Oceanográfico Frost

Rocé mi nariz con la suya, despacio, y después me incliné más para besarla lentamente, disfrutando de sus labios y del momento. Mientras tanto dejé mis manos en su cintura, acariciando su piel siguiendo el borde del culote que llevaba hacia la parte de atrás de su espalda. La apreté contra mi, acercando su cuerpo al mío, quería sentirla contra mi piel.

Volví a respirar cuando sentí su nariz cerca de la mía, ni siquiera me había acordado de que había dejado de hacerlo. Notaba la tensión del momento por todo mi cuerpo, el deseo que crecía entre nosotros por segundos...pero quería contenerme porque quería hacer eterno esto, estar así con él. Correspondí a su beso moviendo mi boca al compás de la suya, dejándome llevar por él y tomando después la iniciativa para poder reinvestigar yo cada rincón, embriagándome con su sabor y su olor. Eran increibles las sensaciones que un simple roce de su piel podía provocarme. Subí la mano que tenía en su brazo despacio por él hasta alcanzar su cuello, acariciándolo hasta la nuca y metiendo mis dedos por su pelo. La otra la mantuve en su torso, subiéndola por su pecho y deslizándola luego hasta su cintura. Dejé escapar un suspiro de placer cuando me atrajo hacia él haciendo que nuestros cuerpos quedaran totalmente pegados. Dejé de besarlo y lo miré a los ojos, me gustaba mirarlo de vez en cuando. Pasé mi labio inferior por el suyo superior y después volví a besarlo mientras subía una de mis piernas despacio, acariciando la suya y metiéndola entre sus piernas para rozarla un poco contra su entrepierna.

Mordí despacio sus labios cuando noté una de sus piernas entre las mías. Seguí besándola, intentando no ansiarme demasiado, pero la había echado tanto de menos.. Bajé mis manos de su cintura a su trasero y tiré de él para cogerla y tumbarla después sobre la cama con cuidado. Recorrí sus piernas con mis manos, subiendo hacia sus costados. Dejé una apoyada en el colchón para no dejar todo mi peso sobre ella, y subí la otra hasta alcanzar uno de sus pechos para masajearlo lentamente.

Le correspondía besándolo con la misma intensidad con la que el me besaba a mí. Pasaba mis manos por su nuca despacio en una caricia, tirando un poco del final de su pelo. A medida que seguíamos besándonos notaba como él se ponía más ansioso y me hacía sentir genial, me hacía sentir deseada. Rodeé su cintura con mis piernas cuando me levantó y a la vez le mordí el labio con algo de fuerza, pero no mucha porque no quería hacerle daño. Me quedé quieta en la cama contemplándolo mientras pasaba sus manos por mis piernas, sin perderlo de vista y después me incorporé para ir al encuentro de su boca de nuevo, acariciando su barbilla y su cara, tirando de él hacia mí, arqueando mi cuerpo contra su mano cuando empezó a masajear mi pecho.

Dejé sus labios para besar su barbilla y seguir la línea de su mandíbula hasta llegar debajo de su oreja, y de ahí bajar hacia su cuello. Iba dejando besos húmedos por el camino hacia su escote, para llegar al pecho libre y empezar a juguetear con mi lengua, pasándola por su pezón antes de meterlo en mi boca. El otro lo pellizcaba con la otra mano, despacio, notando como iba poniéndose erecto.

- Oh...- murmuré ahogando un pequeño gemido cuando noté su boca húmeda rodear mi pezón. Me mordí con fuerza el labio, agarré con una mano la sábana de la cama y bajé la otra hasta su cabeza acariciándosela, bajando después esa misma mano por sus hombros. No podía evitar removerme un poco bajo su cuerpo o arquear mi espalda contra él a espera de más, quería tocarlo por todas partes, a la vez. Rodeé su cintura con mis piernas apretándolo con fuerza con ellas, aflojando después y acariciando con ellas las suyas. Quería tocarlo, así que bajé la otra mano hasta su espalda recorriendola también con ella, intentando alcanzar su trasero, pero no lo alcanzaba, así que me conformaba con cualquier parte de su piel.

