Apartamento de Vampiros.

Llegué enseguida, y cuando entré miré alrededor hasta que dí con Damon. Bianca me fulminó con la mirada, pero pasé de ella, no me interesaban sus tonterías.
- Necesito hablar contigo...- le dije a Damon mirándolo angustiada- por favor- le pedí para que supiera que no le estaba dando ninguna orden-. Yo no quiero esto- dije rápidamente, antes de que hablara-. Dile que se vaya- sabía que Bianca no me iba a hacer caso y yo quería hablar a solas con él.

-Vas a tener que ordenármelo, jefa- le dije a Sam cuando me comento por favor que fuera a hablar con ella- Me haces comprender porque me han degradado, pareces una niñata pidiendo las cosas así… no te he educado para ser una mindundi- le dije serio-Pues te jodes, es lo que tienes, apechuga con ello- comente cuando dijo que no quería eso y eche a caminar hacia mi habitación.

Él tenía razón, no me había educado para ir rogándole a nadie, pero estaba tan confusa y sabía que él estaba tan enfadado que me sentía pequeña...aunque en ese momento me recordó un poco que no lo era tanto.
- No te comportes como un idiota- dije mirándolo y siguiéndolo hasta su habitación-. ¡Lárgate!- le grité a Bianca desde donde estaba, cerrando la puerta de la habitación después de un portazo-. No quiero tu puesto- le dije mirándolo seria, angustiada aún-. No estoy preparada para esto, y no voy a hacerlo- afirmé-. Tu eres el jefe, no yo- me señalé.

-No Sam, tu eres la jefa y yo soy el último mono de esta misión- le explique mirándola- Si no quieres el puesto llamas a Marco y se lo dices o habérselo dicho cuando te lo dieron- a mí que me dejaran en paz.- ¿Por qué me sueltas a mi esta mierda de rollo?- pregunte levantando una ceja- Me trae sin cuidado, deberías preocuparte por encontrar a Klaus antes de que robe mas ataúdes.- dije empezando a quitarme la ropa.

- Porque tu eres lo más parecido a un creador de verdad que he tenido, has cuidado de mi en los últimos años, me has enseñado cosas que ni siquiera sabía que podría hacer y has tenido fe en que pudiera hacerlas...- dije seria-. Yo no soy la jefa y tu no eres el último mono- negué con la cabeza y saqué el teléfono-. Está bien- me iban a cortar la cabeza, pero yo no quería el puesto, por alguna razón me entraba pánico solo de pensar que Damon pudiera creer que yo lo iba a traicionar-. Que le den a Klaus y a los ataúdes- dije marcando el número de Volterra.

-¿Puedes salir para que me desnude tranquilo o quieres mirarme mientras me ducho?- le pregunte empezando a bajarme los pantalones y dejando el resto de ropa que ya me había quitado a un lado. No le dije nada sobre lo que estaba haciendo, porque me daba igual.

- Oh, tu sigue, quiero que oigas como mandan a Alec y Jane para que me corten el cuello...además, luego podré hablar con Caroline sobre la cantidad de lunares que tienes en el cuerpo o tu marca de nacimiento- me alcé de hombros. No sabía si la tenía, y tampoco me iba a fijar- apuesto a que Caroline los ha contado- comenté como si nada sobre sus lunares-. Heidi, pasame a Marco, tengo que hablar con él...espero- afirmé cuando me dijo que ahora mismo me lo pasaba.

Me termine de quitar la ropa y me gire hacia ella, mirándola vacilante mientras le sonreía ampliamente. Estire una mano para coger la toalla de encima de la cama y camine hacia el baño, encendiendo el agua para meterme en la ducha. Me daba igual lo que hiciera, era su vida y a mi me la sudaba, en unos meses como mucho estaría fuera de las filas y me alejaría de todos ellos para siempre.

Me di la vuelta cuando se desnudó del todo, rodando lo ojos...era un guarro. Esperé que reaccionara en el último momento, pero no lo hizo, se metió en el cuarto de baño ignorándome. Marco cogió el teléfono, por un momento no supe que hacer, pero al final reaccioné rápidamente, con mi nuevo don de contar mentiras heredado del idiota de mi "profesor Vulturi".
- Solo era para avisar de que Damon ha vuelto a Frost y no ha hecho ninguna tontería- Marco me había avisado de que lo tuviera vigilado-. Estaré atenta y me pondré a trabajar de inmediato- colgué el teléfono y salí de la habitación dando un portazo. Me apoyé en la pared cerrando los ojos, me daba miedo enfadarme, no podía controlar mi humanidad y no sabía cuando podría apagarse, así que intentaba calmarme un poco.

