Casa abandonada del bosque.

- Vale, pues entonces me voy yo ahora - dije mirándola - prefiero ir solo - porque no quería que ella me viera así - vuelvo en unos minutos - comenté mirándola, sonreí un poco y me di la vuelta para alejarme de la zona de la casa, aunque tampoco demasiado, buscando un animal que fuera bastante grande, así solo tenía que comer uno.

Me di la vuelta para ir hacia la casa con Cafe, caminando tranquilamente, le ponía palos en la boca pero el los soltaba al momento, no los transportaba demasiado trozo. Cuando llegamos lo solté por la casa y recogi algunas cosas que estaban por medio.

Me alejé hasta el límite de siempre y empecé a caminar por la zona, rodeando la casa hasta que encontré un ciervo adulto. Me abalancé sobre él y después de comérmelo lo quemé, no podíamos dejar todos los animales muertos por ahí porque sería raro, así que me quedé ahí hasta que se terminó de quemar.

Conduje hasta donde pude, hasta que el coche empezó a rozar abajo. No lo quería estropear, así que bajé y fui andando por el camino que llevaba a la casa del bosque. A lo mejor debería haber llamado primero, pero estaba tan aburrida que no me importaba dar vueltas en valde con el coche. Empecé a oler a quemado muy cerca de la casa...¿quién estaría quemando nada ahora?. Entonces pensé en que tal vez podría haberles pasado algo y sin pensarlo demasiado corrí. Era estúpido porque yo no podría ayudarles si había otro vampiro, pero aún así no paré hasta que me encontré frente a Erik, estaba quemando algo, un animal...o lo que quedaba de él. Lo miré sin saber muy bien si moverme o no, después de todo era un neófito.
- Hola- dije con tono firme para que no viera que tenía miedo, era lo peor que podías hacer ante un vampiro, mostrar miedo.

Estaba concentrado en el animal quemándose, no podía evitar sentirme un poco culpable. Seguí mirando la hoguera, aunque mis sentidos empezaron a concentrarse en otra cosa, oía un corazón cerca y latía diferente, respiraba y también olía diferente, olía muy bien. Cuando alcé la vista dejé de respirar al instante, era una humana. Me quedé muy quieto, mirándola fijamente, podía abalanzarme sobre ella, como había hecho con ese ciervo, y después..

- Erik...- dije al ver cómo me miraba- no me mires como si fuera una bolsa de sangre con piernas- es que todos me miraban igual y a veces era bastante incómodo. No pude evitar sonar más enfadada que asustada, aunque en realidad estaba bastante asustada. Sabía que Damon se controlaba y también sabía lo que le costaba hacerlo, pero no sabía si Erik tenía ese control...¿qué decía?, era un neófito, ellos no tenían ese control ¿no?-. No me vas a hacer daño- afirmé como si fuera una orden intentando que prestara atención a lo que decía. No podía hacer que mi corazón dejara de latir o dejar de oler bien jopes.

Era como si mi cuerpo y mi mente actuaran de manera diferente, por un lado mi mente pensaba en lo bien que sabría su sangre, en cómo sería la sensación cuando fuera cayendo por mi garganta, y por otro lado mi cuerpo iba tensándose, agachándome despacio para coger posición de ataque, sabía que tenía todo el tiempo del mundo, solo era una frágil humana, en un salto podría partirle el cuello y empezar a beberme su sangre.. Ladeé la cabeza hacia un lado cuando dijo mi nombre y después pestañeé, echándome un paso hacia atrás, porque entonces me di cuenta de que era Caroline. Después dijo algo de una bolsa de sangre.. sangre, era como si solo pudiera pensar en sangre, en la suya.. No me movía, no quería ni respirar, ni hablar, porque una voz en mi cabeza me gritaba que si lo hacía me la comería. Me giré en un movimiento rápido y cerré los ojos con fuerza.
- Vete - murmuré pasándome las manos por la cara - márchate - dije alzando la voz, casi en un grito ronco, me pasé las manos por la cara según fui agachándome hasta quedar de rodillas en el suelo, y me tapé los oídos con las manos, no quería escuchar su sangre correr por sus venas, ¿cómo eran los demás capaz de soportar algo así?