Dejé sus pechos después de estar un rato entreteniéndome con ellos y bajé mis besos hacia su tripa, pasándome a mirarla de reojo después de pasar por encima de su ombligo. Dejé un beso por encima de su ropa interior y después me incorporé sobre mis rodillas para quitársela, acariciando sus piernas con mis manos en el proceso. Las dejé caer a un lado y besé uno de sus muslos por la parte interior, hasta llegar a su sexo. Empecé a pasar mi lengua por el, deteniéndome en su clítoris.

Estaba ansiosa, pero de momento me conformaba con poder tocar algunas partes de su cuerpo, el contacto era un buen consuelo...así que me abandone a disfrutar de lo que estaba haciéndome, ya me tocaría a mí luego. Cerré los ojos cuando empezó a bajar sus besos por mi tripa despacio hasta el ombligo y levanté las caderas un poco para facilitarle la salida de mi ropa interior. Se me puso la piel de gallina solo ante el roce de sus manos sobre mis piernas, su forma de tocarme me volvía completamente loca, y parecía que aún iba a ser peor porque en cuanto empezó a besar mis muslos pude adivinar lo que iba a hacer, y no me resistí. Solté un gemido sonoro y apreté sus hombros con mis piernas mientras disfrutaba de la sensación retorciéndome debajo de él de puro placer.
- Oh Mark...- gemí.

Introduje mi lengua en su interior, moviéndola lentamente, antes de volver a su clítoris durante un rato más. Me gustaba oírla gemir y respirar de esa forma, me excitaba casi más que cualquier otra cosa. Subí mis labios hacia los suyos a la vez que dejaba una mano donde antes había estado mi lengua, para seguir presionando su clítoris mientras la besaba con ganas.

No podía evitar gemir de vez en cuando aunque lo intentaba, me volvía loca la manera en la que me lo hacía, o más bien...me volvía loca el mero hecho de que me lo hiciera, de que me tocara. Llevé mis manos a sus mejillas cuando se acercó a besarme de nuevo, besándolo yo con ansias, saboreando su boca, que ahora tenía un sabor diferente y mordiendo levemente su labio inferior mientras pasaba mis manos por sus hombros y su cuello.
- Quiero tocarte yo...- murmuré justo antes de soltar otro gemido. Giré despacio con él hasta colocarme encima y bajé mis besos por su cuello y su clavícula, demorándome en ella con pequeños mordiscos y chupetones. Descendí por su pecho recorriendo con mi lengua el contorno de sus abdominales y pasando mis manos por su pecho, deslizando mis pulgares por sus pezones. Levanté la vista sonriendo un poco y pellizcándolos despacio, me incliné para pasar mi lengua por uno y después soplé despacito mirándolo a los ojos aún para ver su reacción. Mientras hacía todo eso movía la pierna contra su miembro en una caricia para estimularlo un poco más mientras yo me entretenía con él.

Dejé que se pusiera ella encima, colocando mis manos en sus caderas y subiéndolas por sus costados según ella se iba moviendo, bajando sus besos por mi cuello y pecho. No dejaba de mirarla en todo momento, devolviéndole la sonrisa cuando ella me miraba. Suspiraba y contenía la respiración de vez en cuando, por lo que me iba haciendo, notaba su pierna contra mi miembro, sus besos por mi pecho y su mirada sobre mi..

