Casa de Hailee Steinfeld.

-Me tocara serlo, porque seguro que si hablo mal o alzo la voz me mandas a dormir al sofá y no es nada cómodo, menos si te tengo a ti en la cama para darme calorcito- le dije sonriendo un poco.- Voy a tener que empezar a pensar en algo que te pueda impresionar para una segunda cita- le comente sonriendo contento.

- Tranquilo, soy de fácil impresión- le dije riéndome un poco-. Ah no, nada de dormir en el sofá- negué con la cabeza-. Aunque me enfade dormirás conmigo- comenté- aunque no te haga caso o no te hable- que sería lo más normal en mí-. No quiero que tengas problemas de espalda por dormir en otros sitios que no sea la cama- sonreí-. A lo mejor podría quedarte sin doritos unos días- comenté pensativa y riéndome.

-Oh dios mio, no!- exclame cuando dijo lo de los Doritos. -Hacerme eso seria claramente un motivo de divorcia, te llevaría a los tribunales, seria como... como si me hubieras intentado quitar el aire- dije exageradamente riéndome un poco después de mirarla.

- ¿Te divorciarías de mi por eso?- pregunté mirándolo sorprendida- ¿tan poquito me querrás?- pregunté- pues entonces para eso no me caso- comenté poniendo cara de indignación- yo quiero que me quieras más que a los doritos- me quejé-. Si no, nada, no nos casamos y me busco a otro que me quiera más que el aire, que seguro que hay muchos.

-No te querré menos que a los Doritos, seras tu la que me querrás poco si me prohíbes la cosa que mas me gusta en el mundo de comer- le dije mirándola- Eso sera de mala esposa, tu tienes que quererme y querer que sea feliz y seré feliz contigo y los Doritos.- sonreí- No habrá uno mejor que yo...- comente negando con la cabeza

- Pues no- dije mirándolo- deberías quererme tanto que ni te acordaras de tu comida favorita, al mirarme se te deberían quitar las ganas de comer y solo deberías querer abrazarme y darme besitos- comenté haciendome la indignada aún, aguantándome la risa-. Así no sería mala esposa y tu serías un buen marido, además, solo te los quitaría si hablaras mal, no quiero que mis hijos tengan una mala influencia ¿sabes?- pregunté mirándolo-. Así que si no hablas mal todos felices, tu con tus doritos y conmigo y yo contigo- concluí-. Ya, puede que no mejores pero si que esten a la altura- lo vacilé riéndome un poco-. También se- hasta ahora nunca se lo había hecho.

-Vale, entonces me aplicare para no decir cosas malas y no hablar mal.. me hare abogado medioambiental, que esos solo hablan de paz y pajaritos como tu- le toque la nariz con un dedo sonriendo un poco mas.- ¿Tienes horas para llegar a casa?- le pregunte

- Seguro, con lo que te gustan a ti las cosas de los abogados como tu padre...seguro que no te haces abogado medioambiental- reí cuando me dio con el dedo en la nariz y me acerqué a él para darle un poquito con la cadera, flojo-. Pues sí, pero mis padres nunca están a mi hora de llegada así que...- me alcé de hombros sonriendo- soy una chica responsable, confian en mi- asentí-. ¿Y tu?- pregunté mirándolo mientras caminábamos.

-Pues si, también tengo hora de llegada pero nunca la cumplo... soy un poco menos responsable que tu, ya lo viste con los deberes.- que me había regañado ella a mi por tener la agenda hecha un desastre- Mi madre me regaña y luego yo le doy un beso y se le pasa... es tan fácil convencerla- me reí

- Un poco- dije asintiendo con la cabeza-. Es que no pones interés, y te distraes con una mosca- porque el día que habíamos estado haciendo deberes habíamos hecho de todo menos estudiar- y me distraes a mí- me quejé riéndome un poco. En verdad al final los habíamos hecho bien entre los dos, a veces tenía que obligarlo a ponerse y a ponerme yo pero nos había dado tiempo hasta de tomar un refresco-. Eres un pequeño desastre- dije riéndome-. Eso es porque te quiere demasiado y tu te aprovechas- lo señalé- Conmigo no te valdrán los besos- lo avisé riéndome.