Me quedé en silencio unos segundos, pensando en mis posibilidades...no podía salir corriendo ahora, todos sus instintos estarían centrados en mí y si corría él vendría a la caza. No hice ni un solo movimiento, ni siquiera cuando empezó a tomar la posición de ataque que había visto ya algunas veces, era como un animal. Notaba la sangre palpitar en mi cabeza al ritmo de los latidos de mi corazón, era ensordecedor, y si era así para mí no podía imaginarme como podría ser para él.
- Me matarás- dije en voz baja, casi en un susurro- si corro me cazarás- tragué saliva con dificultad. No me había matado...se había dado la vuelta, aunque tal vez era demasiado pronto para cantar victoria-. Lo siento- dije mirándolo con pena. Se notaba que sufría, y encima era culpa mía-. Te...estás aguantando...- a lo mejor así se animaba o algo, yo no sabía como funcionaban esas cosas en los vampiros, Damon era muy inestable.

Escuchaba su voz detrás de mi, sonaba como un eco porque lo que taladraba mis oídos era el latido de su corazón, su sangre pasando por sus venas y su respiración. Me ardía la garganta como nunca, como si de verdad tuviera fuego dentro, y sabía perfectamente qué era lo que podía extinguirlo.
- Márchate, Caroline - dije despacio, soltando un gruñido al final porque hablaba y me llegaba su olor - márchate ya - seguía con los ojos cerrados, y ahora apretaba la mandíbula, había dejando una mano contra uno de mis oídos, aunque era inútil, y con la otra apretaba el suelo, clavando los dedos en la tierra.

- Yo no...- es que me daba miedo moverme un solo milímetro, ya había pasado por eso. Les gustaba cazar, que la víctima se resistiera, no les gustaba tanto obtener el alimento facil-. Solo...centrate en no matarme...o mejor en otra cosa...- yo no sabía cómo funcionaba eso...ahora mismo querría que Damon estuviera aquí, pero si lo llamaba se enfadaría conmigo, quedaría como una estúpida y encima tendría que reconocer que no podía cuidarme sola, por lo que le daría la razón a lo que había dicho de que tenía que alejarme de sus cosas de vampiro, algo que yo no quería hacer-. Piensa en Gabriella...o algo...- fue lo único que se me ocurrió.

Si no se marchaba ella, me marcharía yo. Me levanté despacio y di un paso hacia delante, después di otro y abrí los ojos. Era complicado porque mi cuerpo me decía que diera la vuelta y que fuera hacia ella, pero me obligaba a ir en dirección contraria. Un paso, otro paso, uno más..

Me puse tensa cuando ví que se levantó, pero en vez de caminar hacia mí lo hizo hacia el lado contrario. Intentaba alejarse de mí, y por una parte me sentí un poco decepcionada porque me había equivocado, pero por la otra estaba muy, pero que muy aliviada de que estuviera apartándose de mí. Iba contando sus pasos mentalmente, cada paso que daba era un segundo de vida...tal vez menos, pero eso ahora no me importaba. No me veía capaz de dar un paso por si de repente rompía una ramita y se estropeaba todo.

Me fui alejando de Caroline, y con cada paso iba animándome más, no me la había comido, podía haberlo hecho, podía haberla matado, pero estaba volviendo hacia la casa, alejándome cada vez más de ella y dejándola con vida. Cuando llegué al claro de la casa me dejé caer de rodillas al suelo. Me sentía cansado, tenía agarrotados todos los músculos de mi cuerpo de la tensión, del esfuerzo que había hecho para luchar contra el instinto de ir hacia ella, y aun no se había ido del todo la quemazón de la garganta. Aun no me permitía respirar, pero sabía que ya no podía olerla, ya no escuchaba los latidos de su corazón en mi cerebro.

