho mejor porque así no tendría que soportar el mal olor de la comida podrida ni nada parecido.

No sé qué cara se me debió de quedar cuando me dijo que la cama no estaba hecha. Era como si me hubiera dado una puñalada o algo. ¿Me había desnudado delante de él y todavía se iba a abrir las ventanas? No era la reacción que yo esperaba para nada. Me levante de la cama y me puse la camiseta de nuevo, tenía ganas de llorar pero no quería que el me escuchara así que abrí despacio la ventana y salte para subir por las repisas hasta la cornisa del techo y sentarme allí.

Suspiré cuando escuché abrirse la ventana y noté como subía hasta arriba. Negué con la cabeza y seguí organizando un poco las cosas por allí, más que nada para distraerme, sería mejor que le diera un poco de intimidad...además, tampoco sabía muy bien que decirle. Simplemente aquí no podía, era una tontería pero no podía hacer mucho más, con el tiempo se me pasaría.

Me quede sentada allí un buen rato, ni si quiera me moví una sola vez. Miraba al frente y pensaba en lo tonta que había sido, no me tenia que haber insinuado, yo no sabia hacer esas cosas... no me salían bien y por eso Asthon había huido. Llego un momento en el que deje de pensar y solo me quede quieta, como una estatua, mirando al frente hasta que escuche una campanada. Era la una de la madrugada y yo llevaba toda la tarde sentada en le tejado sin hacer nada y Asthon tampoco me había echado mucho de menos. Baje por la repisa hasta la ventana y entre de nuevo en la habitación, abrí el armario y me puse uno de mis pijamas de invierno, de esos que eran muy tapados, largos y gordos. Baje al salón y abrí el congelador, había helado que se debía de haber dejado Emily. Lo cogí sin decirle nada a Asthon y fui a sentarme en el sofá, encendiendo la tele para ver algo.

Estuve trasteando un poco por allí, colocando mis libros y demás cosas mientras Sarah estaba arriba. Estuve tentado a ir varias veces para decirle que bajara, pero si ella no había bajado todavía sería por algo, así que seguí a lo mío. Cuando escuché la ventana me quedé quieto, observándola, hasta que se sentó con la tarrina de helado en las manos. Me acerqué al sofá y me senté a su lado, agachándome para coger sus piernas y haciendo que las colocara sobre las mías. Estiré la mano y pasé el dedo por el helado para probarlo.
- No me terminan de convencer- dije poniendo una mueca mientras miraba la tele-. ¿De donde has sacado esto?- pregunté sobre el pijama, no se lo había visto puesto en la cueva antes.

Le mire de reojo cuando cogió mis piernas y las puso sobre las suyas. Me encogí de hombros sobre lo del helado y después me mire el pijama.
-De la maleta, no me lo había puesto ninguna vez, es un pijama de invierno- no me lo había puesto porque tampoco me había hecho falta, ya no pasaba frió. Cogi otra cucharada de helado y seguí mirando la tele, atenta a la película aunque ya la había visto mas veces y estaba empezada de hacia un rato.

- Me gustan más como te quedan los otros- comenté mirando a la tele. Como parecía que ella no quería hablar más permanecí el resto del tiempo en silencio. Me aburrí a la mitad de la película, no estaba acostumbrado a ver mucho tiempo la tele, pero me quedé allí sentado.

Estuve atenta a la película todo el rato, cuando me olvide de lo que me pasaba a mi y me centre en los personajes ya no había quien me sacara del tema. Al final termine llorando porque me daba mucha pena cuando los protagonistas se separaban para irse cada uno a un lado del planeta. Me limpie las lágrimas con el dorso de la camiseta del pijama y solté un gruñido al recordar que no habíamos ido a celebrar que había encontrado un trabajo.
-Se nos ha olvidado- le dije mirándole.