-¿Tu crees que no?- le pregunte levantando una ceja- Vale, a ver...- comente parándome, coloque cada una de mis manos en sus brazos, poniéndola frente a mi- Tienes que mirarme fijamente- le comente sonriendo y puse mi mejor cara de pena- Lo siento pajarito, es que el trabajo en la oficina me desborda, solo tenia ganas de llegar a casa para verte- imite una conversación futura, le sonreí y me incline para dejar un beso en su mejilla-. Te estaba echando mucho de menos- añadí después

Lo miré y me paré delante de él, intentando no reírme cuando empezó a hablar, intentando ponerme en situación, mirándolo fijamente como él me había dicho y asintiendo a lo que iba diciendo. Cuando se inclinó a darme el beso empecé a notar como me ponía roja como un tomate por momentos, y además tenía calorcillo, entre el tonito que usaba, como miraba y lo que decía...ya entendía por qué su madre no podía resistirse.
- Em...yo...esto...- no sabía ni que quería decir porque me había quedado mirándolo como una tonta- que bien- dije riéndome al final, aunque se suponía que tenía que regañarle por llegar tarde...pero se me había olvidado.

-¿Ves? Soy irresistible- le dije sonriendo un poco- No te enseñare mi truco porque entonces me lo harás tu a mi y eso no vale- le dije riéndome con picardia- Venga, vamos- la cogí de la mano y eche a caminar por el parque hacia la calle que salia.- Se lo enseñare a nuestros hijos, para que no les regañes mucho cuando lleguen tarde.- le dije sonriendo

- Ya, ya veo...- comenté mirándolo-. Que egoísta, no me quieres enseñar a hacer cosas- me quejé- de todas formas yo tengo mi propio truco para cuando mi padre se enfada- comenté sonriendo-. Aunque en verdad no es un truco, es que soy un poco...sensiblona a veces- me alcé de hombros. Miré su mano y la mía cuando me la cogió, sonreí y caminamos para salir del parque-. Entonces dejaré que los regañes tu y yo te miraré para asegurarme de que lo haces bien- sonreí-. Pero...imagina que se comen todos los doritos que hay en casa, y tu vienes del trabajo y te apetece beberte un refresco con un cuenquito de doritos al lado, piensa que si les enseñas el truco yo no podré regañarlos...- comenté sonriendo un poco- y la próxima vez se volverán a comer tus doritos- reí.

-¿Lloras? Oh, no puedo soportar que una mujer llore...- comente con una mueca- Eso es trampa, no puedes llorar- le dije señalandola y riendo un poco-. Tendre que pensar bien entonces eso de enseñarles mi truco... a lo mejor me hago un poco egoista y hasta que no se vayan de casa no se lo enseño, no quiero que me roben los Doritos... son mios- me señale

- Ya, mi padre tampoco puede- dije riéndome un poco- por eso es mi "truco"- dije haciendo las comillas con una mano, la otra aún la tenía sujeta con la suya-. En realidad no lo hago queriendo, ya te lo he dicho, soy bastante sensiblona a veces- suspiré y me reí cuando comentó que no les enseñaría hasta que se fueran de casa-. Eso me gusta más, no puedo dejar que les enseñes a usar tu truco en mi contra- me quejé- contigo vale porque serás mi esposo, pero ellos no- reí-. ¿Y cuantos vamos a tener?- pregunté mirándolo.

-Pues no se, te dejo que elijas tu la cantidad de niños, porque al fin y al cabo eres la que los va a tener que sufrir- comente sonriendo un poco- Aunque también podemos adoptar alguno ¿no? Eso a mi me parece bonito, si no fuera por los padres de Justin yo no le conocería, bueno, ni probablemente tu.-

- Oh, seremos como Brad y Angelina, Kevin- me reí un poco-. Vale, tendremos algunos biológicos y también adoptaremos- sonreí-. Yo siempre he pensado que mínimo la parejita- lo miré y me reí-. Ya, lo de Justin es...- asentí- me acuerdo la primera vez que vino a clase- me reí- era más simpático y hablador que ahora...- comenté mirándolo.

