Apartamento de Vampiros.

- Ya lo sé, gominolas de fresas y nubes ¿no? - dije mirándola de reojo - tu eliges unas cuantas y yo otras, si tengo que ver Pretty Woman pues me aguantaré.. puedo recitar los diálogos por lo bajo, de esa sí que me los sé ya - le dije riendo un poco - ¿cuándo te he engañado para ver una peli de miedo? vale que algunas tuvieran algunos sustos pero nunca te engañé con eso.. al menos que recuerde - dije riendo - lo que pasa es que te asustas con nada - dije para pincharla.

- Exacto- dije sonriendo cuando recordó cuales eran las que me gustaban. Me reí un poco al recordar como repetía los diálogos de las películas que ya se sabía, a veces, si yo me los sabía también cada uno repetíamos el de un protagonista-. Me parece bien- abrí la boca mirándolo mal cuando dijo que me asustaba por cualquier cosa-. Que mentiroso...- me quejé- me engañaste para ver la del payaso asesino solo para reírte de mi- lo había pasado fatal en esa película, menos mal que acabó quitándola- dijiste que era de risa, y el único que se rió fuiste tú pero porque yo estaba muertita de miedo- me quejé-. ¿Qué me asusto con nada?- levanté las cejas mirándolo como si no me lo creyera.

- Es que era de risa - dije mirándola - pero tu te asustas por nada, solo era un hombre disfrazado de payaso, era divertido - dije riendo un poco - los payasos hacen gracia ¿no? pues ese igual, solo que con sangre por encima - dije riéndome - no es mi culpa que tengas miedo de tonterías - dije encogiéndome de hombros - si ahora saliera un payaso corriendo por la playa, viniendo hacia nosotros, seguro que te morías del susto..

- Oh si vamos, ver como un niño jugaba dentro de la alcantarilla y después se lo comía el payaso era la mar de gracioso- me quejé- o cuando empieza a darle vueltas a la cama con la mujer encima...también es muy gracioso- puse una mueca-. No me dan miedo los payasos, para tu información- dije mirándolo-. Pues no, listo, que eres un listo- me acerqué un poco a él y le di con la cadera empujándolo un poco y riéndome. Estábamos como hacía cuatro años, era raro, pero me gustaba, me hacía sentir bien.

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Había llegado de trabajar y hacer unos recados, hice la comida y por la tarde decidí hacer una merienda con Damon, me apetecía estar con él y hacer algo normalillo para variar, aunque no pretendía que él comiera nada si no quería, así que le pedí a Mark antes de salir de casa que metiera una cantimplora o algo así con sangre en la cesta, por si a Damon le apetecía. Salí de casa con el coche y aparqué donde pude cerca de su piso. Subí y me abrió Constantine.
- Hola guapo- dije sonriendo un poco-. Te traigo una cosa- me llevé una mano a la boca y saqué un relojillo que le había comprado, me había gustado y él siempre se portaba bien conmigo, no como Bianca, además siempre me decía que era guapa y olía bien. Se lo puse en la muñeca y le guiñé un ojo, después pasé por el pasillo hacia la habitación de Damon y abrí sin tocar porque sabía que me había oído- Hola cariño- dije sonriendo y acercándome a él para darle un beso, pasando mis manos por sus hombros-. Deja esos papeles y vente conmigo a merendar al bosque anda...- dije sonriendo un poco, apoyando mi cabeza cerca de la suya.

-¿A mí no me has traído un reloj?- le pregunte mirándole con una ceja levantada, había podido escuchar el ruido de las manecillas cuando se lo había puesto a Contantin.
-Tú no eres como su niño- dijo él en voz baja riéndose desde el salón, rodé los ojos al escucharlo.
-Es cierto, yo soy el padre y te voy a dejar sin paga, pringado- le comente riéndome un poco y negué con la cabeza por la cara que ponía Caroline que solo había oído mi parte.- ¿Al bosque?- pregunte no muy convencida- Vale, venga…- dije despues de mirarla y sonreír

- He venido yo...¿no es suficiente?- dije inclinándome un poco más para mirarlo a la cara poniendo un pucherito. Lo miré con los ojos muy abiertos cuando lo escuché decir aquello y me reí un poco-. Entonces yo soy la madre...así que nada de dejar sin paga a nadie...- dije sonriendo un poco y dejandole un beso en el lóbulo de la oreja-. Sí...- me acerqué a su oído- al sitio donde me hiciste mujer- solté una risilla y me separé dando una palmada cuando dijo que sí-. Te he puesto sangre en una botellita, que se que no eres muy de comer- sonreí-. Pero antes...- levanté un dedo- quiero un beso de verdad- dije acercándome y poniéndome un poco de puntillas para besarlo en condiciones, sonreí cuando me separé-. Vamos- dije contenta.