Termine de ducharme tranquilamente y me puse algo de ropa limpia, llevaba dos días con la misma y olía demasiado a humanos de haber ido con ellos en el avión. Al terminar salí hacia el salón donde estaban todos y cogí mi copa de siempre para ponerme whisky.
-¿Que tenemos que hacer?- les pregunte apoyándome en la pared.- Si no hay nada yo... me voy a buscar a ese imbécil por mi lado, cuando les vaya a los Vulturis con el premio os descenderán o os cortaran la cabeza y yo seré el héroe- les explique sonriendo.

Después de relajarme un poco fui al salón y me senté cambiando la tele de canal distraída, no quería ir a ver a Mark aún, no estaba de humor, aunque tampoco me apetecía quedarme a aguantar las tonterías de Damon. Cuando salió ni siquiera lo miré, me quedé mirando la tele.
- Haz lo que te de la gana Damon, no voy a darte órdenes- me daba igual, yo no pensaba hacer nada, si quería llevarse las medallas o no era algo que me traía sin cuidado-. Como si me importara...

-Tampoco iba a cumplirlas- les dije riéndome a ellos, me termine el whisky y deje caer el vaso al suelo. Sin decir nada mas salí de la casa con las llaves del coche y la chaqueta en la mano. Me fui a un bar y estuve un buen rato allí bebiendo y fumando, charlando con le barman sobre tonterías de su vida. Al final me puse a caminar por las calles y termine en casa de Caroline.- Buenas noches preciosa- le dije apareciendo detrás suya, tambaleándome un poco aparte su pelo de su cuello y deje un beso allí.-

No le dije nada cuando me respondió que no pensaba cumplirlas, es que me daba igual lo que pensara hacer o no, yo sabía lo que yo iba a hacer. Negué con la cabeza cuando se marchó y seguí a lo mío, cambiando de canales, porque no me apetecía ver ninguno.

Carol

Llevaba una semana bastante completa, me había dedicado a organizar la habitación de Liam para que estuviera perfecta, sabía algunas cosas que le gustaban, así que la había amueblado y decorado. Además era algo que conseguía distraerme de algo que me tenía bastante preocupada, no sabía nada de Damon desde que se había ido a Volterra y después de lo que había pasado con Klaus...me daba miedo que le hubieran hecho algo. Lo llamé un par de veces pero estaba apagado, así que a partir de ese momento me dediqué a preguntarle a Sam, pero tampoco sabía nada. Había llegado a casa hacía poco tiempo, y cuando me quise dar cuenta tenía a Damon detrás, aunque antes de darme cuenta de quien era pegué un respingo.
- Nunca me acostumbraré a eso...- dije suspirando. Sonreí mirándolo, aunque estaba un poco raro, o más bien un poco borracho-. Hola cari- lo saludé sonriendo, ofreciéndole el cuello un poco para que me besara allí-. Por fin estás aquí...- dije pasando mi mano por su cara.

-Aquí estoy- le dije cuando comento eso. Le di un beso y me deje caer sobre la cama, moviéndome para echarme hacia atrás, apoyando mi cabeza en la pared y lanzando los zapatos por el aire al suelo para luego cruzarme de piernas mirándola- Que bien hueles, joder.- dije mirándola, me imaginaba su sangre por mi garganta y… me estaba poniendo ansioso. Solté un gruñido negando con la cabeza, no podía hacerle daño, era Caroline.

- Y no sabes cuanto me alegro...- sonreí y me senté en el tocador para recogerme el pelo y quitarme los pendientes, mirándolo a través del espejo-. ¿Has estado celebrando algo?- pregunté mirándolo desde ahí. No sabía muy bien si que estuviera borracho era buena o mala señal, porque Damon siempre bebía, estuviera contento o triste, aunque cuando estaba triste bebía más, y era más peligroso...así que necesitaba saberlo. Me levanté y empecé a quitarme la ropa para ponerme mi camison de dormir, sin quitarle la vista de encima. Sonreí cuando dijo que olía bien, no solía decírmelo a menudo, aunque no hacía falta que lo hiciera porque yo ya lo sabía...de todas formas su manera de decirlo no parecía para hacer un cumplido, sino porque pensaba de verdad que olía bien...como si tuviera hambre. Aún así me acerqué a donde él estaba, sentándome en el borde de la cama y cogiendo la crema para echármela en las manos, aparentando tranquilidad.

-No tengo nada que celebrar- le dije cerrando los ojos y apretando los dientes un poco, olía demasiado fuerte, sobre todo cuando empezó a quitarse la ropa para ponerse el camisón. La mire cuando se acerco a la cama, ladeando la cabeza como cuando iba a cazar, sonreí un poco maliciosamente y me levante rápidamente, abriendo la ventana y mirando por ella, en realidad quería que entrara algo de aire y que dejara de oler tanto a su deliciosa sangre.

