Apartamento de Sarah Parker

El se separo un poco de mi, pero en cuanto note su mano en mi sexo me acerque de nuevo, dejando una de mis manos en su nuca, acariciandosela mientras le besaba y llevando la otra por su pecho, bajandola mientras le acariciaba hacia su entrepierna para empezar a masajearle.

Suspiré contra sus labios cuando empezó a tocarme así y presioné aún un poco más su sexo con mi mano. Mientras tanto la besaba con ganas e intentaba separar su cuerpo del mío para dejar más espacio entre nosotros, aunque como ella empujaba hacia mi me costaba un poco. Deslicé un dedo en su interior moviéndolo un poco, manteniendo aún presionado el clítoris para darle placer. Dejé su boca para besar su cuello con ganas, pasando mi lengua por él y dejando pequeños chupetones.

Seguia masajeandole con ansias mientras me besaba, despues eche la cabeza hacia atras cuando paso a besarme el cuello y mas tarde busque yo sus labios con los mios, dejandole pequeños mordiscos a la vez que se acariciaba su nuca con la mano que tenia libre.

La besé con las mismas ansias con las que ella me besaba a mi, aprovechando que ella rodeaba mi cuerpo con sus piernas para soltarla y tocar las partes que alcanzaba de su cuerpo con esa mano. Saqué la otra de entre los dos y cogí la suya llevándola por encima de mi nuca para que rodeara mi cuello con ella mientras yo la colocaba de nuevo contra la pared y acercaba mi miembro un poco a su sexo, rozándola pero sin llegar a penetrarla.

Suspiraba y bufaba un poco cuando su sexo rozaba el mio, mas que nada porque me hacia ilusiones y solo me estaba rozando, me desesperaba un poco y movia mi cadera contra la suya, acercando mi cuerpo al suyo y pegándome bien a el mientras le iba mordiendo el labio inferior con fuerza, era como un castigo porque me hacia sufrir.

Sonreía e intentaba no reirme por los ruidos que hacía, eran bastante cómicos. Después de un rato empezó a morderme y de vez en cuando apartaba la boca cuando ella iba a besarme para hacerla rabiar más aún. Al final ya no pude aguantarme más yo tampoco y la penetré del todo, quedándome quieto un segundo cuando hice tope y después empecé a moverme ritmicamente dentro de ella, apoyandola en la pared un poco.

Gemi alto cuando note como la introdujo dentro de mi y después moví mis cadera cuando el la movía hacia mi cuerpo. Me abrazaba a el con fuerza, gimiendo contra sus labios cuando se acercaba a darme algún beso. Yo intenaba no hacer mucha fuerza para no cargarnos la ducha, pero era dificil porque no me concentraba en otra cosa que no fuera disfrutar.

Bajé una de mis manos a su trasero ayudándola a moverse contra mi cada vez que la embestía, pegando mi frente a la suya y besándola con ganas, pasando después esos besos por su cara y su cuello. A veces no podía evitar apoyarla contra la pared y apretarla contra ella en la embestida. Como el ritmo que llevábamos era algo frenético paré un poco y empecé a moverme despacio contra ella y así relajarnos un poco, o al menos intentarlo, porque lo que era yo no estaba nada relajado, todas las partes de mi cuerpo estaban tensadas y en lo único que podía pensar era en besarla, embestirla y darle placer.

A ratos, cuando notaba que él iba más lento intentaba calmarme un poco para que no siguiéramos tan rápido, más que nada porque si dejaba de pensar me empezaba a cargar muebles, que me pasaba siempre. Puse mis manos a ambos lados de su cara, rodeándole con mis piernas para sujetarme a el y abriendo mis ojos para mirarle. Estaba mojado y concentrado, eso me ponía todavía mas.

La miré a los ojos cuando sujetó mi cara con sus manos, yo seguía sujetando su cuerpo con las mías, pegándolo a mi cuerpo sin dejar de moverme dentro de ella despacio. Cerré los ojos cuando embestí con fuerza una vez y después los abrí mirándola de nuevo a ella. La besé y tiré de su labio inferior hacia mí soltándolo después. Pasé una mano por su espalda acariciándola mientras la sujetaba aún con una mano. Después de un minuto moviéndome despacio empecé a moverme rápido de nuevo mirándola a la cara para verla.

Intentaba besarle cuando íbamos lentamente pero después el se aceleraba y ya no podía, porque tenia que gemir y no me daba tiempo a todas las cosas. Apoye mi cabeza contra la pared de la bañera, cerrando los ojos mientras me sujetaba bien a el con mis manos alrededor de su cuello.

Seguía moviéndome con rapidez y de vez en cuando con bastante fuerza, intentando controlarme porque si me pasaba a ella no le haría daño, pero podía atravesar la pared facilmente. La escuchaba gemir y veía las caras que ponía y yo me ponía aún más y me movía con más ganas. La cogí bien y cambiamos de pared, llevábamos mucho tiempo en esa y al final nos la cargaríamos aunque no hicieramos mucha fuerza. Continué embistiéndola con fuerza durante bastante rato hasta que ya no aguantamos y nos corrimos los dos casi a la vez. Suspiré manteniéndola aún en mis brazos y después la bajé despacio al suelo.