-De acuerdo- comente riéndome un poco cuando dijo que íbamos de picnic al sitio donde la había hecho mujer, me acordaba perfectamente de aquel día.- Gracias por pensar en mi- le dije sonriendo sobre lo de la sangre, la verdad es que era todo un detalle. - Llámame si pasa algo- le dije a Constantin antes de salir y después cogí las llaves para marcharnos, le pellizque el culo despacio cuando subimos en el ascensor, dejandole un beso en la nuca, mientras caminaba tras de ella.

- Adiós- le dije a Constantine despidiéndome con la mano- Oye...- me quejé regañándolo con la mirada pero riéndome cuando me dio el pellizco- yo también se, ¿sabes?- pregunté pellizcándole un poco a él, aunque no le iba a hacer nada, pero me hacía gracia el juego de todas formas-. ¿Vamos en mi coche?, tengo ahí la cestita- le expliqué sonriendo mientras caminábamos hacia donde lo había aparcado.

-¿Has venido con cestita y todo? ¿También llevas el mantelito a cuadros rojos y blancos? Podemos hacer de caperucita y el lobo- le dije al oído metiendo la mano por debajo de su falda para tocarle el muslo.- Yo se ser muy feroz- dije despacio contra su oído.- Venga, vamos- me separe de ella cuando llego el ascensor y camine sonriendo hacia el coche, oía su corazón agitado.

Lo miraba a los ojos mientras me hacía esas preguntas, la verdad es que había traido un mantel justo y como él lo había descrito, y tenía una sabanita roja siempre metida en el coche para emergencias. Me quedé sin aire cuando noté su mano en mi muslo y mi respiración se volvió más rápida, notaba además como mi corazón iba más rápido, y no solo por donde tenía la mano, sino también por su forma de hablarme y por la cercanía de nuestros cuerpos.
- No puedes hacerme esto...- murmuré en un quejido cuando se separó de mi al llegar abajo. Ahora estaba un poco alteradilla. Intenté recomponerme y saludé a un vecino cuando pasamos por su lado. Cogí la mano de Damon y caminé con él hacia el coche-. Venga feroz, te dejo conducir- dije sonriéndole y pasándole las llaves del coche.

-Genia, por que tu conduces como la abuelita de caperucita- dije para meterme con ella, cogiendo las llaves y abriendo el coche.- Mmm huelo la sangre desde aqui- dije casi con la boca en agua. Encendi el coche y sali por la calle en direccion al bosque, camino del lugar en el que ella queria que hicieramos el picnic.

Me quedé con la boca abierta cuando me dijo que conducía como la abuelita y me monté en el coche, me puse el cinturón y lo miré totalmente seria.
- Menos mal que no hago otras cosas como la abuela de caperucita...- dije sonriendo un poco y llevando mi mano ahora yo por su muslo hasta su entrepierna, acariciándola-. Arranca feroz, no sea que te conviertas en caperucita, y la abuelita acabe siendo el lobo- le puse un puchero y me reí.

-Ojala la abuela fuera lobo de aquí a un rato- comente mirándola de reojo - Y no te pases, no necesito las manos apenas para conducir- metí la marcha y cuando llegamos al camino y ya iba en quinta metí mi mano bajo su falda hacia su sexo, como ella habia hecho conmigo.- yo siempre soy el mas malo, recuérdalo- le sonrei

Me reí cuando comentó lo de la abuelita y miré por la ventana mientras él conducía, al menos hasta que noté como metía su mano por dentro de mi falda de nuevo, pegué un pequeño respingo y me quedé mirándola. Me mordí el labio mirándolo cuando me habló. Lo miré de reojo un segundo y tragué saliva, llevé mi mano a la suya y la aparté reuniendo bastante fuerza de voluntad.
- Aún no he dicho la última palabra cariño...- dije quitándome el cinturón de seguridad. Me incliné hacia él y le desabroché el pantalón pasando mis labios por encima de la ropa interior, pasando mi lengua por el borde y subiendo una de mis manos por su pecho mientras esperaba que se pusiera derechito-. Por suerte yo no estoy conduciendo- dije sonriendo un poco cuando lo conseguí, que no fueron sino pasados unos segundos, metí la mano para masajearlo un poco, asegurándome y después le bajé el boxer lo suficiente-. Intenta no desconcentrarte caperucita y coger pocos baches- dije sonriendo un poco y acercando mi boca a su miembro, metiéndomelo dentro y empezando a succionar despacio pero con ganas.

