Casa de Hailee Steinfeld.

- No lo creo- respondí cuando preguntó si se le levantaría el vestido a él-. Perfecto- tampoco me gustaba ir muy alto, y los columpios no me daban demasiada confianza. Mantenía las piernas juntas moviéndolas un poco de arriba a abajo, con cuidado porque se me levantaba el vestido aunque no fuera muy rápido y no me apetecía que se me viera la ropa interior, me moriría de la verguenza. Después de un ratito le dije que parara, me bajé y le hice una señal para que se sentara él-. Tu me dices hasta donde, ¿vale?- pregunté sonriendo- agarrate a ver si te vas a caer- le pedí, como se cayera me daba un algo.

-No me voy a caer, tiene que ser mas alto- le dije sonriendo un poco, girando la cabeza para mirarla mientras me balanceaba, siempre empezaba a mover las piernas o me giraba o estiraba una de las manos por encima de mi cabeza, porque cuando te columpiabas muy alto tocabas con las piernas las ramas de un árbol que había enfrene, así que yo siempre lo intentaba y quería ir mas alto, para saltar después.

- ¿Más?- pregunté mirándolo sorprendida-. Voy, voy- dije dándole más fuerte, como él quería. No estaba muy segura de si eso estaría bien, podría caerse y desde esa altura se haría daño. Seguí empujándolo más porque él me lo pedía, atenta a la parte de arriba del columpio porque no me fiaba de las argollitas, y menos cuando alguien se columpiaba tan fuerte.

-Vale, vale, genial- le dije sonriendo un poco cuando ya iba suficientemente fuerte como para tocar el árbol, estire una de las manos hacia delante cuando estuve a su altura y arranque unas cuantas hojas.- Aparta un poco, que voy a saltar- le dije mirando al frente, y cuando estuve delante di un salto, soltándome del columpio y cayendo de pie.- Toma- le ofrecí las hojas.- No son flores, pero me he jugado la vida para conseguírtelas- le guiñe un ojo sonriendo.

- ¿Qué?, no, no Kevin...- empecé a decir cuando dijo que iba a saltar. Me quedé con la boca abierta llevándome ambas manos a ella, tapándomela, estaba demasiado alto...Cuando cayó fui hasta él y lo miré de arriba a abajo-. ¿Y si te llegas a caer?- pregunté mirándolo preocupada. Miré las flores y las cogí de su mano acercándome a darle un pequeño abrazo-. La próxima vez hazlo desde más abajo- dije algo seria. A mi esas cosas me daban mucho miedo. Suspiré un poco y coloqué las hojas en orden- eres tontito- lo miré regañándolo- gracias- las señalé.

-No me iba a caer, lo he hecho muchas veces y cuando me he caído un par de moratones y punto, no es mucho mas peligroso que la bici o que montar a caballo- le dije sonriendo un poco.- De nada- comente riendo cuando me dio las gracias por las hojas del árbol, había sido una tontera- Pero puede que vuelva a saltar si te vas a preocupar tanto por mi, te pones muy guapa.-

- Yo me fío más de un caballo y una bici que de esos cacharros- dije señalándoselo con la mirada-. No me parecen muy seguros- tenían muchos años y alguno estaba ya suelto-. Como un día te hagas daño de verdad me enfadaré contigo- comenté mirándolo. Miré a otro lado avergonzada cuando dijo que me ponía muy guapa cuando me preocupaba-. Ni hablar- dije mirándolo ahora-. Vamos- tiré con mi mano de la suya para irnos a otra zona y que no se le ocurriera saltar de nuevo-. Te invito a unas chuches.

-Vale, entonces si me hago daño intentare que no te enteres, que no quiero que te enfades- dije sonriendo- Aunque enfadada también estas muy guapa- añadí sonriendo, me hacia mucha gracia cuando se avergonzaba de ese modo, me gustaba.- Chuches... mmmm... que bien.- añadí sonriendo, cogiendo mejor su mano con la mía para caminar hacia el quiosco.

