Casa Selene Volkova

- En mi caso si, porque da la casualidad de que no he vivido toda su vida con ella- sonreí de lado y cogí todas las cosas siguiéndola al salón mientras ella metía a la gata en su caja de transporte-. Vaya, cualquiera lo diría, hace cinco años yo era el que quería una conversación normal- sonreí- que ironía- bufé y abrí la puerta, aunque me costó porque iba algo cargado. Llamé el ascensor y esperé a que se abriera la puerta, pasó ella primero y después pasé yo.

- No sabía que eras tan rencoroso - comenté montando en el ascensor, le di al botón de bajar y esperé cruzada de brazos - hace diez años no lo eras, qué ironía - dije repitiendo sus palabras con rintintín, en cuanto se abrieron las puertas salí del ascensor y después de salir del portal caminé hacia el coche y me quedé fuera supervisando cómo guardaba las cosas atrás - el gato en los asientos de atrás - comenté yendo a sentarme en el asiento del copiloto.

- Ya, supongo que las cosas cambian- comenté saliendo del ascensor. Abrí el coche como pude y metí las cosas de la gata dentro. Cuando terminé de meter las cosas cogí al gato y lo metí en la parte de atras, aunque seguía bufándome- callate o te cortare el rabo- le dije en voz baja. Cerré el coche y me senté en el asiento del conductor. Arranqué y empece a conducir, aunque no tenía muy claro a donde quería ir- ¿a donde?- pregunté mientras daba la vuelta a una rotonda cogiendo la dirección de su casa por si acaso.

- A tu casa - comenté mirando al frente - hay que instalar a Tais allí - comenté girando la cabeza para mirar por la ventanilla, al principio era divertido vacilarle y meterme con él, pero con el paso del tiempo se iba haciendo cansado y aburrido, no le cambiaba la cara de amargado..

- Vale- dije cambiando la dirección para ir a mi casa en la siguiente rotonda. Conduje el resto del camino en silencio, y cuando llegamos a mi casa aparqué el coche, por suerte había un buen sitio. Bajé las cosas de la gata del coche y después subi al piso por las escaleras- el ascensor no funciona- le dije a ella. Llegamos arriba y abri la puerta dejando un par de cosas en el suelo. Después entré y las dejé allí-. Sírvete si quieres algo.

Subimos a su piso por las escaleras porque el ascensor no funcionaba. Le miré con una ceja levantada cuando me dijo que me sirviera algo si quería..
- Qué buen anfitrión - murmuré lo suficientemente alto como para que me escuchara, suspiré paseándome por el salón, mirando curiosa sus cosas, como hacía siempre, me llamaban la atención ese tipo de casas tan pequeñas con tantas cosas.

- Haces lo que te da la gana siempre y lo haces tu sola, así que no creo que necesite servirte algo- la miré- ¿tienes manos no?- pregunté mientras colocaba las cosas del bicho en algún sitio en el que no molestaran demasiado-. Si quieres puedes sacar una foto, ¿juegas a las siete diferencias o que?- pregunté curioso levantando una ceja. Bufé y seguí a lo mío. Le abrí la jaula a la gata y la dejé salir, después recogí la caja.

Ignoré lo primero que me dijo, claro que siempre hacía lo que me daba la gana pero la buena educación era algo que no se debía perder y al parecer él tenía cada vez menos.
- No, me parece interesante cómo tienes colocadas las cosas.. bueno, como las tienes no colocadas.. este sitio es un desastre - comenté caminando hacia la cocina - por no hablar del polvo - dije pasando el dedo por la parte de arriba del televisor al pasar por el lado - ¿tanto te molesta mi presencia? - pregunté curiosa abriendo la nevera, ahora no había dicho nada y me había atacado. Puse una mueca al ver que no había casi nada dentro y cerré, solo estaba curioseando las cosas.

- Puedes pasarte a limpiar si te apetece un día- dije sonriendo de lado-. No tengo tiempo para estas cosas, lo hago cuando puedo- normalmente con Martha casi no estaba en casa, y cuando estaba en el pueblo me pasaba la mayor parte del tiempo en el apartamento de Adalia, y desde que estaba trabajando para ella ni siquiera podía hacer eso porque solo quería fastidiarme-. Tu presencia me trae sin cuidado- comenté como si nada- pero viene bien que pruebes un poco de tu propia medicina- ella me había tratado así durante años.

- Tienes novia, debería servirte para algo más que para follar - comenté abriendo uno de los cajones, cubiertos, cerré y abrí otro, servilletas - si me afectara algo bien, pero como me da igual - comenté cerrando el cajón, Tais se subió a la encimera y me miró maullando - tiene hambre, ponle la comida - le dije a Misha saliendo de la cocina, me senté en el sofá y suspiré, me aburría - ¿qué haces en tu tiempo libre? - pregunté curiosa - además de estar con esa chica - dije mientras miraba las cosas que tenía encima de la mesita.

- Lo que haga mi novia conmigo a ti no te importa- dije mirándola. Cogí la comida del bicho y su cuenco y le serví un poco, después se lo puse en la encimera en la que estaba subida. La gata me miró mal pero yo la ignoré y seguí a lo mío. Abrí la nevera y saqué una cerveza-. Ya, pues entonces no preguntes- si no le molestaba que no preguntara, era estúpido-. Sorpresa: no tengo tiempo libre- comenté mirándola- al margen de estar con ella solo duermo- sonreí de lado.

- Dormir es una pérdida de tiempo - comenté distraída mientras ordenaba las cosas que tenía en la mesa - yo solo duermo cuatro horas, dormiría menos si pudiera - dije colocando las revistas en orden, dejando las más grandes debajo - en fin.. - dije levantándome cuando terminé de colocar las cosas como yo quería - me voy a hacer algo más interesante y útil, me aburres - dije yendo a la cocina para despedirme de la gata - intenta que no se muera - comenté saliendo después de haberle acariciado la cabeza, estaba comiendo y se cabreaba si la tocaban mucho - aprovecha tu tiempo libre - dije colgándome bien el bolso y yendo hacia la puerta.

- Eso es porque no tienes alguien bueno que te acompañe durmiendo, cuando lo tienes es mejor- sonreí un poco de lado y me senté en el sofá encendiendo la tele-. Mala suerte- comenté cuando dijo que la aburría- que vaya bien- la miré de reojo y me levanté cuando vi que se iba-. No tengo tiempo libre, tengo una gata- hice una mueca-. Ya me llamarás cuando me necesites- porque iba a hacerlo, aunque no me necesitar, solo para incordiar.

Me mordí la lengua de espaldas a él cuando dijo aquello, suspiré disimuladamente y sonreí girándome hacia él.
- Bueno, mi suerte cambiará la semana que viene cuando venga Nikolas - sonreí ampliamente - seguiré sin dormir pero porque estaré haciendo otras cosas, ya sabes, aprovechando el tiempo - dije como si estuviera contenta de verdad - seguramente tengas tiempo libre de sobra, estaremos bastante ocupados - abrí la puerta - aprovecha para divertirte - me despedí sonriendo y salí de su casa. Ya me encargaría yo de que estuviera bien jodido a trabajar todo el tiempo posible..