-Creo que vamos a ir mas lejos de lo que pensábamos- comente cuando empezó a pasar succionar mi miembro con su boca, suspire un poco y cerré los ojos un segundo, esto era vida. Iba bastante rápido por una carretera secundaria, apenas nos cruzaríamos con coches y así mejor, no tenia que disimular nada.

Lo miré de reojo y solté una risilla al ver la cara que ponía de placer. Empecé a pasar la punta de mi lengua por su miembro despacio, haciéndole cosquillas con ella, pasando después mi lengua por toda su largura y acabando con un pequeño beso al final. Volví a metérmelo en la boca hasta donde podía presionándolo y empezando a succionar ahora con mayor ritmo mientras subía mis manos por sus abdominales, acariciándole la tripa y haciéndole cosquillas con las uñas.

Fui reduciendo la velocidad cuando llegamos a una zona del bosque cercana al sitio al que ella había dicho que quería ir, me metí por un camino y conduje despacio hacia el interior del bosque. Después frene y pase mi mano por su cabeza para llamar su atención.
-Venga, venga, hemos llegado lobo feroz- le dije colocando mis labios contra los suyos y metiendo mi mano entre sus piernas.

Paró el coche pero yo seguí a lo mío, despacio, hasta que me llamó la atención y levanté la mirada sonriendole un poco. Me reí con lo que dijo del lobo y llevé mis manos a su cara acariciándolo mientras él la acercaba a la mía. Jugueteé un poco con mi nariz contra la suya y al final lo besé bajando una mano hacia el sillón del coche y tirando de la palanca para echarlo un poco hacia atrás, así podía colocarme yo mejor, que la palanca de cambio llevaba molestándome un rato. Solté un suspiro cuando noté su mano entre mis muslos.

Lleve una de mis manos a su nuca para que no se separara de mi mientras la besaba y la otra mano la deje en su entrepierna, presionando su sexo para darle placer. Despues lleve las dos manos bajo su falda y empece a tirar de su ropa interior para sacarsela, ayudandome de ella que movia su cadera, asi empece a mover mis dedos en su sexo, introduciendo uno en su interior.

Lo besaba con más ganas mientras más me acariciaba por aquella zona. Cuando empezó a bajarme la ropa interior moví las caderas un poco y lo ayudé a quitármela volviendo después a llevar mis manos a su cara y su cuello para volver a besarlo, gimiento cuando noté su mano en mi sexo, mordiéndole el labio con un poco de fuerza y bajando mi mano de nuevo a su miembro para masajearlo con ganas, moviendo mi cuerpo contra él para pegarlo al suyo lo máximo posible.

Como ella había echado el asiento hacia atrás yo coloque mis manos en sus caderas despues de un rato y la puse sobre mi, mientras seguia besandole, llevando mis labios por su cuello y su escote, lamiendo un poco mientras le bajaba la camiseta y masajeaba uno de sus pechos.

- Me la vas a romper caperucita- dije soltando una risilla cuando bajó mi camisa así. Le mordí el labio tirando de él y volviendo a besarlo con ganas mientras pasaba mis manos por su pecho y empezaba a desabrochar los botones uno a uno, aunque en realidad me apetecía tirar de ellos y arrancársela de una vez. Suspiré contra sus labios mientras él seguía masajeando mis pechos y yo trataba de tocar todo lo que podía de su pecho ahora que había desabrochado su camisa. Bajé mis besos por su cuello mordiéndolo y pasando mi lengua por donde se suponía que estaba la vena principal.

Introduje un dedo en su sexo, empezando a moverlo con énfasis, metiendolo y sacándolo a la vez que seguía besándola y succionando un poco su piel, pasaba de morder e irme de fuerza. Despues de un rato acerque su cuerpo mas al mio, besandole los labios y moviendo su cadera contra la mia para rozar nuestros sexos.

- Oh dios mío- dije casi en un gemido cuando noté que metía su dedo dentro de mí. Apreté con mis manos sus hombros con fuerza mientras él lo movía y yo lo besaba con ganas intentando aguantarme las ganas de gemir. Rodeé su cuello con mis brazos cuando me acercó más a él y no pude evitar gemir al notar como se rozaban nuestros sexos-. Te quiero- dije casi ahogada por las ganas que tenía de él.