- Para ya- dije mirándolo y riéndome, ahora que ibamos al mismo paso los dos, había querido sacarlo de allí rápido- siempre me dices esas cosas...- negué con la cabeza riendo aún- parece que lo haces aposta para que me ponga roja jo- me quejé mirándolo. Cuando llegamos al quiosco me acerqué a mirar y señalé un paquetillo de patatas pequeño para mí-. Coge lo que quieras, venga- sonreí.

-Porque me gusta que te pongas roja, estas muy guapa tambien- dije riendome un poco mas- Eres muy graciosa Lee- admiti sonriendo- Me gusta- me encogi de hombros y mire el quiosco- Pues... creo que he comido muchos Doritos antes, me voy a conformar con una carretera de chuche- le dije al hombre señalandola

- Otra vez- me reí mirando a un lado-. Pues no lo hago queriendo...me pones nerviosa- dije mirándolo a él. Sonreí al hombre cuando nos dio lo que le habíamos pedido y le extendí el dinero-. Gracias- le dije sonriendo-. Normal, si te has comido casi todo el paquete tu- reí- porque haces mucho deporte que sino...- dije insinuando que estaría gordito-. ¿Cuando jugais?- pregunté. Quería ir a verlos jugar un día de estos.

- Oye, yo me lo he comido todo porque tu comes como un pajarito- le dije riendome- Ahora voy a pensar que te has quedado con hambre de Doritos y ha sido una mala cita... te comprare Doritos mañana, ya veras- le dije mirandola- Pues el sabado por la mañana, creo, a eso de las... 12- le explique sonriendo, comiendome la carretera.

- Yo como bien- dije mirándolo- no como un pajarito- me reí y abrí el paquetillo de patatas, lo había cogido porque en estas siempre venían pocas-. Si quieres coge, son muchas para mí- le dije sobre las patatas-. No me he quedado con hambre de Doritos, tranquilo- reí-. Tu no eres de ramos de flores ¿no?, eres más de paquetes de doritos- bromeé-. Vale...- estiré la mano y le pellizqué un poquito la lengua de gominola.

-¿ves? No vas a poder terminarte la bolsa de patatas, dices que son muchas para ti, comes como un pajarito- le dije sonriendo- Oye, encima me robas mi comida!- exclame cuando la vi cogerme de mi gominola- eres una tramposa- sonrei

- Pero que no me llames pajarito- dije mirándolo- pues no te doy- dije alzándome de hombros y mirando hacia adelante- No te he robado nada, te he cogido un trocito- me defendí-. Y tampoco soy una tramposa, me has llamado tres cosas malas en una misma frase- dije sacando tres dedos-. Pajarito- aunque esa no era tan mala- ladrona y tramposa- le fui diciendo mientras sacaba un dedo por cada.

-Pajarito- le dije sonriendo, acercando mi cara a la suya para hablarle al oido.- Te llamare asi cuando nos casemos, asi en plan cariñoso- le dije riendome un poco- Es mas bonito pajarito que pajaroto, ¿no? suena mas fino... Y no puedes quejarte, que te he dicho guapa tres veces hace un rato, eso deberia contar mas que esto.- sonrei

Lo miré cuando se acercó a llamarme así al oído y negué con la cabeza riéndome, tapándome la boca cuando comparó "pajarito" con "pajaroto".
- Que payasito eres- dije riéndome-. Vale, llamame pajarito...- dije rodando los ojos. Tal y como lo había dicho ahora me gustaba como sonaba-. Yo tengo que buscarte un nombre, no puedo casarme contigo sin tener una forma de llamarte- reí-. Me llamas guapa a cada cinco minutos- dije mirándolo- me paso el día colorada como un tomate por tu culpa...- lo señalé riéndome.