Me entretuve durante el resto de la película viendo como Sarah se hinchaba de llorar por medio de la misma. Cuando por fin acabó se secó las lágrimas con la manga de la camisa y la miré cuando me dijo aquello.
- Bueno, no importa- me alcé de hombros-. Podemos celebrarlo mañana- después de la pequeña no discusión no se me había pasado por la cabeza si quieres-. ¿Quieres que nos vayamos a dormir?- pregunté- ¿o que veamos otra película?.

-Pero mañana seguro- le dije mirándole- Es que ahora el museo estará cerrado- comente estirando la mano para ver la hora en el reloj, era súper tarde.- ¿A ti te apetece dormir?- pregunte curiosa, el casi nunca lo hacía, yo sí, porque así pensaba menos en sangre, y ahora podría irme bien.

- Si, seguramente lo esté...y no creo que sea apropiado colarnos- sonreí un poco de lado y cogí el mando para apagar la tele-. Vamos a dormir- comenté tirando de su mano- pero antes quitate esta cosa- señalé el pijama-. Me estas metiendo calor a mi, y mira que eso es dificil...- hice una mueca. No sabía como podía pensar que no la deseaba, era absurdo-. No es que me apezca...no hay nada más que hacer, me apetece estar un rato tranquilo- le expliqué.

-No es que sea difícil, es que no es posible- comente mirándole y sonriendo un poco, después camine delante de él hacia la habitación y al llegar abrí los cajones para sacar un pijama que aunque era de invierno no era tan abrigado como ese, si que era posible que fuera exagerado. Entre en el baño, de normal me daba igual desnudarme delante de él, total podía verlo en mi cabeza, pero hoy prefería esconderme un poco, no me sentía del todo cómoda conmigo misma. Al terminar salí al cuarto de nuevo y me senté en la cama, quitando las sabanas hacia abajo para meterme dentro.

- ¿Cuantas veces tengo que decirte que para nosotros no hay nada imposible?- le pregunté mientras deshacía la cama y empezaba a desnudarme para ponerme uno de mis pijamas, tenía pocos, solo para disimular. La miré con una ceja levantada cuando se fue a cambiar al baño y me tumbé en la cama apoyando mi cabeza en mis brazos, cruzados tras la nuca-. Eso está mejor- la señalé sonriendo un poco.

Le sonreí un poco sobre lo del pijama y apague la luz central dejando solo la de la mesilla de noche, cogí una revista que había en el cajón y la ojee un poco, era de medicina. Puse una mueca y la deje de nuevo allí, metiéndome bien en la cama y arropándome para prepararme para dormir.

Me arropé y me quedé mirando al techo cuando ella se dio la vuelta, no estaba acostumbrado a dormir y me costaba un poco concentrarme para hacerlo. Aún así cerré los ojos e intenté concentrarme como cuando meditaba, aunque así no me iba a dormir, pero al menos estaba haciendo algo que me gustaba.

No tarde nada en quedarme dormida, lo hacía con mucha facilidad, además así no pensaba en nada porque ya no quería hacerlo más por hoy. La mala suerte fue que no podía dominar cuando tenía algún sueño o pesadilla y esa noche reviví el día que me convirtieron, solo que cuando me despertaba estaba sola en medio del bosque y por mucho que buscaba a Asthon no aparecía por ningún lado.

Llevaba un buen rato meditando, al final me había colocado en la posición correcta para hacerlo, porque acostado era un poco dificil. Al menos conseguí hacerlo hasta que empezaron a meterse en mi cabeza imágenes. Noté a Sarah removerse y abrí los ojos mirándola. Algunas veces tenía pesadillas y esta parecía de las gordas por lo que había visto. Me incliné un poco hacia ella, sobre su oído, cogiendo su mano con la mía.
- Estoy aquí- le susurré para que se despertara despacio.

Abrí los ojos de golpe cuando note que alguien me cogía la mano, en el sueño estaba totalmente sola y no sabia que tenia que hacer o como me tenia que mover, pero al abrir los ojos vi que estaba Asthon a mi lado, sujetándome la mano.
-Estas aquí- repetí yo después de el, incorporándome para abrazarme a su cuerpo mientras respiraba entrecortadamente.