Descendí con mis besos por su tripa desviándome en el último momento hacia su costado, dándole pequeños mordiscos por la floja y dejando un sendero de besos húmedos por él. Iba descendiendo con mi cuerpo a medida que lo hacía por el suyo para tener mejor acceso. Llevé mis manos a los bordes de su boxer y me incliné para pasar mi lengua por las marcas que había dejado la ropa interior en su piel. Empecé a bajárselos bajándome yo también de la cama y los dejé caer a un lado. Lo contemplé desde donde estaba sin quitar mi sonrisa de tonta y entonces me lancé sobre él quedando de nuevo a horcajadas sobre su cuerpo, con las manos apoyadas a ambos lados de su cara. Me incliné un poco, lo justo para rozar mis labios con los suyos sin dejar que me besara, separándome cuando veía sus intenciones de hacerlo a la vez que movía mis caderas sobre él un poco rozando nuestros sexos.

Me incorporé sobre los codos para mirarla cuando fue descendiendo más y dejé de alcanzarla para poder tocarla. La miré sonriendo cuando se quedó de pie después de quitarme la última prenda de ropa que me quedaba y solté una pequeña risa cuando se lanzó sobre mi. Movía mi cadera contra la suya para hacer que nuestros sexos rozaran más, intentando alcanzar sus labios, aunque se resistía, mientras mis manos acariciaban lentamente su espalda. Las dejé colocadas en su cintura y nos hice girar a un lado para colocarme encima de ella. Acerqué más mi miembro a su sexo, introduciendo despacio la punta, sacándola y haciendo que de nuevo nuestros sexos rozaran, para desesperarla un poco.

Solté un pequeño gritito y una carcajada nerviosa cuando giró quedando él ahora encima, no me lo había esperado, estaba concentrada en mis movimientos y en conseguir que no fuera capaz de besarme. Gemí sonoramente cuando empezó a introducir su miembro, pero se separó enseguida y me sentí un poco frustrada, así que me quejé levemente. Apreté con mis piernas su cadera obligándolo a parar sus movimientos y sonriéndole triunfal. Me incorporé un poco y pasé mi lengua por sus labios despacio, colocando mi mano en su cara para besarlo después mientras me apoyaba en la otra.

Me separé de sus labios para ir hacia su cuello, dejando pequeños besos hasta llegar a el. La mordí despacio para no hacerla daño, rozando su piel con mis dientes.
- Estoy esperando que supliques un poco - murmuré divertido dejando mis labios frente su oído, pasando una mano por uno de sus muslos.

Solté un pequeño jadeo, me volvía loca que me besara de esa manera, y de verdad estaba ansiosa de sentirlo dentro de mí, pero en realidad era una dulce tortura y estaba segura de que merecería la pena, totalmente. Abrí los labios dejando escapar el aire cuando escuché su voz, hasta eso me resultaba sensual y provocador. La sensación que me provocaba el aire al salir de su boca consiguió erizarme la piel.
- Yo también- susurré de forma apenas audible. Estaba muy excitada y apenas me salía la voz...quería gritarle que me hiciera suya de una vez, pero me resistía.Moví mi cadera contra la suya despacio, haciendo fuerza con mis piernas en su cadera para poder moverme, haciendo que nos rozáramos bien. Me mordí el labio con fuerza y después pasé mis besos por sus hombros, deslizando mis labios por su cuello mientras acariciaba su espalda y su torso con mis manos.

Quería desesperarla a ella pero empezaba a desesperarme yo. Mordí de nuevo su cuello, conteniendo un poco la respiración y llevé mis labios frente a los suyos.
- Lo dejaremos en empate por hoy - susurré antes de acercarme a besarla a la vez que empezaba a penetrarla despacio hasta estar completamente dentro de ella. Solté el aliento y reculé para empezar a moverme, entrando y saliendo de su interior sin dejar de besarla.