-Pero buscame un nombre bonito, eh pajarito?- le dije sonriendo un poco- Ya te lo he dicho antes, el colorado te sienta muy bien, me gustas cuando estas asi... bueno, y en general también- comente rodando los ojos como si nada- ¿de verdad no me vas a dar papas?- pregunte con cara de pena.

- Bueno, dame tiempo para buscarte uno- reí- siempre puedo llamarte bollito o algo así- me reí un poco. A mi mi papá me llamaba pastelito. Bajé la mirada riéndome cuando dijo que le gustaba que me pusiera roja y en general-. Tu...también te pones muy guapo- dije mirándolo de reojo-. No, claro que no, era broma- sonreí y le pasé el paquetillo, porque yo estaba llenita ya.

-¿Bollito?- pregunte riéndome- Pero bollito suena a gordo, puedes llamarme Dorito- le dije riéndome- Eso pegaría mas con mi personalidad, yo te he buscado un nombre que te pega con tu personalidad- me comi un par de patatas de su bolsa y la mire cuando termine, buscando una papelera.- Ven, vamos, cuidemos el medio ambiente- le sonrei acercandome para tirarla

- Vale...- lo pensé un segundo- dorito...queda como si estuviera haciendo promoción de la marca- reí-. No, ya se me ocurrirá algo- sonreí un poco- tenemos mucho tiempo, aún no vamos a casarnos ¿no?- pregunté mirándolo-. Pues eso- reí-. A mi mi padre me llama pastelito- sonreí y lo acompañé hasta la papelera para tirar la bolsa-. Anda, no sabía yo que te preocuparas así por el medio ambiente...me gusta- reí-. Creo que voy a tener que esmerarme más en conocerte, porque cuando nos casemos tendré que saberlo todo.

-Yo creía que te estabas esmerando ahora en conocerme- le comente sonriendo un poco- O que me dejaras pedirte otra cita, para que me conozcas mejor.-le sonreí un poco más y segui caminando hacia el lado contrario a la papelera- ¿Pastelito?- me rei- Es un poco cursi para un hombre...- le dije para meterme con ella.- A mi me llaman Kevin o, "niño deja esa mierda ahi encima".- imite a mi padre

- Estoy en ello- reí- pero esmerarme...más, cuando nos casemos lo tengo que saber todo ¿no?, y tu igual- me reí y lo miré un segundo cuando me dijo lo de la segunda cita. Se me cruzaron muchas cosas en ese momento, pero al final sin darme cuenta acabé diciendo- Sí- cuando me di cuenta sonreí, aunque me estaba arrepintiendo al segundo, yo no quería que Kevin me gustase más, porque a él luego le iba a dar igual y sería como con las otras-. Pero a mi me gusta- me quejé- además, solo me llama así a mí- sonreí- así que no te metas con él- lo avisé señalándolo con un dedo- mi padre es brutito con algunas cosas, pero conmigo no- le expliqué y puse una mueca cuando imitó a su padre-. Que mal habla tu padre- dije riéndome.

-Si, la verdad es que si, aunque solo lo hace cuando estamos delante su secretaria o yo, en los juicios es muy formal... aunque suele decir en las reuniones con clientes cosas del estilo: "cuando se haya divorciado de su marido, ese malnacido estará en la miseria"- me reí- A la gente le gusta, porque parece como un depredador y según mi padre así es como tiene que ser una abogado bueno- explique

- Pues tu padre me intimida- dije mirándolo- tu nunca hables así, al menos no a mi- negué con la cabeza-. No me gustan los gritos ni las malas lenguas- le expliqué- en mi casa no estoy acostumbrada...más bien estamos acostumbrados al silencio, y cuando hablamos...lo hacemos a este tono- me señalé- o más bajito- reí-. Yo soy la que más alto habla, para que te hagas una idea- le expliqué-. Y tu serás un buen abogado sin gritar ni hablar mal, ya verás.