Al perderlo de vista me relajé minimamente, me di la vuelta despacio y empecé a caminar de forma automática. Cuando llegué al coche me metí dentro y saqué el teléfono. Lo miré unos segundos en silencio. Necesitaba llamar a alguien, ¿pero a quien?, no podía llamar a Damon porque se enfadaría y ahora mismo no me encontraba con fuerzas para aguantar sus enfados, tampoco a Mark por más de lo mismo y además él se lo diría a Damon para que no volviera a hacerlo...y la verdad es que ahora me encontraba muy cansada de golpe, como si tuviera pesas atadas por todo el cuerpo. Llamé a casa de Ashton y Sarah, pero allí no había nadie...pensé internarme en el bosque, pero me daba miedo volver...así que me guardé el teléfono y volví a casa, que era donde me tenía que haber quedado. Nada más llegar lo primero que hice fue darme un baño de agua caliente y me quedé allí un buen rato, relajándome. Después me sequé el pelo y me metí en la cama directamente después de tomarme una pastilla para dormir. Podía apostar a que uno de los niños me había pegado algún virus.

DAMON
Estaba haciendo una ronda por el bosque cuando lo oli, era Caroline. No estaba alli, pero habia estado. Era la zona de la casa de Gabriella y Erik, tambien podia oler los rastros de ellos. Aprete con fuerza los puños y me encamine hacia casa de Caroline, conduciendo rapido. Deje el coche en la puerta, entre por la ventana y me puse delante de ella.
-Caroline.- la llame de mala gana, estaba durmiendo, pero me daba igual- Caroline.- la llame de nuevo.

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GABRIELLA
Cuando Erik se fue a cazar y despumes de haber recogido toda la casa me quede allí sentada, pensando como llamaba a nuestros amigos para decirles la mala noticia. Al final, después de mucho pensar termine por llamar a Ben. No me atrevía a contarlo a los demás, prefería que se lo dijera el.
-¿Ben? Soy Gabriella... Tienes que hacerme un favor muy grande- le pedi- No puedo llamar a todos y decirles que Erik ha muerto... ya, ya lo se, pero el no lo cree y quiere que lo hagamos oficial. No voy a aparecer delante de nadie... es que no puedo... asi que... no se, diles que... me he ido a casa de mis padres porque no soportaba estar aqui sin el y que si su madre hace algun acto en memoria de Erik, os avisare- le iba explicando por telefono.

Me quedé ahí, muy quieto, mientras iba recuperándome poco a poco. El eco de los latidos de Caroline se fue apagando, y entonces pude escuchar la voz de Gabriella, estaba hablando con alguien por teléfono. Alcé la mirada hacia la casa y me levanté despacio, tenía miedo de respirar pero me obligué a hacerlo, olía al bosque y a la casa, a Café y Gabriella, el olor de ella me calmaba. Caminé hasta el interior y me paré en el umbral de la puerta del salón.
- Ha pasado algo - dije serio, mirándola fijamente, no sabía si era de la tensión de hacía un momento, o de la adrenalina, pero empezaba a sentir un bajón - me he.. encontrado a Caroline.. en el bosque - dije un poco entrecortadamente, me temblaba la voz y podía sentir que también las manos, ¿los vampiros podíamos temblar?

Cuando empece a escuchar los pasos de Erik por el bosque deje el móvil a un lado, diciéndole a Ben que luego le llamaba para terminar de contárselo. Erik venia corriendo y parecía nervioso. Me levante del sofá cuando entro y le atendí bastante sorprendida y atenta, había dicho que pasaba algo. Al principio abrí mucho los ojos cuando dijo que se había encontrado a Caroline en el bosque, pero no olía a sangre, no olía a ella, aunque el estaba muy nervioso.
- No le has hecho nada...- murmure colocándome delante de el y cogiendo sus manos, se las mire para asegurarme mirándolo bien, pero no olía a nada, no le había mordido, no la había ni siquiera tocado.- No le has hecho nada.- repetí muy seria- Oh, cariño, no le has hecho nada- repeti de nuevo, pasando mis manos por sus hombros para abrazarle. Erik era demasiado bueno, jamas seria un vampiro malo, no sabia serlo.