Cerré los ojos apretándolos para aguantarme las ganas de subirme encima y tomarlo yo a él, eso sería algo así como pedírselo. Abrí los ojos cuando lo escuché hablar y asentí levemente con la cabeza porque no podía hacer otra cosa, estaba desesperada. Subí mis manos a su cara, deslizando una por su cuello a la vez que respondía a su beso con ganas. Abrí la boca contra sus labios intentando contener un gemido cuando entró en mí del todo.
- Ahh- el gemido brotó de lo más profundo de mi garganta sin que pudiera contenerlo. Empecé a besarlo con desesperación a la vez que empezaba a mover mis caderas para recibirlo.

Gruñí un poco cuando gimió de esa manera y empecé a coger ritmo, intentando no acelerarme demasiado a pesar de lo desesperado que estaba. La besaba con ganas, mordiendo de vez en cuando sus labios, acariciando con mi mano libre todo su cuerpo, cada centímetro allí donde llegaba.

Lo besaba con la misma desesperación con la que movía las caderas hacia él. Ansiaba cada embestida y quería más, antes de darme cuenta estaba teniendo un orgasmo y no podía dejar de gemir de puro placer. Tragué saliva con dificultad y bajé mis manos por su espalda, apretándola con mis uñas pero intentando no hacerle daño. Por fin llegué a su trasero y tiré de él hacia mí, llevaba toda la noche queriendo tocárselo, masajearlo...y ahora por fin había llegado a él.
- Oh, Mark, sigue...- le pedí separando mis labios brevemente de los suyos, lo quería todo de él.

Aguanté las ganas de irme con ella cuando empecé a notar que se corría, dejando de besarla para dejar mi cabeza apoyada en su hombro mientras me seguía moviendo, jadeando de vez en cuando porque al notar cómo estaba ella casi no podía aguantarme. Mordí su hombro cuando me dijo que siguiera y la embestí un poco más fuerte, empezando a acelerar el ritmo.

Sus jadeos llegaban a una parte de mi ser que hacía tiempo que no sentía, conseguían ponerme la piel de gallina y hacer que sintiera cosquilleos por todo el cuerpo. Gemí más alto cuando empezó a moverse más rápido contra mí. Notaba que ya casi no se aguantaba y me excitaba aún más sentirlo de esa manera. Apreté su espalda con fuerza cuando noté que volvía esa magnífica sensación de liberación. Busqué su boca con desesperación para acallarme, porque me daba la sensación de que iba a empezar a gritar como una loca. Cuando por fin me liberé me quedé quieta, con los ojos cerrados acariciando el pelo de Mark y su espalda.

Noté cómo se corría y me dejé ir yo después de un par de embestidas más. Me quedé sobre ella, disfrutando aun de la sensación de placer que iba desapareciendo poco a poco, con la frente apoyada en su hombro mientras ella me acariciaba la espalda y el pelo. Al cabo de unos minutos me aparté a su lado, quedando tumbado de lado, mirando hacia ella, con mi frente casi pegada a su cabeza.

Cerré los ojos cuando se separó de mi y se tumbó a un lado, soltando un pequeño suspiro y mirándolo después sonriendo. Pasé mi mano en una caricia por su mejilla y tiré de la sábana para taparme con ella un poco. Me di la vuelta quedando de lado mirando hacia él con el codo apoyado en la cama y la cabeza en la mano, sonriendo como una tonta, aunque era normal...dado lo que acababa de ocurrir.
- No me refería a esto cuando dije que teníamos que ir despacio pero...- sonreí un poco mirándolo- la verdad es que me da igual- lo quería tanto que no me importaba ir tan deprisa, aunque luego me arrepintiera me guardaba estos momentos para esas ocasiones y me calmaban un poco.

La miré cuando dijo lo de ir despacio, se me había olvidado por completo esa conversación. En ese momento la había necesitado tanto que se me había borrado de la cabeza. Suspiré cerrando los ojos.
- Lo siento - dije abriéndolos para mirarla - se me olvidó eso de ir despacio - reconocí tapándome un poco con las sábanas - es que vas provocando - me defendí girándome para ponerme boca arriba, la miré de reojo sonriendo divertido - no intentes negarlo.