-Yo le conocí en el futbol, jugábamos juntos al futbol antes de que viniera a nuestro colegio, cuando todavía iba al público, luego sus padres lo cambiaron- le explique a Lee.- Hablaba mucho mas, sus padres hasta le regañaban por hablar demasiado- comente riéndome- Aunque creo que eso va con la edad.- le comente a ella, yo también hablaba mas de pequeño.- Vale, entonces una pareja y alguno adoptado.- le dije sonriendo

- ¿Ah, pero podías hablar más todavía?- pregunté riéndome un poco después de mirarlo sorprendida-. Ya, ya se que hablabas más, la señorita Swan siempre te castigaba por hablador o mandaba notas a tu casa- comenté mirándolo-. Al que nunca he visto hablar demasiado es a Cam, era del que las mataba callando- me reí-. Siempre estaban regañándoos a los dos- Ali y yo eramos las chicas buenas de clase, desde pequeñitas, no las más inteligentes pero si las más guapitas y buenas-. Me parece genial- dije sobre lo de la parejita y luego adoptar.

-si, podia hablar todavia mas, mi madre siempre dice que de pequeño hablaba hasta en sueños y que por eso luego me costaba tanto despertarme... es que me gusta demasiado dormir- le comente sonriendo- Por eso suelo llegar tarde a coger el bus y muchas veces me toca ir en bici- me reí, es que el bus pasaba demasiado pronto y yo me ponia el despertador mas tarde, asi tenia una excusa para ir en bici.

- ¿Enserio?- reí un poco- yo tengo el sueño ligero...- comenté-. Pues espero que ya no hables en sueños, o por lo menos que no lo hagas cuando seas adulto, porque sino no me vas a dejar pegar ojo...y no querrás tener una esposa con los ojos hinchados por no dormir- comenté mirándolo. Me reí cuando me explicó lo del bus-. Como si para ti fuera un castigo tener que ir en bici...- rodé los ojos un poco-. En una de estás el señor Parsons te castiga- coincidíamos en alguna clase por la mañana y el profeosr siempre lo regañaba.

-Cuando sea mayor te regalare tapones por si hablo en sueños y iré siempre a trabajar en bici, así me mantendré en forma- le dije sonriendo- Espero que no me regañes porque se me arrugue el traje... o siempre puedo tener uno en el buffet, así voy en chandal y allí me cambio- le dije sonriendo.- Yo tengo el sueño ligero, pero me gusta mucho dormir, me despierta con nada pero me quedo sopa enseguida- le sonrei

- Tapones- repetí riéndome-. Vale, me parece bien que quieras mantenerte en forma- asentí- y a mi padre también le gustaría- lo señalé, él sabría que era entrenador personal-. Sí, será mejor lo segundo...pero procura tener una ducha también, quiero que mi marido vaya impecable- sonreí-. Es más, me encargaré yo misma de que tengas una buena ducha, como seré yo la que te decoré el buffé...- me alcé de hombros-. ¡Ah!, y eso sí...nada de secretarías sexys- lo avisé mirándolo-. Yo tengo el sueño muy ligero, me despierto enseguida y luego me cuesta dormir- le expliqué.

-Vale, entonces no me duchare nunca en casa- comente riéndome- Espera... ¿Sabes que seria una buena idea? Que mi despacho estuviera en la casa, podríamos hacer como una minicasa o algo así a parte, para que estuvieran los despachos de los dos- nos señale- no tendría que ir en bici a trabajar, iría a montar en bici como deporte- y para ir al resto de sitios.- Y no tendrias que preocuparte de que llegara y me duchara, porque iría duchado de casa- sonreí