Miraba a Gabriella como si no hubiera nada más a nuestro alrededor y afirmé con la cabeza, no le había hecho nada.
- Iba a hacerlo - murmuré mientras dejaba que me abrazara - quería hacerlo.. podía imaginarme lo bien que sabía, cómo su sangre bajaba por mi garganta - hablaba algo deprisa - al principio no sabía que era ella, pero dijo mi nombre y que no iba a hacerla daño.. y me di la vuelta - revivía las imágenes en mi cabeza según se lo iba contando - le dije que se fuera pero no quiso moverse, así que me fui yo - había conseguido no comérmela - tenía tanto miedo de hacerla daño - murmuré escondiendo mi cara en el hueco de su cuello y pasando mis brazos alrededor de su cintura.

-Pero no se lo has hecho, ni si quiera te has acercado a ella, no le has hecho daño- le dije apretándole contra mi.- Lo sabia, yo confiaba en ti. Yo confío en ti- dije separándome unos milímetros de el, pasando mis manos por sus mejillas y mirándole sonriendo.- Tu jamas le harías daño a nadie.-

Me quedé mirándola cuando se separó un poco de mi y afirmé con la cabeza sin quitar mis ojos de los suyos, podía haberla hecho daño, lo había querido, pero no lo había hecho y eso era lo que contaba. Suspiré relajándome poco a poco. Aun tenía mis manos en su cintura, las había colocado ahí sin apenas ser consciente, y ahora subía una de mis manos hacia su rostro para pasar las yemas de mis dedos por su mejilla, quería besarla, era como una necesidad en ese momento, pero no sabía si ella iba a querer.. me sentía como antes de empezar a salir, con las mismas dudas.

Me quede mirándole fijamente cuando paso una de sus manos por mi mejilla, no sabia porque pero estaba nerviosa. Estaba muy contenta por lo que había conseguido y estaba nerviosa porque podría haber pasado algo malo, pero a la vez estaba aliviada, porque yo lo había sabido desde el principio, Erik no iba a hacer algo malo, el... quería mantenerse siendo el. Dios, me moría por besarle, estaba tan cerca. Me mordí el labio inferior aguantándome las ganas y coloque una de mis manos en su cuello, acercando mi cuerpo mas al suyo, pegándome a el y apoyando mi frente en la suya, mirándole algo nerviosa. Quería hacerlo, se notaba que quería hacerlo, pero no estaba segura de si el estaba preparado o quería.

Llevé mi mano hacia su nuca cuando noté la suya en mi cuello, y fui acercándome lentamente hasta acortar la distancia, rocé sus labios despacio con los míos y después la besé despacio. Parecía que hacía siglos que no lo hacía y lo había echado tanto de menos.

Estaba tan nerviosa o mas que la primera vez que me beso y eso que llevábamos cuatro años juntos, pero ahora era diferente, era la primera vez después de todo lo que le había pasado. Correspondí a su beso, abrazándome a su cuerpo y cerrando mis ojos para disfrutar del contacto. Ahora sus labios eran calidos al contacto con los mios, ya no notaba como le traspasaba el frio y no me dolia nada. Sentia que podria pasarme horas, días o meses así y no me importaría lo mas mínimo, no me daría ni cuenta. Ya no quería matarle ni en lo mas dentro de mi ser.

Bajé la mano que tenía en su nuca hacia su cadera, donde tenía la otra, para subirlas por su espalda, estrechándola contra mi. En comparación con antes de todo lo que había pasado, estaba siendo diferente, ya no estaba fría, nuestras pieles eran igual de cálidas y la sensación era diferente. Además, ahora ya no tendría ganas de beberse mi sangre, y se notaba.

Pase una de mis manos por su cuello, apretando mi cuerpo contra el suyo mientras seguía besandole, cada vez con mas ansias, aprovechando por si... no se, por si no podía repetir o algo. Suspire un poco, separando mis labios de los suyos apenas unos milímetros, me estaba ansiando demasiado.
-Parece que quiera comerte...- murmure contra sus labios y abrí mis ojos para mirarle- Lo he echado mucho de menos- añadí como disculpa, sus emociones estaban ahora multiplicadas y no sabia si podia querer mas o querer menos.