Me quede apoyada contra la pared cuando me bajo, no necesitaba descansar pero me había quedado tan relajada que quería recordarlo en ese momento. Abrí los ojos, echándome el pelo mojado hacia atrás y mirándole, sonreí al verle mirarme y abrí el grifo, que le dio en la cara, riéndome.

La miré y cuando me quise dar cuenta tenía un montón de agua en la cara, cogí la ducha y la apunté a ella para mojarla.
- Hay que ver la maldad que tienes- dije mientras intentaba agarrarla. Después de un momento paré y la coloqué de nuevo en su sitio- no tienes buenas ideas- dije riéndome. Cogí el gel y su esponja echando un poco de gel en ella, después la hice girar, aparté su pelo y empecé a enjabonarla.

-¿Vas a bañarme del todo, como si fuera un bebe?- pregunte cuando empezó a enjabonarme la espalda- Que me pongo tonta…- comente riendo de nuevo, ya me había pasado antes. Cogi la otra esponja para ponerle jabon y empezar a intentar enjabonarle yo a el, aunque lo hacia por donde llegaba y riéndome.

- ¿De veras?, yo pensaba que ese era un estado permanente- dije sobre que se ponía tonta mientras levantaba uno de sus brazos para enjabonarla- con el pedazo de novio que tienes...yo estaría tonto todo el día- dije sonriendo un poco de lado vacilándola-. ¿Entonces que hemos dicho que te apetecía cenar?- pregunté.

Me reí mirándole mal cuando dijo que ese era mi estado permanente y puse una mueca riendo un poco más cuando añadió que de ser yo estaría todo el día tonta.
-Ahora ya sabes cómo me paso los días.- dije como si nada y me reí- No sé, me da igual… cualquier cosa me vale para cenar- ¿Japones?- le dije mirándole-

- Japones...- dije pensándolo-. Me parece buena idea...al menos me entretendré viendo los cuadros que tienen y leyéndolos...- la miré sonriendo un poco. Terminé de lavarla y dejé que ella terminara de lavarme a mi. Después salimos de la ducha y nos secamos. Cuando salimos del baño vino Perséfone corriendo y empezó a perseguirnos por toda la casa-. ¿Tu también quieres japones?- bromeé.

Mire a la perra cuando empezó a perseguirnos, sonriendo mientras Asthon le hablaba. Entre en la habitación vestidor con la toalla enrollada, busque un vestido que ponerme y después fui a peinarme y secarme el pelo, aunque no me iba a constipar quedaría raro ir en invierno con el pelo mojado y de noche.

Estuve acariciando un momento a la perra y después fui a por mi ropa, me vestí y fui al baño empujando a Sarah a un lado para que me dejara espacio en el espejo.
- Lo acaparas todo- me quejé mientras me peinaba-. Tengo que cortarme el pelo- comenté mirándome. No me gustaba tenerlo muy largo y ya había crecido bastante.

-Oyeee- me queje cuando me empujo un poco para ocupar el la mitad del espejo- Yo soy una chica, lo mas normal es que me mire mucho y este mucho rato... tu no y menos con la cara que tienes- comente insinuando que no necesitaba ni mirarse, el estaba perfecto siempre. Deje el cepillo sobre el lavabo y después de darle un empujón flojo en el culo salí del baño hacia el salón.

- Pues porque tengo esta cara me miro- dije como si fuera algo obvio- si tuviera otra igual tapaba los espejos para no verme- sonreí un poco y dejé el peine. Después salí del baño y fui a coger mi abrigo para ponérmelo. Le puse de comer a la perra su carne especial y después salimos de casa aprovechando que estaba ocupada comiendo, ultimamente, desde que estábamos en el piso cada vez que salíamos se ponía como a llorar.

- Me da tanta pena que no podamos llevarla con nosotros- comente sobre la perra cuando salimos del piso, como siempre, yo baje por las escaleras, seguía dándome miedo ir en ascensor así que lo evitaba todo lo que me era posible.- El próximo día la metemos en mi bolso- dije señalandomelo y sonriendo.- ¿Vamos andando?- pregunte al salir a la calle.

- Ya, pero no dejan entrar perros en los restaurantes- comenté mientras salíamos del portal-. ¿Y si ladra que vas a hacer?, ¿decir que tienes gases?- reí un poco-. Si, vamos andando, aquí cerca hay un restaurante de esos, tiene muy buena fama, seguro que te gusta- a mi es que me daba igual que estuviera bueno, comer era un incordio, solo comía por disimular y a veces por acompañarla a ella-. Probaremos suerte con una galleta de esas- había cogido varias y nunca se me habían cumplido las predicciones.

-La línea de la vida que separa la pasión del cariño es tan fina que hilaras sobre ella el tejido de tu fama- dije imitando una voz señorial, como si estuviera leyendo una galleta y me rei- Yo nunca entiendo lo que en realidad quieren decir esas frases, son cosas sin sentido- o por lo menos para mi.