Me sobresalté de nuevo cuando se movió tan rápido, estaba centrándome en controlar mis nervios, aunque sabía que mi corazón me delataría. Terminé de mover las manos para expandir la crema por ellas y me estiré para coger de la parte de abajo de la cama mi batín a juego con mi camisón, por supuesto...hacía un poco de frío esta noche, aunque no le dije nada, porque suponía que todo tenía que ver con "lo bien que holía". Me senté de nuevo en la cama apoyando la espalda en la pared, mirándolo desde donde estaba, mordiéndome un poco el labio. Me moría de ganas de besarlo y abrazarlo, después de la semana que había pasado.
- ¿Que tal el viaje?- pregunté desde donde estaba, frotándome un poco aún las manos.

-Una mierda- le dije cuando pregunto sobre el viaje- No quiero hablar de eso, ademas.- dije secamente, aspire el aire de la calle y despues me gire a mirarla.- Deberías tranquilizarte si no quieres convertirte en mi cena- dije mirandole seriamente- Encima no tienes whisky- me queje-

Puse una mueca cuando dijo que había sido una mierda, ya me lo imaginaba...asentí cuando comentó que no quería hablar de ello, porque si me lo quería contar ya lo haría y de todas formas no estaba en condiciones para contar nada.
- Tu presencia siempre me altera- le dije sonriendo, subiendo las piernas y cogiéndomelas con los brazos. No era mentira, él siempre provocaba ese efecto en mí, solo variaba la razón-. Tengo vino, ¿quieres que baje a por la botella?- pregunté- es de buena cosecha- se la había quitado a mi padre.

-Si, de normal te pongo cachonda pero hoy tienes miedo- dije mirandola, di unos pasos hacia ella, mirandola fijamente- Yo tampoco lo tendria, he bebido demasiado...- murmure sonriendo de lado con malicia- No quiero vino- Negue girandome de espaldas a ella, si seguia asi me abalanzaria de verdad.

- En realidad...- lo pensé un momento- no todo es miedo- me excitaba bastante saber que se sentía tan tentado por mi sangre...siempre me había pasado, y no solo era excitación sexual, era la adrenalina y...no sabía como explicarlo, me sentía viva...una estupidez-. Ya...supongo que llevas bebiendo horas- se había metido en un bar en vez de venir a verme después de una semana, había tenido que pasarle algo serio-. Mírame- le pedí- no quiero que me des la espalda.

-¿Que mas da? Todo el mundo termina dandote la espalda, deberias aprenderlo ya- le dije señalando hacia el suelo, como si fuera este el momento exacto en el que tenia que aprenderlo.- Eres masoca- comente acercandome a la cama y tumbandome en ella, a su lado- Y yo tambien- me queje

- ¿Tu me vas a dar la espalda?- pregunté seria mirándole. No sabía si estaba hablando de sí mismo, o de mí-. Yo no te voy a dar la espalda nunca- afirmé- y el resto...si lo hacen me dan un poco igual- de todas formas tendría que darle la espalda yo a ellos en algún momento, cuando me fuera con Damon. Solté una risita cuando se tumbó a mi lado diciendo eso-. Lo se, lo descubrí cuando te conocí- afirmé-. Si pudiera te la daría- le dije sobre mi sangre.

-¿Que descubriste que eras masoca? Yo no sabia que era masoca hasta hoy...- le dije sonriendo divertido un poco, al momento suspire y la mire, volviendo a mirar al techo.- No estoy de buen humor, lo siento- le aclare sin mirarla. No queria estar de guasa, pero queria quedarme alli con ella.

- Oh sí, con ese aire de chico malo y peligroso...- reí un poco-. Bueno, te encanta olerme y estar conmigo...pero está bien, admitirlo es el primer paso- sonreí. Lo miré apagando un poco mi sonrisa cuando suspiró. Se notaba que estaba triste y yo quería cuidar de él, pero no le iba a decir eso porque seguro que se enfadaría, así que simplemente me acerqué a dejarle un beso en los labios, despacio para que supiera lo que iba a hacer y pudiera aguantarse las ganas de comerme-. No importa- al menos estaba aquí, y estaba vivo, había temido que le hubiesen hecho algo...aunque era Damon, a él no podía pasarle nada, era demasiado bueno en lo suyo. Me tumbé acercando mi cuerpo un poco al suyo, mirando al techo como hacía él y estirando mis dedos para tocar solo la yema de los suyos.